LA LLAMADA DE LA ABUELA: •ஐ[★]ஐ•El sonido del mar, el volar de las aves hicieron que Alina abriera los ojos de golpe. Miró al techo, cerró los ojos unos segundos para poder controlar su respiración. De manera sigilosa, salió de la cama de Edward. Se vistió rápidamente, como si el diablo la estuviera persiguiendo. «¡Madre mía! ¡¿Por qué me tiene que pasar esto?!»La vista de Edward sobre la cama, le hizo querer volver a meterse entre las sábanas. Dormía boca arriba, con uno de sus fuertes brazos sobre la frente. La sábana apenas cubriendo su cintura masculina, haciendo visible su dotada virilidad. Las piernas largas y musculosas, también eran dignas de mirar. La barba incipiente, su amplio pecho y lo suave que respiraba le hizo caer en cuenta de que estaba bien jodida, puesto que su jefe le gustaba más de la cuenta.«Es hora de que muevas los pie
TENSIÓN •ஐ[★]ஐ•Él nunca fue un cobarde, a mayores desafíos se había enfrentado. Negó con la cabeza, porque no entendía el porqué estaba evitando a Alina. De todas maneras tenía que hablar con ella, respecto a la niña. «¡Eres un jodido Cabrón! Estás usando a Kate, para acercarte a ella», era obvio su enojo con él mismo. Recordó la noche anterior, cuando había entrado a la habitación de la niña y las encontró durmiendo, abrazadas. Por alguna loca razón, su hija se sentía segura al lado de Alina. Lo que no sabía si le convenía o no. Ya que con ella nunca se sabía, y eso para Edward era frustrante, porque era una persona completamente impredecible. No le paso por desapercibido, la manera protectora en la cual Alina la tenía entre sus brazos. «Si tan solo su madre la hubiera tratado de esa forma», pensó.No era un secreto que Carolin
PASEO NOCTURNO •ஐ[★]ஐ•Estaba tomando un trago de whiskey, para ver si con eso se iba el mal sabor de la discusión con Margot. Era una completa descarada, cómo se atrevía a decidir acerca de como pasaba el tiempo con su hija. Se pasó la mano por la cara, y luego dio un resoplido. Había pasado toda la semana trabajando arduamente, para despejar un poco su agenda y tomarse unos días, y con eso dedicarle más tiempo a Kate. Para eso la había llevado a la isla, para recuperar el tiempo perdido. Iba a servirse otro cuando escuchó que Alina se aclaraba la garganta.—Te noto un poco tenso —ella manifestó con cautela—, si quieres podemos hablar en otro momento. Edward se giró, la tutora de su hija estaba parada en el marco de la puerta con las manos cruzadas sobre el pecho. Era una postura dura, digna de ella, sonrió. Pensaba que con eso qu
SOBRE LA ARENA •ஐ[★]ஐ•La necesidad por tener un poco más de sus caricias, le comenzaba a volver loca. Y él solo estaba jugando con la situación, ese siempre era su manera de hacerle saber que tenía poder sobre ella. Llevarla al límite del deseo, así que no le quedó más remedio que frotarse sobre su eje, como si fuera una gata en celo. —¡Joder! —exclamó Edward, al mismo tiempo en que le daba un azote en la cadera para que se dejara de mover.Alina no hizo caso a su advertencia y por esa razón, él se hizo cargo de la situación. Inclinó la cabeza para llevarse uno de sus picos duros a la boca. Cuando ella sintió la lengua caliente, juguetear con el pezón. Se quedó inmóvil, y en el momento en que su mano se introdujo por dentro de su falda, y los dedos diestros levantaron la banda elástica de sus braguitas, para acariciar la entrada a su feminida
DÍA DE COMPRAS: •ஐ[★]ஐ•No podía creerlo, jamás había visto el amanecer de esa forma. Y si era sincera, jamás tendría el mismo significado para ella. Aunque tenía el cuerpo un poco aporreado, Alina no se arrepentía de nada de lo que había pasado. Se sentía flotando en una nube, ya que Edward se había encargado de eso. Haciéndola suya durante toda la noche, hasta que aparecieron los tonos rosa en el cielo y la luna y el sol pudieron saludarse. A regañadientes se había separado de él, corrió hasta la casa con la excusa de que quería estar ahí cuando Kate despertara. Pero lo cierto era que necesitaba despejar su mente, puesto que todavía se encontraba dentro de la burbuja de la pasión, y temía que iba a ser un fuerte golpe a la realidad cuando esta reventara. Miró dormir a la niña una vez más, sus cabellos rubios como hilos de oro, al i
CUMPLEAÑOS: •ஐ[★]ஐ•Alina se encontraba sentada en el desayunador tomando una humeante taza de café para despertarse. En los últimos días, se despertaba más temprano que de costumbre. Ya que no amanecía en su cama, y no quería que todos se dieran cuenta. Aunque Edward bromeaba y le decía que eso era imposible porque gritaba mucho, que al menos Brigid estaba al tanto y solo se hacía la tonta, porque para la discreción era primordial para ella. No había duda que tenía un conflicto sentimental. Por una parte, estaba afianzada en el acuerdo que estableció con Edward que solo pasarían juntos ese mes. Pero, por otro lado, ella estaba deseando que le pediera continuar después de que llegaran a casa. Sabía que era imposible, por más que también notaba de su parte que quería más de ella. Escuchó la alarma en su teléfono celular, le había prepar
CELEBRITY: •ஐ[★]ஐ•Edward sintió cuando Alina dejó su cama, y se marchó. Aquello le estaba fastidiando, porque se moría por estar dentro de ella al despertar. Pero ella era muy cautelosa, y en el fondo sabía que tenía razón. Abrió y pensó en las palabras de Madam Anne de que no la perdiera. Pero como perder algo que no le pertenecía, ¿o sí? Se desperezó, para aclarar un poco sus pensamientos, y luego salió de la cama para darse una ducha. Pero ahí, debajo de la regadera, hizo un breve análisis de la situación, y decidió que hablaría con Alina, para proponerle un nuevo trato. Continuar su relación por un tiempo más, después de llegar a casa.A los pocos minutos, salió del cuarto de baño. Estaba terminando de ponerse la camiseta cuando su teléfono celular sonó. Frunció el ceño, pues apenas eran las siete y cuarenta y cinco de la mañ
AQUÍ QUEDÓ TODO: •ஐ[★]ஐ•—Me gusta cuando gimes cada vez que estoy dentro de ti, pero recuerda que estamos a plena luz del día, y todos están despiertos —con una risita agregó: —Les causará envidia saber que estás perdida en el placer.La tomó en sus brazos y luego se levantó del sillón. Caminó hasta el sofá de tres puestos que estaba pegado en la pared. La depositó suavemente y se sacó la camiseta por encima de la cabeza. —No hagas ruido —le advirtió. Antes de arrodillarse frente a ella y abrir sus piernas para acomodarse. Mordisqueó sus dulces pliegues por encima de la húmeda tela de sus bragas. Edward tenía que parar, debía decirle que quizás ese sería su última vez juntos. No tenía el valor suficiente para decírselo, porque de verdad tenía fuertes sentimientos hacia ella. Lo descubrió en el momento en que Margot llamó, exigiendo prác