Salgo con el corazón a mil, ¡Dios! Ese hombre, sus ojos.
Instintivamente mis manos se van a mis labios, ese beso, me movió todo por dentro, ni con Andrés he sentido tanto en su solo beso, ¿A quien me habré parecido? Pero sea quién sea la envidio, tiene que amarla tanto. Suspiro, arranco el carro y me voy. En el camino suena mi celular y veo que es Andrés resoplo y volteo los ojos, ya que tenía 6 llamadas perdidas, me pongo los manos libres y le contesto.
—Dime —
—¿Dónde diablos estás?, te estoy llamando hace rato.
—A mi no me hables así, no eres mi papá así que bájale, y si no te contestaba es porque estaba en una reunión de trabajo.
—¿Trabajo? ¿En donde? ¿Y de qué?
—De arquitecta, para eso estudié ¿No?.
—¿Y en dónde es?.<
PV GABRIELSalgo hecho una furia de su casa, ¿Cuál casa? Esa no es su casa, ni su hogar, su lugar es conmigo, con sus hijos.Cuando la vi no lo podía creer, y cuando la besé todo en mí volvió a despertar, pero no se si podré aguantarme por mucho, ella es mía y verla con Andrés me hierve la sangre, pero ese desgraciado se va arrepentir.Antes de ir a mi casa voy a la de mis padres, necesito su ayuda en este momento, tengo hablar, de hecho hasta avisar en la empresa, si ella todavía no puede saber nada hay que mantener discreción, en especial de parte mía, de camino llamo para cancelar mi viaje, estando ella de vuelta no necesito irme.—¡Hola hijo!, ¿Y mis nietos?—En casa mamá, tengo que hablar contigo y papá, ¿Está en casa? — digo preocupado y enojado.—¡Me est&aa
Mientras le preparo el desayuno a mis bebés mi celular suena, al mirar la pantalla es Jessica, frunzo el ceño ¿Habrá pasado algo?—¡Hola! — contesté algo nerviosa.—¡Hola Montserrat!, te llamo para avisarte que no es necesario que vayas al banco.Al oír sus palabras me siento de una vez en la silla, ¿Ya no tendré trabajo? ¿Habré hecho algo que lo molestó ? ¿Ya no lo veré más?—¿Y eso? ¿Por qué?— Eso te lo explicará Gabriel, ¿cree que puedan verse en tu restaurante?—Si, si claro ¿A las 8am estaría bien?—Si, perfecto ya le aviso yo. Hasta luego Montserrat.—Hasta luego. —ella ya había cortado y yo seguía con el celular en la oreja, no sé porque una sensación de nostalgia y soledad se adue&n
PV GABRIELTengo que controlar estos celos que me están matando, pero ver como ese Gustavo se desvive por ella no me gusta, si no hubiera sido porque el idiota nos interrumpe la hubiera besado, extraño su cuerpo, sus besos, sus caricias, y ese idiota aparece para interrumpir, se ve que le gusta mi mujer pero se equivocó si pensó que podría llegar a tener algo con ella se equivocó, porque Montserrat es mía y solo mía.En todo el camino a la casa no dije nada, pero no porque estuviera molesto, sino porque estoy nervioso, espero que hayan quitado todas las fotos que habían de Montserrat, espero que mis hijos puedan disimular la emoción, aunque sea un poco.Llegando a la casa se puso nerviosa, todo lo recorrió con su mirada, espero que no le perjudique ver a sus hijos, su casa. Le doy ánimos y abro la puerta, dejándola pasar de primero, ella mira para todos lados h
