ALICIA

CAPITULO 3

Alicia....

Una mujer de cabello negro, una hermosa tez blanca, con una hermosa joya de esmeraldas que cuelga de su cuello, y un vestido de uno de los mejores diseñadores del país, baja las escaleras de caracol de su gran mansión.

La fiesta de su cumpleaños 25 tiene que opacar cualquier otra, pero su padre aprovechaba este tipo de eventos, para seguir demostrando que seguía teniendo dinero y que era poderoso.

Alicia en cambio sentía que todo esto era parte de un aburrimiento, y su amigo, Luis, era el único que la entendí en medio de las sonrisas falsas.

Mientras estaban haciendo el brindis, su padre empezó a hablar de los grandes logros de su hija que solamente eran una farsa.

— En la continuación de sus estudios en París, mi hija ha sido una de las estudiantes destacadas de la universidad, y pronto una de las mejores economistas que puedan ustedes ver — las palabras de su padre eran falsas.

Ella no era la mejor estudiante de nada, su estadía en París solamente había sido por dos motivos, alcohol y diversión.

Lo único que sabía de economía lo había aprendido de algunos hombres con los que había tenido aventuras en su estadía en este lugar, conociendo las mejores discotecas.

Alicia había perdido desde hace mucho tiempo su propio Norte, tenía todo lo que cualquier persona de bajos recursos quisiera, pero se sentía completamente sola y abandonada a la deriva.

En ese momento, se paró justo a su lado y la tomó de la cintura en un gesto demasiado inesperado, el novio que tenía solamente para complacer a sus padres, Noah Johnson, heredero de todo el imperio y del grupo empresarial Johnson.

— Por eso, ahora que mi hija ha logrado grandes logros en su vida personal, laboral, es momento de tener una familia —.

La mirada de Alicia fue de completo desconcierto mientras fruncía el ceño mirando a su amigo Luis que la miraba también sin entender nada.

Noah tomó de la mano y le colocó un anillo de compromiso que ella no quería utilizar.

Todos empezaron a aplaudir, mientras este hombre le daba un beso en la boca para que los medios de comunicación hicieran hincapié a este gran evento.

—¿Qué es lo que están haciendo?— preguntó susurrando para no hacerles pasar una vergüenza en público.

— Lo lógico, nos vamos a casar después de tanto tiempo de novios — la respuesta de Noah, la hacía sentir más un objeto que mujer.

Ella de inmediato esbozó una enorme sonrisa, no podía creer que todo lo de la fiesta hubiera sido una trampa para que su padre, concretará un matrimonio que ella no quisiera.

— Perdón, quiero decir unas palabras, estamos en El Siglo 21 y este tipo de compromisos obligados ya no tienen que ser parte de nuestra sociedad — Alicia de inmediato se quitó el anillo y lo lanzó en el acuario que decoraba la gran mansión.

La gente estaba completamente anonadada mientras los medios de prensa, sabían que tendrían el titular para la mañana siguiente.

Su padre, la tomó fuertemente del brazo y la miró con toda la rabia del mundo —¿Qué es lo que estás haciendo? Me estás dejando en ridículo al igual que a Noah —.

— Nunca voy a permitir que me trates como una de tus tantas inversiones — Alicia salió del lugar cantando una canción mientras se quitaba el collar y lo dejaba en la entrada de la casa.

Afuera la estaba esperando Luis, le entregó un cigarro que ella encendió de inmediato para poder pasar el estrés del momento y se subieron en la motocicleta del hombre.

Alicia sabía que había dejado un verdadero infierno atrás de sus espaldas, que sus padres quizás nunca le iban a perdonar lo que había pasado pero no le importaba.

En la herencia estaba muy claro por parte de su abuelo, que ella se quedaría con todo el dinero asi su padre no quisiera, si ellos nunca han subido le habían dado respeto ella no estaban dispuesta en devolvérselo a su padre y madre.

—¿A dónde quieres ir?— la pregunta de Luis será obligatoria porque era Claro que la mujer quería escapar de todo lo que estaba pasando.

— Al mejor club night de toda la ciudad, me quiero emborrachar y olvidarme por completo que tengo modales — Alicia remojaba los labios con tantas sensualidad pero intentando quitarse la rabia.

Mientras tanto...

Manolo se sentía desconcertado por lo que estaba sintiendo, tenía metido en su cabeza la imagen de aquellas dos mujeres.

De la una, sabía que era la hija de uno de sus enemigos, la otra solamente era una fantasma.

