PV GABRIEL
Tengo que controlar estos celos que me están matando, pero ver como ese Gustavo se desvive por ella no me gusta, si no hubiera sido porque el idiota nos interrumpe la hubiera besado, extraño su cuerpo, sus besos, sus caricias, y ese idiota aparece para interrumpir, se ve que le gusta mi mujer pero se equivocó si pensó que podría llegar a tener algo con ella se equivocó, porque Montserrat es mía y solo mía.
En todo el camino a la casa no dije nada, pero no porque estuviera molesto, sino porque estoy nervioso, espero que hayan quitado todas las fotos que habían de Montserrat, espero que mis hijos puedan disimular la emoción, aunque sea un poco.
Llegando a la casa se puso nerviosa, todo lo recorrió con su mirada, espero que no le perjudique ver a sus hijos, su casa. Le doy ánimos y abro la puerta, dejándola pasar de primero, ella mira para todos lados h
Sus besos, sus caricias, me hacen sentir ¡viva!, sentir su dura erección rozar mi sexo hace que gima.¿Pero qué estoy haciendo?, ¿Acaso estoy loca?, no he estado con mi esposo, mucho menos con él, además ¿Por qué acepto sus besos si soy una mujer casada? Me separo de sus deliciosos labios.—Esto.. no.. está… bien.. detente Gabriel... — digo entrecortado por la falta de aire, Gabriel se separa de mí, y pega su frente con la mía. Su respiración también es acelerada.—Lo siento, Montserrat, en serio lo lamento, debes pensar lo peor de mí, de verdad discúlpame. —sus disculpas tan sinceras me llegan al corazón.—No pienso mal de usted, al contrario, soy yo la que está casada, debe pensar que soy una cualquiera, si voy a trabajar para usted esto no puede volver a ocurrir. — digo bajando mis piern
—No quiero que te arrepientas, quiero que te sientas segura, quiero que seas solo mía.—¿Y si te arrepientes tú?—Nunca lo haría, ¿Por qué dices eso?—Porque estoy casada, no puedo ser sólo tuya — dice levantando su mano y enseñándome sus anillos, los cuales odio, eran mil veces mejor los que yo le di, y no solo por lo que costaron, sino porque yo se los di con todo mi amor.—Pues tendremos que hacer algo para arreglar eso— dije agarrando su mano, di un beso en ella, y luego quité sus anillos y los tiré en el sillón. — ¡Listo! Ya no estás casada.—Gabriel, las cosas….. —No la dejo que termine, la beso, tratando de demostrarle lo que no puedo con palabras, que la amo, que es la mujer de mi vida, que me ha hecho mucha falta, mi beso está lleno de amor, de cariño, uno que sea
Abro mis ojos y una gran sonrisa aparece en mi rostro, cuántas veces desee despertar así, al lado de la mujer de mi vida, durante estos dos años me ha hecho tanta falta.Anoche cuando me miraba es como si ella me reconociera, como si estuviera con mi Montse y ella nunca se hubiera ido o mejor dicho no hubiera dejado que la arrancaran de mí, de nuestros hijos, hablando de eso tengo algo que hacer antes de volver.Me levanto despacio, y sin hacer el menor ruido, me dirijo afuera de la habitación, busco mi celular y lo encuentro en la mesa, sonrío al recordar, cómo después de la segunda vez que hicimos el amor nos dio hambre y después de cenar lo volvimos hacer en esta mesa.Marco el número de mi amigo Eric y lo llamo.—Al fín — contesta después del segundo tono.—Deja el drama que
Montse durmió en todo el vuelo, y durante el camino a casa en el auto no dijo nada, se que está nerviosa, ella quería preguntarme algo antes de que llegara Jessica, cuando nos montamos al avión le pregunté que me iba a decir y me dijo que hablaríamos después, pero estoy casi seguro que no es algo bueno y si a eso le sumamos que escucho que Camila la odia no es para menos.Al llegar a casa, trato de tranquilizarla, cuando abro la puerta los niños se nos tiran encima para abrazarnos y darnos besos, yo feliz de ver a mis hijos y por lo que veo a Montse también le agrada este recibimiento.—¿Cómo se portaron? —les preguntó cariñosamente.—De maravilla —dice Thiago.—Si hasta nos encargamos de los bebés. —dice Vale—¿Dónde está
Llego a casa de mi Montse, pero me sorprende ver a Camila saliendo casi corriendo de la casa.—¡¿Qué diablos haces aquí?!— pega un brinco del susto que al parecer le he dado.—Gabriel, yo.. yo.. eso no te importa.—¿Que no me importa? ¿Eres estúpida o te haces? ¡Claro que me importa!, es a mi mujer la que viniste a ver, ¿Para qué? ¿Para insultarla? ¿Para contarle la verdad? — abro mis ojos como platos — ¿Eso hiciste?, ¡maldita sea Camila! ¿Qué has hecho?Me dirijo a dentro de la casa pero Camila me detiene con una mano.—Gabriel, quiero hablar contigo, vamos a casa, te prometo que voy a recapacitar, y si en verdad logras convencerme, aceptaré a Montserrat.—¿Crees que me importa que ac
A pesar de que me costó convencer a Montserrat lo logre, vamos camino a nuestro hogar, ahí hablaremos tranquilamente, los exámenes salieron bien, y que su memoria en cualquier momento puede regresar, en especial si hace cosas como las que hacía antes.Le dije al doctor que Montserrat estaba histérica y que quería saber la verdad y todo lo relacionado con su vida, sus hijos y yo, me dio el visto bueno, pero con lo primordial, ósea que soy su esposo, y lo de Vale, lo de Thiago y lo del secuestro, claro eso último tengo que decírselo para aclararle el porque no estaba con nosotros.A Camila no la he visto, pero cuando lo haga me va a conocer, no puedo creer que se haya comportado de esta manera, ella vio lo que pasaba y aún así calló, y tras de todo quería que yo me fuera de ese lugar, ¿Por qué Camila se comporta de esa manera? ¿Por q
—No puedo creer por todo lo que hemos pasado ¿Como les explicaré a mis hijos que su padre no es su papá?—Montse ese imbécil nunca ha sido, ni será el padre de mis mellizos, ellos ya tienen un papá, y ese soy yo y si no estaba con ellos no fue por mi decisión.—Lo sé Gabriel pero te guste o no los niños han crecido con una figura paterna que aunque no lo fuera se comportó como tal. Pero déjame a mí, ellos te dirán papá. Están muy pequeños de ahora en adelante sólo tendrán recuerdos de ti, de su padre el más guapo de todos. —Ante mis últimas palabras sonríe.—Sé que tienes razón mi amor, pero no puedo evitar sentirme enojado, me quitaron dos años de vida de mis hijos, me perdí su nacimiento, sus primeros pasos, sus prime
Salimos del despacho feliz de la vida, amo tener a mi mujer conmigo me siento completo con ella aquí, por un momento pensé que la perdería de nuevo, que me dejaría por pensar que le era infiel, no se que haría si se fuera, me ha hecho tanta falta.Al llegar a la sala se detiene abruptamente, Y mira con detenimiento las fotos que hay colgadas, si Montse quiere recuperar la memoria ¿Qué mejor lugar que su propia casa? en cada rincón de este lugar hay recuerdos.Montse se van directamente a una foto grande donde salimos los cuatro, y atrás el castillo de Disney.—¿Fuimos a Orlando Florida? — asiento antes de contestar, camino hasta ella y la abrazo por detrás.—Sí mi amor, fue nuestra primera luna de miel, era tu sueño y el de los niños y yo vivo para cumplir sus sueños. &mdas