Al llegar a casa nadie habló, la puerta se cerró detrás de la espalda de Maximiliano, mientras él se aferraba al cuerpo de Alissa para aprisionarla contra la pared, tomó su rostro entre sus manos y Estrechó sus labios contra los de ella, bajó sus manos hasta su espalda y sus besos viajaban al cuello de Alissa provocándole uno que otro suspiro, ella se separó un instante del agarre de Maximiliano para tomarlo de la mano y guiarlo hasta su habitación, sus miradas se cruzaron por un momento y él colocó su mano en la nuca de ella para poder acercar su rostro al de él, para poder sentir su agitada respiración y percibir su delicado Arona.El vestido de Alissa empezó a bajar entre las manos de Maximiliano mientras besaba su cuello con suavidad, ella se armó de valor y desabrochó su camisa para poder acariciar su piel, cuando sintió que le arrebataba el sostén con una habilidad impresionante que le provocó un sobresalto, sus pechos se unieron, pudieron sentirse sin nada que se interpusiera,
Ella se dejó invadir por su delicioso aroma y el no dejaba de besarla.--mmm…que delicioso sabes —--lo mismo digo yo, ¡Ven!… preparé unas homelets y un poco de fruta y el café que acabas de probar de mis labios—-- no lo sé, esa prueba no fue suficiente para saber si preparas buen café, ¿quizá su me das otra probadita? —la Alissa seductora estaba logrando su cometido--déjame darte todas las pruebas que sean necesarias, muñeca—se acercó a ella para besarla mientras apretaba su cintura contra su musculoso cuerpo, de no ser por qué ella decidió parar con eso y alejarse que podían haber terminado haciendo el amor en la barra de la cocina.--- debo ir al trabajo, y así no creo poder llegar—Maximiliano hizo cara de puchero, pero no dejaba de besarla mientras le susurraba entre sus labios:--¿no puedes faltar? Y pasamos el día juntos, no quiero separarme de ti—-- no puedo… pero nos vemos en la tarde en el café— propuso ella mientras se acomodaba para desayunar-- si no hay más opciones, t
El restaurante era de los más lujosos de la ciudad, cosa que hizo sentir un tanto incomoda a Alissa, al ver los hermosos vestidos de las elegantes mujeres que estaban en el lugar, pero al parecer eso a Maximiliano no le importaba en lo más mínimo, porque no dejaba de tomarla de la mano sintiéndose orgulloso de que la mujer a su lado sea su novia, principalmente porque él alcanzaba a percibir la incomodidad de ella cuando la chica que los estaba atendiendo no dejaba de coquetear de forma descarada.--te va a encantar la pasta que sirven en este lugar, sólo que no pediremos postre, sólo quiero de los que haces tú— le dijo con mirada coqueta y ella solo le sonreía sonrojada. Maximiliano debía regresar al hospital y tuvo que llevar a Alissa al café para encontrarse con ella luego, tenía una cirugía muy importante y Lucas ya lo estaba esperando.(***)--pero ¿quién te crees que eres para tratarme de esta forma? — el reclamo de Alexandra de la Mora se podía escuchar a la distancia ante
Aníbal Ribera, el hijo mayor de Rodolfo, un bueno para nada que solo sabe malgastar la fortuna de su padre y que desde que la conoció está obsesionado con ella, hacía tiempo que Alexandra estaba maquilando la posibilidad de utilizarlo para sus intereses, pero ahora esa idea estaba lejos de ser solo eso, una idea, debía poner el plan en marcha si quería salir bien librada.--¡Aníbal!... ¿Cómo estuvo la fiesta de anoche? ¿te la pasaste bien? – preguntó con un gesto jovial y sutilmente seductor mientras veía como el chico se acostaba en el sofá de la sala--Nada mal, el nuevo lugar está fabuloso, deberías ir a conocerlo, estoy seguro que te gustará—la mirada del muchacho se perdía en las curvas de su futura madrastra y la poca relación con su padre le permitía ser descarado con sus intenciones, estaba acostumbrado a tener todo lo que deseaba y el no poder tenerla a ella le provocaba los pensamientos más perversos y Alexandra estaba dispuesta a aprovecharse de eso.-- Me encantaría, Aníba
