Tengo sueño, no descansé nada ya que mi Sol de Verano lloró desesperada y no podía dormir, el dolor en su oído era casi inaguantable. Mi madre la revisó y me hizo la receta para comprarla pero cuando se enteró de la ampolla empeoró su genio, llorándo a gritos por el miedo. Alma Natalia lloraba tratando de calmarla y yo me sentía desesperado, ni siquiera con mi madre aceptaba estar y sus sollozos me fragmentaban el pecho.
— ¿Jen, quieres conmigo? - ella giró su carita llena de lágrimas y asintió. Se la entregué para poder salir a la farmacia. Modulé un "gracias" y Kath asintió llevándosela a su habitació.
Me fuí con Et a las dos y diez de la mañana a buscar los medicamentos ya que los habidos en la casa eran para adultos y era peligroso, mientras la chica de la farmacia babeaba al mirarnos yo ponía los ojos en blanco por la tontería, me sentía cansado y exasperado. Quiero que mi Sol se sienta mejor.
— Tenga su pedido señor - extendió el paquete y lo recibí.
—
¡Uf, una semana agotadora! entre mi Sol con su oído y mi padre que le otorgaron el alta el lunes y cierta chica acosadora que me besa furtivamente y no solo eso sino que el sábado es la fiesta de cumpleaños de esa misma chica desobediente, mi cuerpo necesita relajarse, hoy es jueves y necesito un trago, quizás dos. Entro a rastras a la ducha para tratar de lavar mi cansancio, me quedo por mucho rato bajo el chorro. Salgo enrrollado en la toalla y brinco de la sorpresa al encontrar a cierta diablita sentada en el centro de la misma con rostro seductor y su labio inferior mordido, se que es para no reírse pero igual mi cuerpo traidor se revela y la excitación me recorre. Pongo los ojos en blanco y busco la ropa para vestirme en el baño. La ignoro y recorro el lugar frente a sus ojos para que sufra ¡listo, ya tengo todo! vuelvo al baño y me arreglo para salir.— ¿Saldrás? - observo sus preciosos ojos que me miran insistentes.— ¡Si cielo, voy por algunas copas! e
Una vez en la casa, al entrar al parqueadero subterráneo me giré deteniendo el vehículo.— ¿Si creen que se salvaron de darme las explicaciones pertinentes? Se equivocan, hoy hablamos ¡y en mi estudio! porque no me interesa ser un chismoso - mis hermanos asintieron pero, la ojiceleste odiosa no; por supuesto ella se cruzó de brazos — ¿Podrían bajar y dejarme un minuto a solas con esta fiera por favor? - asintieron y bajarron.Al escuchar el sonido de la puerta separé el asiento y tinté un poco más los vidrios. tiré de su brazo y la senté nuevamente a horcajadas, el vestido subió hasta la cintura y yo de manera sádica no le permití juntar su centro con mi hombría, se quejó y lloriqueó malcriada tratando de tocarme y tampoco se lo permití, entre pucheros y lloriqueos la besé y saboreé su deliciosa boquita, peque&
El día en la oficina estuvo horroroso, nunca había visto tanto trabajo junto ¡y no tiene nada que ver con que no me guste! pero es que se acumuló el trabajo de casi una semana y parece el de un mes ¡uf! necesito descansar. Las cuatro de la tarde y el reloj parece que se encuentra detenido en la Videoconferencia que tengo con Tokio. El traductor me habla y yo le respondo en piloto automático, estoy cansado y hambriento porque no almorcé. la cabeza me duele y quiero salir de aquí.— ... exclusivamente preparado para futuros contratos y los asuntos legales de nuestra empresa en particular ¿qué opina Sr. McCarty? - pregunta el Chino del cual no recuerdo el nombre.— Me parece que todo va a engranar perfectamente si cuidamos los detalles del contrato, se ofrecen exigencias que sobrepasan los límites laborales ya que no podría viajar sinó, una vez cada tres meses. Opino que deberían tratar de solventar los inconvenientes con la conciencia de que nos encontramos al otro lado del mund
Kathryna baja la escalera luciendo un vestido azul cielo muy ajustado, con un escote estilo corazón y una abertura que llegaba a la mitad del muslo, las sandalias en el mísmo tono son altísimas y los accesorios incluyendo el pequeño bolso peludo, parece que los sacaron de una colección de algún Orfebre o Gemólogo reconocido. Lleva el cabello suelto y poco maquillaje como siempre, apenas un brillo de labios y algo de negro en los ojos - la cosa que se corre - ¡se ve fantástica!¿Cómo se supone que uno mantenga el control?¡Las mujeres se visten para provocar!Sonríe y se acerca a mí, huele delicioso. Se para de puntitas y besa mis labios, cierro los ojos porque soy un manojo de emociones ya que es nuestra primera salida formal y como dice mi padre: somos figuras públicas. Debemos mostrarnos para las fotografías y los comentar
Hola, holaaaaa preciosuras… En esta nueva etapa de nuestro Napoleón, quiero dejar claro algunos puntos. Por los momentos se cierra esta fase, pero no se preocupen porque viene el desenlace de esta historia en la edición: Llegaste a Mí. Libro 3.1. Un Ángel en mi Infierno (Kathryna Petrova) está es la etapa crucial en la vida de nuestro niño, pero necesito que tengan claro los pormenores respecto a la existencia de la chica con la cual desea pasar el resto de su vida. Allí entre locuras y malos momentos, al igual que felices y amargos, todos descubriremos los secretos guardados en esta bella historia. Espero que mis preciosuras – las que hayan llegado hasta aquí –, atesoren y amen cada uno de estos capítulos así como yo lo he hecho al escribirlos. “Nos vemos pronto". Por los momentos les dejo un poquito de esta historia. Llegaste a mi. Libro 3.1. Un Ángel en mi Infierno. Kathryna Petrova.
Observo detenidamente la chica de cabello rubio cobrizo, ojos celestes, cuerpo de infarto y descalza. ¡Dios! Esa chica desata dos cosas en mi: Lujuria y Ternura por partes iguales.A sus veinte años ya es toda una mujer: bella, alegre, despreocupada, dulce e inocente; cualidades que hacen estragos en mi cuerpo y mi mente.Ahora soy diferente, soy otra persona que creció y maduró por la fuerza o quizás no, quizás era el tiempo perfecto para sentar cabeza como dice mi padre. Amargado y con mal hu
La chica me observa divertida porque no despego mis atrevidos ojos de su busto, sinceramente parezco un adolescente frente a su primera experiencia sexual. Sus labios curvados y el palpitar del pulso en su cuello me corroboran que debe estar completamente lubricada en el lugar que no veo y que considerando el sube y baja de su pecho desea que explore, mi cuerpo igual que mis cuerdas vocales se niega a cooperar y ya mi vergüenza llega a proporciones elípticas. Esta mujer quiere lo mismo que yo y sin embargo me siento paralizado y no puedo ejecutar ningún tipo de práctica.
Despierto dolorido y con una sensación de ganador en mis huesos prácticamente rotos a causa de la batalla campal que tuve con cierta morena preciosa de la cual no se su nombre. Giro y tropiezo con su cuerpo que descansa relajado y extasiado entre las sabanas ¡la hicimos buena! ¿Eh, amigo mío? Busco mi teléfono que marca las cuatro y treinta ¡Dios! No he dormido nada, con razón el dolor corporal.Se gira y at