Tenía unas náuseas horribles —princesa, ¿cómo te sientes?

—muy mal amor, estoy preocupada —princesa, seguro fue algo que comimos que te cayó mal.

—no, yo creo que estoy embarazada.

—mierda, nunca esperé que Zafiro me dijera esas palabras… Eso me dejó en shock y sentí como mi cuerpo comenzaba a temblar, ¿realmente crees eso mi amor?

—Sí, ya vengo, bajé y le dije al hombre de seguridad que Massimo me había dejado que me comprara una prueba de embarazo.

—ya se la traigo, señora, subí al auto y llamé a mi jefe —¿Qué pasó?

—la señora zafiro me acaba de enviar a comprar una prueba de embarazo.

—me estás hablando en serio, ¿está embarazada? —me imagino que tiene sospecha, voy a la farmacia a comprar la prueba.

—está bien, yo saldré para allá —¿vendrá a su casa?

—iré a su jodida casa, porque no pienso dejar que ella vuelva a perder otro hijo, así que mantenme informado.

—estábamos en una reunión cuando vi a Massimo alterarse mientras hablaba por teléfono.

—¿Qué sucede?

—tenemos que irnos, man