Pero había algo que no podía olvidar de las dos, su aroma que se impregnó dentro de sus fosas nasales, como si fuera parte del éxtasis de sus neuronas.

Se mordisqueo el labio en ese momento, estaba dibujandolas en un lienzo, tenía dentro de su cabeza muy metido la imagen de aquellas dos mujeres.

Uno tenía olor a chocolate, ese suave olor que emanaba el cacao cuando es derretido, la otra tenía un olor mucho más dulce a vainilla.

Fumaba un cigarrillo mientras pensaba en lo que estaba pasando dentro de su cabeza pues se suponía, que cada hombre lobo solamente podía tener una mate, no era posible que estuviera perdiendo la cabeza por dos, y sin embargo en aquel cuadro había dejado espacio para una tercera mujer.

Henry su mejor amigo entró a la habitación, le entregó algunos reportes de los negocios y le dijo que esa noche tenían una reunión muy importante en el club Night nuevo de la ciudad.

— Los beta de la manada, están preguntando cuándo vas a intentar matar de nuevo a la hija del cazador, quieren vengarse por todo el año que estás haciendo ese grupo — estaba hablando de Abigail.

La mirada y un gruñido de Manolo fueron suficientes, para que el hombre agachara la cabeza y se fuera de inmediato.

Manolo se colocó sus lentes, cuando salía a la luz pública intentaba cubrir sus ojos azules, con unos lentes de contacto pero en esta oportunidad decidió solamente utilizar unos lentes aunque era de noche.

Llegó al club donde tenía que hablar, con uno de sus tantos socios de la mafia, para mover algunas mercancías y hablar de lo que sucedía.

Estaba en la zona privilegiada VIP, un gran sillón mientras podía observar toda la fiesta del primer piso.

Y en ese momento sus ojos se posaron en quien estaba bailando en la barra, parecía que los aromas de alrededor dejaron de existir, solamente había un aroma que impregnaba sus fosas nasales de nuevo como había pasado en las otras dos oportunidades.

Alicia bailaba, había probado algunos estupefacientes, por lo que su cabeza estaba lejos de las luces de aquel lugar que le hacían sentir bien consigo misma.

Su olor era a Canela, un olor tan fuerte que Manolo empezó a gruñir desde la distancia.

Se dio cuenta que un hombre se acercó a Alicia y la tomó de la cintura, prácticamente de inmediato bajó de allí sin importar si sus instintos estaban yendo mucho más allá.

Luis intentó alejar a aquel hombre que le bajó de la tarima con un puño, Alicia tenía miedo mientras intentaba controlar al borracho.

— Déjame, tú no sabes con quién te estás metiendo — Alicia intentaba soltarse del hombre que quería besarla a la fuerza.

En ese momento sintió como un hombre se hacía detrás de ella y con una fuerza sobrehumana de un solo empujón lanzó a aquel borracho al suelo.

Al girar vio que el hombre con los lentes oscuros, se los quitó de inmediato y se encontró con aquellos ojos azules que habían sido parte de todos sus sueños.

Lo beso.

Alicia no pudo resistir a la tentación de besar al hombre misterioso que la había salvado pero que ya era parte de su vida, en medio de la oscuridad la tomo de la mano y lo llevó hasta el lugar VIP donde le pidió a sus hombres irse.

Empezó a olfatearla y el olor a canela era tan adictivo para él — Eres mía — de nuevo repetía la misma frase que se suponía solamente debía ser para una mujer.

Alicia prácticamente lo estaba pidiendo que la hiciera suya en ese lugar, ni siquiera entendía Por qué sucedía esto en su cabeza pero sentía que le pertenecía desde hace mucho tiempo.

Los dos se sentaron en el sillón en medio de besos, las cosas empezaron a subir un poco más de tono.

Pero antes de que los dos pudieran tener la marca que declararía a Alicia como suya, Henry tuvo que entrar para sacar a la fuerza al Alfa de la manada, de nuevo había una amenaza por parte de los cazadores.

—¿Cómo me vuelvo a contactar contigo?— Alicia no iba a permitir que se le escapara quien había activado en ella muchas cosas.

Él le entregó una tarjeta con su número.

Caroline se levantó muy agitada, miro hacia la luna y sabía que la diosa quería decirle algo.

La maldición parecía estarse cumpliendo y su hijo podía perder la vida, cuando entró a la habitación de este se dio cuenta que las tres A, ya estaban en aquel lienzo.

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