-¿Y a dónde se supone que me vas a llevar de viaje?- preguntó Joel sentado en la parte de atrás del taxi que los llevaba al aeropuerto.
Dominic no soltaba su mano ni dejaba de mirarle.
No había querido hacer el amor después de la boda (pero sí otras cosas) pues se reservaba para la semana que pasarían en plena naturaleza y los dos solos.
Quería probar a convertirse en un lobo y que Joel lo viera.
Hacía años desde su primera y quizás única transformación.
Y fue cuando Alice lo vio y lo adoptó.
Entrelazando sus dedos con los de su esposo...
Esposo.
Sonaba tan bien.
-Es una sorpresa-
Joel sonrió.
-Mientras no sea a un calabozo con grilletes y cadenas para inmovilizarme...- bromeó.
Aproximando su boca a la del joven, Dominic musitó:
-Sabes que ya no necesito ciertas cosillas-
El castaño varió los ojos de los suyos hasta su boca.
Mordiéndose el labio inferior, susurró:
-Quizas ahora tendría que ser mi turno para...dominarle, señor Bale-
-¿ Usted quiere...dominarme...señor Bale?- devolvió la pregunta Dominic.
-Mmm, no estaría mal-
-Ya lo discutiremos, nene-
Y sus bocas se unieron en un largo y hambriento beso.
El vuelo duró en torno a tres horas. Joel se mareó un par de veces por lo que el resto del viaje lo hizo dormido y bajo la atenta mirada del moreno.
Una vez llegaron al aeropuerto de Acapulco, tomaron otro taxi que los llevaría directos a su destino.
Antes de subirse, Dominic pidió al castaño que le permitiera vendarle los ojos, a lo cuál, Joel aceptó.
Iba nervioso.
Sus piernas no paraban de temblar y Dominic le posó una mano en la rodilla de una provocandole dar un jadeo.
-Relájate- murmuró a su oído.
La voz grave del moreno puso el vello de Joel de punta además de hacerle oler a excitación.
Notando cómo el taxi se detuvo, salió de éste ayudado por Dominic.
Le oyó despedirse del taxista para, luego, sentir cómo lo guiaba.
-¿Por qué no me quitas la venda ya?-
-Aún no-
Llegando ante una bonita casa de planta baja, Dominic soltó su mano.
Situándose delante del joven le rodeó por la cintura y le mandó:
-Agarrate a mi cuello, nene-
-¿Para...-
La respuesta fue dejar de percibir el suelo bajo sus pies para notar cómo los brazos del azabache sostenerle en peso.
-iiQué haces!!- exclamó riendo Joel.
-Hacer que cruces el umbral como te mereces- respondió Dominic caminando rumbo a la casita.
Terminando de colocar las pocas cosas que llevaban en una única maleta, Joel ya podía ver.
Dominic le quitó el pañuelo nada más cruzar el umbral y depositarlo en el suelo.
El joven había intentado llevarlo al sofá para empezar con su luna de miel pero el moreno se lo impidió diciéndole que tenía otro sitio en mente.
Habían cenado entre pícaras miraditas además de jugar, por debajo de la mesa, Joel, con el pie, a ponerlo nervioso ganándose varios gruñidos de aviso por parte del pelinegro.
Cerrando el armario, notó los brazos del moreno cercarle desde atrás por lo que se permitió recostarse sobre él.
Recibió un cariñoso beso en la sien para oírle susurrar:
-¿Sigues caliente?-
-Yo diría más bien que estoy...hirviendo- jadeó Joel.
-En ese caso ponte el bañador- ronroneó Dominic mordiendo el lóbulo de su oreja.
-¡Oooo! Y...y no es... mejor que...no me ponga...¿Nada?- gimió Joel.
-Póngase el bañador, señor Bale-
Propinándole un azote, que provocó dar un brinquito al castaño, abandonó la habitación, no sin antes regalarle una mirada traviesa.
-Solo el bañador- recalcó.
Joel se rió para sí.
-¿Será...capullo?-
Y buscó el bañador para ponérselo.
Con tan solo el bañador puesto, Joel caminó hacia el salón.
Allí se encontró con el moreno, también únicamente vestido con un ajustadísimo bañador tipo braga de color negro.
