—¿Por qué me hace eso? —pregunté derrotada, lo tenía cerca y no me atrevía a mirarlo a la cara.
—¿A qué se refiere? ¿a tratarla bien? —preguntó como si no supiera a qué me refería —solo intento ser amable.— Pero no me conoce — me esforcé a levantar la vista y mirarle, que tuviera sus ojos sobre los míos hizo que se produjera un cosquilleo en mi estómago.—Sí que la conozco, —dijo asustándome — nos conocimos en la fiesta de inicio de la escuela donde por accidente te manché el vestido, nos volvimos a ver en aquel café donde me devolviste la chaqueta, —en ningún momento apartó la mirada de mí— hasta nos vimos en la escuela y en otros lugares que yo ahora no puedo acordarme, pero tú sí, ¿o me equivoco?¡Dios! Volvió a conseguir que me latiera rápido el corazón. Me preguntaba cómo me encontró así tan rápido. Los malditos nervios del otro día en la cocina debieron traicionarme. Matt y Allison regresaron, con los postres librándome de la mirada acusatoria de Harry.Me levanté en la mañana con poco ánimo de lo habitual y era por lo de anoche. Me tomé una ducha bien lenta, la imagen de Harry no salía de mi mente y justo ahora necesitaba que lo hiciera, no era el hombre que yo pensé.Salí de la ducha y me puse una falda de cintura alta que me llegaba por encima de la rodilla y un top de manos largas. Até mi pelo en una cola con los mechones sueltos y me puse unas zapatillas.Durante el desayuno Allison notó lo poco animada que estaba.—¿Estás mejor? —preguntó mirándome preocupada.—Claro. — le contesté, no quería tener que hablar de ese hombre otra vez.Nos subimos al auto. Ella condujo hasta que llegamos en la escuela. Entramos en el edificio y nos metimos en el ascensor.Ya en la cocina comenzamos con las clases.— Otro día especial —comunicó Matt y yo solo deseé que fuera un día normal. — se harán catas de vuestros platos, los siete primeros que lo hagan bien, recibirán una targeta de invitación a una gala importante
—Hice un plato excelente —quejé para mí, pero sabiendo que él me escuchaba. Estaba furiosa mientras pelaba las zanahorias.—Entonces ¿por qué te has quedado y no te has ido con los demás? —se acercó frente a mi puesto.Lo ignoré y continué con lo que hacía, no iba a perder la calma ahora. Prendí el fuego y puse la sartén.—¿Qué me dices de tu primer plato? ¿también te pareció excelente? Porque recuerdo que era improbable.—¿Por qué me amarga la vida? —lo miré—¿qué mal le hice? — vi como dibujaba una sonrisa que pronto desvaneció.—¿De verdad crees que te estoy amargando la vida? ¿qué motivos tendría yo para hacer algo igual?—Solo déjeme en paz, por favor. —rogué.— Sabes qué tienes que hacer para que acabe todo esto.—No sé de qué me está hablando. —afirmé mirándolo a los ojos para que viera lo segura que estaba de lo que le decía. Él bajó la mirada a lo que yo estaba haciendo.— La forma en que has cortado los tomates no me convencen mucho, ¿podría
Detuvo el todoterreno junto a la casa.—Y llegamos— y efectivamente estábamos en la casa donde yo vivía. No dejaba de preguntarme cómo había logrado saber tan rápido dónde vivía. No le miré a la cara.—¿Algo que decirme antes de irte? —preguntó y sabía que se refería a mis disculpas por haberlo acosado. No dije nada, estaba enfadada por lo que me había hecho pasar—Bien.Se inclinó hacia mí para quitarme el cinturón de seguridad, estaba tan cerca de mí que sentí escalofríos recorrer todo mi cuerpo.—Puedes irte, ya volveremos a vernos—dijo en mi oído y luego se apartó de mí.Tuve que recomponerme para poder levantar mi mano y abrir la puerta. Me bajé del auto y cerré la puerta, me quedé mirando el coche hasta que se alejó. Había dicho que volveríamos a vernos, él no pensaba dejarme en paz si no me disculpaba; ahora tenía en cuenta la gravedad del asunto, tenía que pensar en una forma de disculparme y acabar de una vez con esto.Caminé dos pasos hacia la puert
