TRES

Las tierras de los Alpes son un territorio rico en verdes pastos, fruta y fuente de agua. Es un paraíso que los lobos defienden ya que este lugar es de los pocos en el mundo que conservan tanta naturaleza.

Sus bosques extensos son el motivo de muchas guerras. Este territorio es laborado por lobos mismos desde el inicio de los tiempos y tanto humanos como lobos externos anhelan este territorio

Por ello, tienen que defender lo a muerte. 

La familia de Valeria son cazadores legendarios. En las tierras lejanas del sur. Por supuesto son muchos más, de eso viven de cazar y matar lobos, pero nunca se habían enfrentado a unos lobos como los lobos del alfa cruel.

Milliam arrastra del cabello a Valeria que forcejea, pero no puede hacer nada porque en verdad este lobo es mucho más fuerte y por lo que escucho el hombre que no dejo de mirar es el alfa de la manada.

Y no deja de pensar que si su hermano fue capaz de matar a toda su familia así de sencillo no se imagina El Poder tan grande e inmenso que debe de tener el alfa de esas tierras.

—Basta, suéltame ya, me haces daño.

—Camina humana—la empuja y ella choca contra la reja lastimándose la mejilla.

Le duele, pero no se compara con el dolor que hay en su corazón debido a la muerte de sus padres.

—Vas hablar—ella niega con la cabeza a la pregunta de Milliam—Muy bien, entonces vamos a tener mucha diversión tu y yo.

El frio la envuelve cuando bajan al sótano, es un lugar frío y muy sombrío. Está preparada mentalmente para las torturas, pero ahora su mente, su espíritu está roto, ha visto morir a sus seres queridos a mano del hombre que la arrastra hasta una celda donde la deja suspendida cuando pone sus manos extendidas por encima de su cabeza.

Milliam la repara dando un paso atrás cuando la deja a unos centímetros lejos del piso. 

La repara, en verdad piensa que es una mujer hermosa, pero detesta a los humanos por ello no la ve como una posible amante, por más deseo que tenga en este momento.

Las batallas, las peleas, los enfrentamientos le suben el nivel de testosterona a los lobos y ahora desea la compañía de una mujer.

—Eres una hermosa mujer—Valeria se le desata el pánico—si no hablas va a pasar por esa puerta lobo tras lobo hasta que tú mueras.

—Vete al diablo—le da miedo, pero no baja la cabeza.

—Me gusta tu valor, pero te aseguro que si no me dices cuál es el motivo de tu ataque y por qué a nosotros, vas a morir de la peor forma.

Cierra los labios mientras eleva una plegaria a sus dioses para que la ayuden.

—Esos lobos—les señala los hombres parado a detrás de las rejas—si doy la orden van a despedazar tu cuerpo y créeme, que no hay peor muerte para un ser humano que ese y no atenderán suplicas.

La pobre chica pasa saliva y aprieta las manos en puño con la impotencia que le recorre el cuerpo gramo a gramo.

—Eres un monstruo.

—Lo soy—no lo niega—así que habla porque contemplación no voy a tener contigo.

No puede hablar no puede delatar a la manada que tienen a su hermana porque en el momento en que se enteren pues la van a matar.

Esta sin salida.

—Vamos a ver como lo vamos a resolver —Milliam toma la silla sentándose a unos metros detrás de ella.

Uno de sus guardas ingresa con un látigo que pone temblar a Valeria que solo llora mientras ve el enorme artilugio le tortura.

Sabe lo que es, el daño que causa a la piel y solo puede imaginar el dolor que eso le provocara.

Ha visto tortura, pero jamás se la han practicado a ella, además sabe porque su familia a torturado a muchos lobos para sacarle la información.

—Vamos a empezar por algo suave, a mí siempre me ha gustado los gritos de dolor de los humanos.

Se burla Milliam quien en verdad está disfrutando de la cara de horror que tiene Valeria en este momento.

—Cobarde, eso es lo que eres, te crees muy hombre torturando e intimidando a una mujer.

—Lo sé, estas enojada porque mate a tus padres, pero tu familia mato tiempo atrás a los míos, así que estamos a mano, además sin hablar de la cantidad de lobos que ustedes han acabado.

—Es simplemente nuestro trabajo y ustedes son repugnantes, edemas de abusivos nada más porque son más fuertes, nos tratan como la m****a y además de eso como esclavos.

Milliam no entiende, ellos no tienen esclavos humanos.