-iJoooder!- jadeó Joel.
-¿No me queda bien?- inquirió Dominic.
-Sinceramente...no. Creo...creo que...deberías quitártelo y...no llevar ninguno-
-Buen intento- rió Dominic -Pero...va a ser que no- alegó caminando hacia él.
-Jum, tenía que intentarlo- se encogió de hombros Joel.
El moreno le agarró de la mano y lo guió hacia el exterior de la casa por la puerta de cristal del salón.
-A ver qué opinas de las vistas- dijo.
-¿Te gusta?-El moreno miró al castaño quien embelesado observaba, extenderse, más y más, el largo y enorme mar.-Es...es...-Cogiéndole de la mano, Dominic lo arrastró hacia el mar.Sin soltarle, juntos iban adentrándose...Hasta terminar con el agua a la mitad de sus cuerpos.Haciéndole girar entre sus brazos, Bale lo apresó por la cintura con ambas manos para, a continuación, deslizarlas hacia su trasero.Despacio, comenzó a empujar la única prenda que llevaba para, deshaciéndose de ella, hacer lo mismo con la suya.Apretándoselo contra sí con gran cuidado, vio cómo Joel le echó los brazos alrededor del cuello.-¿Te sientes bien?- se interesó Dominic.Joel le regaló una sonrisa al mismo tiempo que se miró y acarició el vientre.Luego lo hizo a él.-Sí-Abarcándole por las nalgas, se lo empujó hacia arriba obligándole a abrir las piernas y enredarlas en torno a su cuerpo.-Si ves que
Se removió en el lecho y se colocó de costado.Su mano se posó en su vientre pudiendo notar el gorjeo que no paraba de hacer.Aún no se creía que él, un hombre, pudiera tener un...bebé dentro de élLlevaba viviendo con ese Ian desde que lograra escapar de su encierro y si bien se había portado como un sol, aún no se fiaba, del todo, de él.Alguien llamó a la puerta.Con toques suaves.Y la puerta cedió dejando entrar al castaño oscuro.-¿Ángel?-Jayden se encogió contra la almohada.Ángel.No le llamaba por su nombre sino que siempre se refería a él con ese apodo tan...cariñoso.Notó cómo el colchón se hundió y luego una mano del hombre posarse en su cabeza.-Angel, el desayuno está listo--No...no tengo hambre--Tienes que comer-Sentía como le acariciaba el pelo.Con mimo.Con dulzura.Gestos que había dejado de reconocer desde que ese...Christian lo había
Dándole la espalda, el rubio notaba los labios del mayor sembrar de besos dulces la parte posterior de su cuello.-¿Te encuentras bien?- le oyó preguntar cogiéndole por sorpresa.Él nunca había tenido que responder a dicha cuestión.Con Christian solo tenía que someterse y dejarle hacer.Después ni besos ni caricias como en ese momento recibía por parte de éste.Apartando el brazo donde Ian le acariciaba, se alejó de él.-¿Ángel?--Estoy bien- contestó para hacerse un ovillo.Irguiéndose, Ian intentó tocarle pero Jayden lo esquivó.-No, no estás bien-Peor que una mierda y culpándose, volvió a intentar tocarle pero otra vez el joven lo evitó.-¿Por qué no quieres que te toque?--Ya...ya tienes lo que...querías-Maldiciéndose, Ian se salió de entre las sábanas y comenzó a vestirse.La había jodido.Había metido la pata hasta el fondo.Sin abrocharse la camisa rodeó la cama y
-Las vas a quemar- Dominic enarcó una ceja y apagó el fuego.-Ya te dije que no sabía cocinar- Joel solo sonrió.Acercándose hasta él le hizo echarse a un lado.-Anda quita, yo lo hago señorito--¿Señorito?- se contrarió Dominic.-Sí, señorito- repitió Joel volviendo a prender el fuego -Las tortitas hay que tener mucho cuidado con ellas o entonces te las vas a comer quemadas, tú ve sirviendo el café que creo que eso sí sabrás hacerlo--No te cueles- señaló Dominic.Joel rodó los ojos, a posta.-¿Has...rodado los ojos?- sonrió travieso el moreno.Colocando las tortitas en un plato, el castaño agarró el paño de cocina para limpiarse las manos pero no lo soltó después de hacerlo.Despacio, sin romper el contacto visual con su esposo y con pasos decididos, se le iba aproximando mientras iba enrollando el paño con ambas manos.-¿Qué haces?- rió calmado Dominic.Joel no r
