Abro mis ojos y una gran sonrisa aparece en mi rostro, cuántas veces desee despertar así, al lado de la mujer de mi vida, durante estos dos años me ha hecho tanta falta.
Anoche cuando me miraba es como si ella me reconociera, como si estuviera con mi Montse y ella nunca se hubiera ido o mejor dicho no hubiera dejado que la arrancaran de mí, de nuestros hijos, hablando de eso tengo algo que hacer antes de volver.
Me levanto despacio, y sin hacer el menor ruido, me dirijo afuera de la habitación, busco mi celular y lo encuentro en la mesa, sonrío al recordar, cómo después de la segunda vez que hicimos el amor nos dio hambre y después de cenar lo volvimos hacer en esta mesa.
Marco el número de mi amigo Eric y lo llamo.
—Al fín — contesta después del segundo tono.
—Deja el drama que
Montse durmió en todo el vuelo, y durante el camino a casa en el auto no dijo nada, se que está nerviosa, ella quería preguntarme algo antes de que llegara Jessica, cuando nos montamos al avión le pregunté que me iba a decir y me dijo que hablaríamos después, pero estoy casi seguro que no es algo bueno y si a eso le sumamos que escucho que Camila la odia no es para menos.Al llegar a casa, trato de tranquilizarla, cuando abro la puerta los niños se nos tiran encima para abrazarnos y darnos besos, yo feliz de ver a mis hijos y por lo que veo a Montse también le agrada este recibimiento.—¿Cómo se portaron? —les preguntó cariñosamente.—De maravilla —dice Thiago.—Si hasta nos encargamos de los bebés. —dice Vale—¿Dónde está
Llego a casa de mi Montse, pero me sorprende ver a Camila saliendo casi corriendo de la casa.—¡¿Qué diablos haces aquí?!— pega un brinco del susto que al parecer le he dado.—Gabriel, yo.. yo.. eso no te importa.—¿Que no me importa? ¿Eres estúpida o te haces? ¡Claro que me importa!, es a mi mujer la que viniste a ver, ¿Para qué? ¿Para insultarla? ¿Para contarle la verdad? — abro mis ojos como platos — ¿Eso hiciste?, ¡maldita sea Camila! ¿Qué has hecho?Me dirijo a dentro de la casa pero Camila me detiene con una mano.—Gabriel, quiero hablar contigo, vamos a casa, te prometo que voy a recapacitar, y si en verdad logras convencerme, aceptaré a Montserrat.—¿Crees que me importa que ac
A pesar de que me costó convencer a Montserrat lo logre, vamos camino a nuestro hogar, ahí hablaremos tranquilamente, los exámenes salieron bien, y que su memoria en cualquier momento puede regresar, en especial si hace cosas como las que hacía antes.Le dije al doctor que Montserrat estaba histérica y que quería saber la verdad y todo lo relacionado con su vida, sus hijos y yo, me dio el visto bueno, pero con lo primordial, ósea que soy su esposo, y lo de Vale, lo de Thiago y lo del secuestro, claro eso último tengo que decírselo para aclararle el porque no estaba con nosotros.A Camila no la he visto, pero cuando lo haga me va a conocer, no puedo creer que se haya comportado de esta manera, ella vio lo que pasaba y aún así calló, y tras de todo quería que yo me fuera de ese lugar, ¿Por qué Camila se comporta de esa manera? ¿Por q
—No puedo creer por todo lo que hemos pasado ¿Como les explicaré a mis hijos que su padre no es su papá?—Montse ese imbécil nunca ha sido, ni será el padre de mis mellizos, ellos ya tienen un papá, y ese soy yo y si no estaba con ellos no fue por mi decisión.—Lo sé Gabriel pero te guste o no los niños han crecido con una figura paterna que aunque no lo fuera se comportó como tal. Pero déjame a mí, ellos te dirán papá. Están muy pequeños de ahora en adelante sólo tendrán recuerdos de ti, de su padre el más guapo de todos. —Ante mis últimas palabras sonríe.—Sé que tienes razón mi amor, pero no puedo evitar sentirme enojado, me quitaron dos años de vida de mis hijos, me perdí su nacimiento, sus primeros pasos, sus prime
Salimos del despacho feliz de la vida, amo tener a mi mujer conmigo me siento completo con ella aquí, por un momento pensé que la perdería de nuevo, que me dejaría por pensar que le era infiel, no se que haría si se fuera, me ha hecho tanta falta.Al llegar a la sala se detiene abruptamente, Y mira con detenimiento las fotos que hay colgadas, si Montse quiere recuperar la memoria ¿Qué mejor lugar que su propia casa? en cada rincón de este lugar hay recuerdos.Montse se van directamente a una foto grande donde salimos los cuatro, y atrás el castillo de Disney.—¿Fuimos a Orlando Florida? — asiento antes de contestar, camino hasta ella y la abrazo por detrás.—Sí mi amor, fue nuestra primera luna de miel, era tu sueño y el de los niños y yo vivo para cumplir sus sueños. &mdas
Vamos de camino a mi casa, Gabriel va serio e ido en sus pensamientos, desde que le mencioné a Gustavo, su sonrisa desapareció, ¿Tendrá celos?—Amor, ¿Qué tienes? — sonríe y ese simple gesto me llena el alma.—Me encanta que me digas amor, y no tengo nada — vuelve a ponerse serio, yo resopló y pongo los ojos en blanco.—Gabriel perdí la memoria, pero no perdí el sexto sentido que tienen las mujeres, y además no soy estúpida , sé que tienes algo ¿Podrías decírmelo?, ¿O no confías en mí? — el auto se detiene cuando llegamos a mi casa.—Se que las mujeres nunca pierden su sexto sentido, y también sé que no eres una estúpida, nunca lo has sido, y yo no lo he dicho, y claro que confió en ti, eres la
—Bien te escucho — dice Gustavo algo nervioso.—Bien, mañana habrá una reunión a las 9:30 a.m. quiero que estés presente, aunque ya tú sabrás de qué será la reunión porque te lo voy a decir primero.—¿Es algo grave?—¡No!, bueno al menos para mí, es una magnífica noticia, aunque no todo haya sido bueno.—¿Quieres por favor explicarte?—Claro, claro, como tú y todos saben, yo perdí la memoria, sólo sabía lo que Andrés me había dicho desde que desperté en ese hospital — Gustavo asiente pero no dice nada — Pues resulta que hace unas semanas atrás, me encontré con una conocida, una que me dijo quién era en realidad, resulta que Andrés nunca fue mi esposo, ni m
Sus labios me besan apasionadamente, y gustosa acepto su beso, Gabriel me aprieta fuertemente contra él y puedo sentir su erección, un jadeo sale de mi boca sus manos empiezan a recorrer todo mi cuerpo, yo estoy muy excitada y totalmente húmeda, pero tengo que detenerlo estamos en mi oficina.—Pa… Para…por favor…ah ...Gabriel… Estamos en mi oficina…ah… — digo entre jadeos, pero en lugar de detenerse me besa con más desesperación, pasión, con urgencia poco a poco, me llevan hasta el sofá que hay en la esquina.—Se…que estamos en tu oficina… — Respira con dificultad — Pero … Te deseo demasiado, te quiero hacer mía ya, además estar aquí encerrados, con gente afuera es muy excitante… ¿No crees? — asiento ya que la voz no me sale, sus manos tocan mi centro por encima