Después de atarme la toalla me sentí obligada a abrir la puerta del cuarto de baño para salir. Harry estaba apoyado contra la pared del pasillo con los pies y brazos cruzados. Alzó la cabeza y me miró de pies a cabeza. Ahora que me fijaba, llevaba puesto un traje negro.—¿Es que no piensa dejarme en paz ni en mi propia casa? — quejé —además ¿cómo has conseguido entrar?—La próxima vez asegúrate de que la puerta esté cerrada—se incorporó. —Arréglate, nos vamos a la gala—dijo y yo lo miré sorprendida.—¿Le recuerdo que me hizo preparar tres platos para conseguir que no me fuera?—Si no te hubieras esforzado en preparar el peor plato que se pudiera probar en la vida, tal vez estarías entre los ganadores.—No habría ganado de todas formas, solo os lo estaba poniendo fácil. El segundo plato estuvo bien ejecutado pero se le dio bien descartarlo y hacerme sufrir.—Y al final acabó incendiando la cocina.—¡Todo por su culpa! Ya le dije que no tengo nada que ver qu
HARRY SMITHDefinitivamente esa chica me estaba convirtiendo en una persona que no era. Pensé que se disculparía al darse cuenta de que la había descubierto, pero intentaba hacerme creer que me había equivocado de persona, yo nunca me equivoco, me tomo mi tiempo para asegurarme y no quedarme con las dudas. Su terquedad me estaba convirtiendo en un acosador persistente por si de una vez se rendía y pedía disculpas. Si lo hacía pensaba alejarme de su vida y así me aseguraría de que no volvía a ser acosado por ella; pero era más terca de lo que me esperaba.La traje a la gala porque quería fastidiarla y la abandoné para que no se hiciera más ilusiones y pensara que podía haber algo entre los dos; tal vez si lo tenía más claro, no querría tenerme más cerca, estaba seguro de que eso ayudaría.No me preocupó dejarla, sabía que Matt y su amiga se encontraban allí y se harían cargo de ella.
JESSICA ROBINSONNunca antes en mi vida había despertado con un dolor de cabeza igual, me resultaba difícil abrir los ojos y tenía una resaca de mil demonios. Me revolqué en la cama hasta que sentí que me caía y ya no podía hacer nada para impedirlo. De pronto me vi encima de un cuerpo, me sorprendí hasta que me topé con los ojos de Harry observándome. Abrí los ojos llenos de sorpresa y quise pegar un grito, pero no sé cómo lo hizo que me tomó por la espalda y se colocó encima de mí atrapándome.— ¡¿Qué haces en mi habitación?!— pregunté asustada mientras intentaba inútilmente que saliera de encima de mí, parecía de piedra.—¿Es que no te acuerdas? — preguntó con el ceño fruncido.— ¿De qué debería acordarme? — pregunté abrumada.—¿No te acuerdas de la noche que tuvimos? — preguntó con una voz sensual. Lo miré aterrada mientras dejaba de forcejear.Miré mi atuendo.— ¿Qué le ha pasado a
Estaba en el cuarto de Allison maquillándome. Después de discutir la situación con mi amiga, llegamos a la conclusión de que lo mejor era acabar con todo esto cuanto antes. Me armé de valor para marcarle al hombre con quien probablemente me había acostado anoche y le dije que aquella misma noche cenaba con él y su madre.—¿Cómo se supone que debo actuar? — pregunté mientras Allison me aplicaba sombra de ojos, era la primera vez que me maquillaba tanto— ¿le quito el plato de comida a su madre?— Solo compórtate como una novia que sería capaz de matar por su hombre, creo que con eso bastará.— ¿Y cómo hago eso?— Eres acosadora, seguro que sabrás qué hacer —la miré de mala gana.—Muchas gracias por el consejo, me ha servido de mucho— dije sarcásticamente.&md
— Ahora cuéntanos hija, — habló Natalie mientras cenábamos — sé que te inventaste toda la historia de tu vida a causa de mi hijo, pero ya no tienes que mentirme. — forcé una sonrisa, no es que tenga una historia linda que contar.— Pues mi padre murió cuando tedía doce años, y mi madre se pegó un tiro cuando cumplí los catorce. Descubrí que tenía unos hermanos en esa época y me fui a vivir con ellos a Liverpool. En fin, nada interesante que contar.Introduje el tenedor en el pollo y me llevé un trozo a la boca como si nada. Me di cuenta de que se había formado un total silencio en el comedor. Harry había depositado los cubiertos sobre la mesa mientras la señora se me había quedado mirando atónita.— Cariño, eso es terrible —expresó la señora. — ¡Cuánto lo siento!— Oh, — los miré despreocupada— no me tengan lástima, todo sucedió hace mucho. Estoy bien.— Para nada, — dejó ella también su cuchara y me miró preocupada— eran tus padres y perderlos de esa manera y a esa e