Después de un par de meses las cosas pintaban tan bien que daba miedo, Renata y Jimmy estaban locos con los preparativos de su boda y el café no podía estar mejor. Una tarde mientras Alissa regresaba de la escuela se volvió a encontrar con la presencia de Sebastián Martino afuera de su casa, la primera vez le pareció un evento fortuito, pero ahora verlo ahí esperando la preocupó, por varios años había soñado con que eso pasara, que llegara a buscarla a su casa y le diera fin a la pesadilla, pero ahora todo era diferente, ahora ya no lo estaba esperando, es más, deseaba que eso no pasara, por que verlo ahí y con la cara que tenía solo podía significar una cosa y Alissa no se sentía preparada para eso. No tuvo más remedio que avanzar hasta donde estaba él, sus ojos se veían hinchados, pareciera que estuvo llorando, se notaba muy nervioso y cuando la vio se abalanzó a abrazarla, la tomó por el rostro y le dijo lo que tanto estaba temiendo.--¡Estoy de vuelta Alissa! ¡lo recordé t
Alissa estaba al borde de la histeria y Maximiliano ardía de coraje y frustración, su peor pesadilla se estaba volviendo realidad y de qué manera, lo último que esperaba era encontrar a su novia en esa posición y mucho menos con el hombre al que esperó por casi 5 años--¿Qué pasará ahora Alissa?... ¿Qué pasará con nosotros ahora? – pasaba frenéticamente sus manos por su cabaza despeinando su cabello -- ¡Nada, Max! ¡No pasará nada!, Sebastián está pasando por algo terrible y está muy confundido, pero eso no te da derecho a darle una golpiza, porque yo he sido sincera contigo cuando te digo que te amo— podía percibir mucho coraje en la mirada de Maximiliano-- ¿Por qué permitiste que te besara?... ¿Por qué no lo apartaste de ti? ¿Por qué Alissa?... ¿Por qué tuve que verte con él? – estaba furioso -- Debes tranquilizarte, Max, yo he sido muy sincera con Sebastián, me besó porque estaba desesperado, pero te aseguro que eso no significó nada para mí, tengo muy claro lo que siento, no tie
Por su parte Sebastián apenas estaba despertando después de la borrachera de la noche anterior, y como puñaladas vinieron a su mente los recuerdos de todo lo que mejor hubiera preferido olvidar, el dolor de cabeza era insoportable y la luz del sol lo ponía todo peor, estaba en la casa de sus papás, no podía llegar a su casa y contestar las preguntas de Roxanne, ni siquiera podía mirarla a la cara, ella solo era una víctima más de este infierno. La puerta se abrió y entró la última persona a la que quería ver.--¡Hijo, tenemos que hablar! — Lucia estaba nerviosa y su rostro dibujó una mueca de angustia al ver a su hijo con la cara golpeada y un malísimo aspecto.-- ¿Hablar?... ¿quieres hablar mamá? Y ¿Qué me vas a decir?, ¿Qué querías lo mejor para mí?, ¿qué Alissa no me merecía o que según tú ella no era lo suficiente para mí?… ¿y yo mama? ¿Dónde quedo yo?, ¿Dónde queda lo que siento por ella, y ahora, ¿qué hago con todo el remordimiento que siento por tratarla tan mal?, ¿y tú?… ¿Cómo
-- Sebastián, yo ya te he perdonado y no te guardo rencor por nada, debes dejar de culparte por algo que no estaba en tus manos, tuviste un accidente que te provocó la amnesia, no eres culpable por eso, además, tienes una familia hermosa, y es por ellos que debes superar esto y salir adelante—-- ¡Pero te quiero a ti!... A ti Alissa, te quiero conmigo, detesto pensar que estas con alguien más y sé que esto suena muy egoísta, pero no lo puedo evitar—--Necesitas tomar terapia Sebastián, todo esto ha sido demasiado y debes recibir ayuda—-- Entiendo que no tengo ninguna esperanza contigo— el semblante de Sebastián era desgarrador-- No, Sebastián y es mejor que terminemos por cerrar este capítulo de la mejor manera posible, ambos merecemos ser felices, aunque no sea juntos, yo te deseo que sanes y que puedas continuar con tu vida al lado de la mujer que amas que es tu esposa y tu hijo—Sebastián se derrumbó, las lágrimas que derramaba eran por que se estaba dando cuenta que por más que l