—Si tu trabajo es acabar con nosotros, pues el de nosotros es el mismo acabar con los humanos que tratan de matarnos Así que lo mejor es que hables de una vez y te evites esa tortura y pérdida de tiempo para mí, tengo muchas cosas que hacer.

—No me digas, dentro de tu palacio de oro, donde tienes sirvientes que te tratan como un Dios, mientras allá afuera la gente se muere de hambre.

—No te atrevas a cuestionar nuestra forma de vida porque no tenemos la culpa que ustedes acabarán y no preservarán sus recursos.

Valeria se queda callada al ver Milliam en su expresión que no va hablar.

—Entonces—ella niega.

Pero los lobos albinos, que son una raza negra más allá de este territorio son igual de despiadado que el rey cruel. Si habla, matan a su hermana y es lo único que le importa en este momento.

Demanda con el movimiento de su cabeza hacerla hablar a las malas.

No piensa decir nada, como pedir clemencia, algo cierra los ojos cuando el verdugo se posa atrás de ellas con el látigo en la mano.

Le va a doler, la van hacer sangrar. Es lo único que piensa mientras el miedo invade casa rincón de su alma. 

Toma aire, cuando escucha el movimiento de la mano que se alza con el látigo y los pasos que se acercan apresurados a su celda cierras los ojos Espera el momento exacto del látigo de cuero se estrella contra su piel, pero.

—Señor lamento interrumpir—llega un lobo beta para hablarle a Milliam—pero tengo algo muy importante que decirle.

Los únicos que pueden bajarles la cabeza a los lobos son los omegas que se consideran inferior, pero las betas sólo tienen que saludar de forma respetuosa y hablar mirando a los príncipes a la cara.

—¿Dime que pasa? —pide molesto Milliam—ya de inmediato.

—El alfa, pidió que no se le tocara un pelo a la humana.

Valeria respira con tranquilidad, pero se sorprende porque una vez más, acaba de salvarle la vida, mientras ella tiene que matarlo a él, para salvarle la vida a su hermana y a ella misma.

Eso que escucha a Milliam realmente lo impacta porque su hermano jamás le había perdonado la vida o un humano no entiende absolutamente qué es lo que pasa, Pero de igual forma acata a sus órdenes ya que es el alfa y le deben respeto.

No le gusta para nada lo que está pasando, sin embargo, no dice nada poniéndose de pie. 

—Solo vigílala, no le quites los ojos de encima, Es peligrosa, por más hermosa que sea.

—Todas las mujeres lo son—le responde el verdugo.

—Sí, pero esta es letal.

Milliam sale de la celda, Valeria respira confundida porque no entiende el porqué de esa determinación tan extraña que tuvo el alfa cruel sin embargo le agradece.

La noche cae y con eso Lenko, con las pulsaciones aceleradas se dirige a la celda de su mate. Se siente extraño, pero les pide a sus hombres salir dejándolo solo. A diez celdas después se encuentran prisioneros, entre humanos y demás seres sobrenaturales.

—¿Alfa está seguro?—asiente—de acuerdo señor.

Los guardias salen y se acerca lentamente a la celda donde su mate está suspendida, amarrada y con la cabeza mirando al piso.

—¿Estará dormida? —le pregunta a su lobo.

—No, esta destratada, cansada, sientes el dolor que ella tiene en este momento, no te hagas el imbécil, es tu mate por el amor a la luna.

No quiere decirle nuevamente que es humana. Que debe odiarlos simplemente, pero la guerrera es su mate, la persona destinada y desde ya, siente ganas de protegerla, amarla, hacerla suya desmesuradamente.

Lenko abre las rejas, el chillido no despierta a la princesa guerrera que como dice el lobo, el cansancio a la vencido. El rey cruel se acerca lentamente, el vestido sigue ceñido a su cuerpo, despertando las ansias, las ganas y el deseo que solo puede ocasionar su alma gemela.

La repara, solo esos, absorbiendo su aroma a mujer. Le huele tan rico, tan delicioso que solo quiere desatarla y llevarla a su cama. La polla se le pone dura en cuanto sigue ahí parado escrutando la piel, el cuerpo y los senos que se le marcan debido a la posición.

—Es hermosa—dice su lobo—bájala Lenko, no puedes tratarla así.

No le presta atención a su lobo, solo estira la mano y aparta el cabello de la cara rozando su mejilla derecha lo que ocasiona que con la suave caricia la mujer se despierte y ambos al mismo tiempo conecten su mirada con el otro.

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