El toma y daca entre ellos empezaba a tocar más de la cuenta los huevos a Dominic.Eso de solo azotar y no llegar a donde él quería...A punto de estampar la mano en el trasero de su sexy esposo, por millonésima vez del día, Dominic lo percibió e...Interceptó su mano.Ágilmente, el moreno atrapó con ambas manos las muñecas del castaño y se lo presionó contra su ser.-Ya, vale ya, nene- medio mandó medio pidió clavando sus ojos en los suyos.-Mmm, voy a tener que recordarte que aún sigo mandando yo, señor Bale- rezongó Joel con una sonrisa un tanto perversa.-Si quieres mandar, por mí estupendo...pero deja ya de solo azotarme el culo y da el siguiente paso- alegó Dominic con expresión de autosuficiencia.-Oommm, eso...¿Quiere decir que quieres que lo sigamos en el dormitorio?--Bien, creí que habías perdido tu capacidad intelectual- se mofó Dominic.Joel achicó los ojos, como si lo estuviera retando.Acorta
Dominic empezó a tirar y forcejear intentando liberarse de la jodida corbata...¡Pero le resultaba imposible!-¿Se puede saber cómo demonios has atado la corbatita de los cojones?- increpó al castaño.De forma insinuante, Joel caminó hacia él.-Anda, yo te ayudo- dijo.Inclinándose hacia Dominic, le agarró por un brazo y le ayudó a levantarse.-Vale, ya me has atado y has sentido en tus carnes lo que yo sentía haciéndote lo mismo así que ya puedes desatarme-Joel le hizo callar posándole su índice sobre los labios.Y entonces arrimó su boca a la suya para decir, con voz tenue:-Arrodillate-Atónito, Dominic espetó con voz grave:-No me estás diciendo lo que me estás diciendo-Joel repitió, con un tono un poco más autoritario:-De rodillas, Dominic--Ja, ni lo sueñes- -¿Perdona?- preguntó Joel poniendo cara de no entender.-Digo que no pienso arrodillarme- dando un paso ad
-¿Ian?- Alice se quedó sorprendida al abrir la puerta de casa y toparse con el hombre.-Yo...necesito...necesito hablar contigo- La morena denotó tanto un tono de voz plagado de preocupación además de un aroma mezclado entre dulzón y amargo.Olía al chico y a culpa.-Pasa- invitó ella.Cabizbajo, Ian se adentró en la casa.-Sientate por favor- invitó amablemente Alice al hombre.Ian obedeció.-¿Qué sucede?- preguntó la mujer.Tragando saliva y frotandose las manos, Ian miró, pudoroso, a la morena.-No...no sé cómo...llegar a su... corazón-Alice achicó los ojos.-¿Del chico?- Ian asintió con la cabeza.-Solo...solo ve...sexo y...se denigra hasta el punto de...comportarse como...como...- bajó la mirada.-Como un cualquiera- dijo ella.-Sí- respondió en un hilo de voz Ian.Alice dejó escapar un suspiro para después alargar una mano y posarla en una del hombr
"-Aliceee, espérameeee--Ja, no me pillas, no me pillas, baaa, eres muy lentorro pequeño Ian-La niña morena de piel tostada y seis años huía de un niño de no más de tres, también de piel tostada, pero cabello castaño oscuro y orbes azul cielo.-Aliceeeee, no corras tantoooo- lloriqueaba el pequeño.De pronto, no vio una piedra en mitad del jardín y tropezó con ella yendo a caer de bruces a la tierra.El llanto del niño hizo detenerse a la niña, quien al darse la vuelta y verlo tirado en el suelo, llorando, corrió hacia él...-¡Ian, Ian!- Tirándose de rodillas ante éste, vio horrorizada que las rodillas del pequeño estaban heridas.-No llores, no llores Ian, mira, yo te curo-Alice posó sus manos en las rodillas del pequeño...Y como por arte de magia, las heridas se cerraron.-¿Lo ves? Te he curado- sonrió ella.Ian se lanzó al cuello de l