Sus besos, sus caricias, me hacen sentir ¡viva!, sentir su dura erección rozar mi sexo hace que gima.¿Pero qué estoy haciendo?, ¿Acaso estoy loca?, no he estado con mi esposo, mucho menos con él, además ¿Por qué acepto sus besos si soy una mujer casada? Me separo de sus deliciosos labios.—Esto.. no.. está… bien.. detente Gabriel... — digo entrecortado por la falta de aire, Gabriel se separa de mí, y pega su frente con la mía. Su respiración también es acelerada.—Lo siento, Montserrat, en serio lo lamento, debes pensar lo peor de mí, de verdad discúlpame. —sus disculpas tan sinceras me llegan al corazón.—No pienso mal de usted, al contrario, soy yo la que está casada, debe pensar que soy una cualquiera, si voy a trabajar para usted esto no puede volver a ocurrir. — digo bajando mis piern
—No quiero que te arrepientas, quiero que te sientas segura, quiero que seas solo mía.—¿Y si te arrepientes tú?—Nunca lo haría, ¿Por qué dices eso?—Porque estoy casada, no puedo ser sólo tuya — dice levantando su mano y enseñándome sus anillos, los cuales odio, eran mil veces mejor los que yo le di, y no solo por lo que costaron, sino porque yo se los di con todo mi amor.—Pues tendremos que hacer algo para arreglar eso— dije agarrando su mano, di un beso en ella, y luego quité sus anillos y los tiré en el sillón. — ¡Listo! Ya no estás casada.—Gabriel, las cosas….. —No la dejo que termine, la beso, tratando de demostrarle lo que no puedo con palabras, que la amo, que es la mujer de mi vida, que me ha hecho mucha falta, mi beso está lleno de amor, de cariño, uno que sea
Abro mis ojos y una gran sonrisa aparece en mi rostro, cuántas veces desee despertar así, al lado de la mujer de mi vida, durante estos dos años me ha hecho tanta falta.Anoche cuando me miraba es como si ella me reconociera, como si estuviera con mi Montse y ella nunca se hubiera ido o mejor dicho no hubiera dejado que la arrancaran de mí, de nuestros hijos, hablando de eso tengo algo que hacer antes de volver.Me levanto despacio, y sin hacer el menor ruido, me dirijo afuera de la habitación, busco mi celular y lo encuentro en la mesa, sonrío al recordar, cómo después de la segunda vez que hicimos el amor nos dio hambre y después de cenar lo volvimos hacer en esta mesa.Marco el número de mi amigo Eric y lo llamo.—Al fín — contesta después del segundo tono.—Deja el drama que
Montse durmió en todo el vuelo, y durante el camino a casa en el auto no dijo nada, se que está nerviosa, ella quería preguntarme algo antes de que llegara Jessica, cuando nos montamos al avión le pregunté que me iba a decir y me dijo que hablaríamos después, pero estoy casi seguro que no es algo bueno y si a eso le sumamos que escucho que Camila la odia no es para menos.Al llegar a casa, trato de tranquilizarla, cuando abro la puerta los niños se nos tiran encima para abrazarnos y darnos besos, yo feliz de ver a mis hijos y por lo que veo a Montse también le agrada este recibimiento.—¿Cómo se portaron? —les preguntó cariñosamente.—De maravilla —dice Thiago.—Si hasta nos encargamos de los bebés. —dice Vale—¿Dónde está
Llego a casa de mi Montse, pero me sorprende ver a Camila saliendo casi corriendo de la casa.—¡¿Qué diablos haces aquí?!— pega un brinco del susto que al parecer le he dado.—Gabriel, yo.. yo.. eso no te importa.—¿Que no me importa? ¿Eres estúpida o te haces? ¡Claro que me importa!, es a mi mujer la que viniste a ver, ¿Para qué? ¿Para insultarla? ¿Para contarle la verdad? — abro mis ojos como platos — ¿Eso hiciste?, ¡maldita sea Camila! ¿Qué has hecho?Me dirijo a dentro de la casa pero Camila me detiene con una mano.—Gabriel, quiero hablar contigo, vamos a casa, te prometo que voy a recapacitar, y si en verdad logras convencerme, aceptaré a Montserrat.—¿Crees que me importa que ac