LOS CELOS DEL ALFA

CAPITULO 4

Manolo llegó en la noche con toda la energía que nunca había sentido para acabar su cuadro, después como si algo succionara absolutamente todo de él, se desmayo.

Cuando Caroline vio aquel cuadro con tres mujeres entendió que la profecía de los 25 años estaba cocinándose alrededor de su hijo.

De inmediato tuvo un consenso con los ancianos, ellos y ellas sabían que alejarse de una posible mate iba a ser muy complejo.

Ningún hombre lobo podría contener la obsesión que podía generar tanto el aroma como la atracción.

Pero tenían que hacer un enorme esfuerzo, para que esa relación, con aquellas tres mujeres no diera fruto.

Después de aquella reunión Caroline se citó con su hijo.

— Estuvimos hablando con el consejo de ancianos, creemos que es momento de que elijas a mi sucesora como matriarca de la manada — fue la única excusa que pudo encontrar su madre.

Manolo no le quería decir nada a su mamá de la confusión de su cabeza, tenía miedo que lo consideraran incapaz de la manada por la falla de su olfato.

— Aún no he encontrado a mi mate, así que lo mejor es esperar hasta que eso ocurra — intentaba mantener la calma mientras tomaba una taza de café.

— Quizás es momento de que elijas a una reina, Aunque no sea tu mate, sé que es algo muy poco común pero ya se ha hecho, y consideramos que Alexandra es la adecuada pues tiene el linaje más puro para dar una futura descendencia — Caroline solamente pudo escuchar como su hijo le daba un golpe a la mesa.

— No, todos han elegido a la persona que quieren para que sea la reina, mi padre lo hizo contigo ¿Por qué no me pueden esperar un par de meses? Soy El Alfa y Por ende quién toma las decisiones — Manolo abrió los ojos lleno de furia.

— Antes de pensar en lo mejor para ti, te recuerdo que el alfa tiene que pensar, en lo mejor para su manada, y si lo vemos desde ese punto, lo mejor es tener una nueva raza de linaje puro — Caroline se levantó de la mesa de inmediato.

Henry llegó con alguna documentación que le había pedido a Manolo y este con una sonrisa de inmediato se fue.

Por lo pronto necesitaba resolver lo que estaba sucediendo y que mejor que buscando a las mujeres que le estaban robando su cabeza.

Abigail estaba muy nerviosa después de lo que había pasado, nunca pensé ver al hombre de sus sueños materializarse.

No fue capaz de confesarle a su papá nada de lo que había pasado, e inclusive estuvo unos días encerrada en su casa intentando procesar la información.

No podía creer que estuvo a pocos segundos de entregarse a el por completo, además sigue sintiendo que su cuerpo de nuevo podia caer.

Liam había intentado preguntarle qué había sucedido como lo había hecho su padre e inclusive su ex novio.

Pero la respuesta de Abigail siempre era la misma, no recordaba nada solamente que le habían rescatado.

— Quiero pedirte un favor a la hora de la comida, mi hermano me pidió escoger un anillo para su prometida, y quiero que seas mi modelo y que me ayudes a elegir — La sonrisa que tenía Liam en ese momento solamente le daba un poco de tranquilidad Abigail.

Porque a pesar de que, ella tenía en claro que nunca podía fijarse en un hombre lobo, lo que tenía dentro de su corazón le hacía sentir, una traicionera con su propia gente.

Ella accedió porque necesitaba distraer un poco su mente, quería elegir con Liam, lo que podría decirse había sido un sueño frustrado.

Noel, su ex novio había sido muy importante para ella, pero los dos no habían podido concretar nada porque el no quería ningún tipo de compromiso, ella pensaba que con 25 años ya habría formado un hogar.

Pero para Noel siempre fue mucho más importante, los cazadores y sobre todo la promesa que le había hecho su padre de ser el líder del grupo.

Desde la distancia mano lo estaba vigilando a Abigail sigilosamente, quería estar cerca de ella, parecía que su propia vida no podía tener un sentido si no estaba a su lado.

Su corazón parecía salirse de su pecho nomás al ver ondear su cabello con aquel aroma a chocolate.

Pero también sentía celos, con su mirada minuciosa, no dejaba de ver como la mano de Liam, tocaba el brazo de Abigail mientras ella sonreía con él.

¿Y si él era su novio?¿Si él era su competencia le estaba robando el corazón de Abigail? Empezó a gruñir mientras los perseguía desde la distancia.

No quería imaginar, que ella ya le pertenece a otro, que no era suya.

Liam empezó a pedir todo tipo de anillos, quería que Abigail eligiera el que más le gustaba, la verdad es que el anillo era para ella.

Noel estaba decidido después de lo que había pasado, en recuperar su amor y sabía que al pedirle matrimonio ella regresaría.

Verla en manos de los lobos, y pensar en lo que pudo pasar de no llegar, fue agobiante

Abigail quedó maravillado con un anillo de diamantes en forma de Luna, con un detalle de oro —¿Tu hermano tiene dinero para este?— pregunto con una sonrisa mientras lo miraba y Liam aseguró que el dinero no era problema.

En ese momento Manolo entro, Sintio que sus músculos se tensionaron al ver a Liam colocarle el anillo en la mano a Abigail mientras ella sonreía.

— Quiero ese anillo para ahora mismo, te pago en efectivo — Manolo no iba a permitir que su competencia se quedará con la mejor opción.

—¿Perdón? Usted no se da cuenta que .... — Abigail abrió los ojos, ese hombre le recordaba al lobo de la noche anterior, pero era imposible no tenía los ojos azules.

Manolo y los demás hombres lobos, usaban lentes de contacto para poder pasar desapercibidos, sabían que los humanos quedaban impregnados más en su mirada que en los rasgos físicos.

— Nosotros lo pedimos primero — Liam respondió.

— Yo soy alguien que está muy arriba de ti, así que no quiero problemas — Manolo en un ataque de arrogancia demostrando su poder, saca un fajo de billetes y se lo entrega a la empleada.

— Usted tiene que venderlo a nosotros, se lo pedimos primero — Abigail deja de estar en el encantamiento de Manolo y de inmediato se hace presente su carácter.

— Lo siento señorita pero el joven Manolo es un cliente frecuente, tenemos que darle prioridad — la mujer le quita el anillo a Abigail con mucha discreción para empacarlo para Manolo.

— Es una ventaja de tener dinero y poder, quizás deberías darte cuenta que una mujer como tú se merece algo mejor — Manolo no podía dejar de verla un solo segundo sin sentir que los dos tenían una conexión infinita.

— Vámonos Liam, hay gente que es tan pobre que solamente tiene dinero, quizás a usted le hace mucho más falta el anillo, aunque honestamente me compadezco de la mujer a la que se lo va a regalar — La mirada de Abigail decía todo.

Manolo sintió ese reto como una fuerza que nunca nadie había demostrado, Abigail sacaba el animal que existía en el.

La mujer y Liam salieron de allí y este de inmediato le recriminó — No debiste, ese hombre tiene mucho poder, es un mafioso, mejor ve y come algo y yo te cubro en la librería — los dos se despidieron.

Manolo decidió seguir a Abigail, por lo que le pidió a la empleada de la joyería, enviar el lujoso anillo a su casa.

Abigail se sentó en su cafetería favorita y pidió un sándwich de queso fundido, una taza de café y una copa de helado.

Tenía mucha rabia por haber tenido aquel enfrentamiento, cuando alzo la mirada se dio cuenta que el hombre se encontraba en su mesa.

—¿Qué hace aquí? Se vino a disculparme no me interesa — la mujer no dejaba de mirarlo a los ojos esperando ver el destello azul.

— Nada, solamente quería entender porque una mujer tan hermosa , está con un perdedor como ese — Manolo quería gruñir.

— No tengo por qué darle explicaciones — Abigail se levantó de inmediato de la mesa, Manolo La tomó del brazo algo delicadeza intentando sostener sus propias fuerzas.

Los dos se miraron fijamente, la sensación de sus corazones era algo inexplicable.

— Espero que esta no sea la única vez que nos veamos, sé que trabajas en la librería y créeme que muy pronto vas a saber de mí — Manolo estuvo tan cerca de sus labios pero solamente le dio un beso en la mejilla.

Abigail salió corriendo de la cafetería con miedo de sus propios sentimientos.

Manolo tomó un poco de aire y decidió regresar a casa para encargarse de algunas cosas.

Pero se llevó una gran sorpresa al darse cuenta que su mamá estaba con Alexandra.

— Me alegro que tomarás una buena decisión y por eso de inmediato le pedí a Alexandra que viniera — Caroline pensó que sus palabras habían hecho eco en el corazón de su hijo.

—¿Que sucede? No entiendo nada de lo que dices — Manolo frunció el ceño de inmediato.

— Voy a dar todo de mí para ser una buena esposa, para hacer la esposa que usted necesita — fueron las palabras de una nerviosa Alexandra.

— Por eso le pedí a Alexandra que viniera, nos llegó la sorpresa de tu anillo — Caroline tenía en su mano, el anillo que eligió Abigail, y que la joyería de inmediato envío a la casa de Manolo, malentendido el mensaje.

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