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Solos tú y yo

Puedo hacerte una pregunta ¿por qué nunca habías estado con un hombre? —es la primera vez en veinticuatro años que me dejan sola como para hacerlo, eso es lo primero y lo segundo es que nunca había tenido este tipo de conexión con nadie como tú mismo lo dijiste, todos los que están detrás de mí son unos niños la mayoría solo lo hacen por el estatus.

—¿y qué te hace pensar que yo soy diferente? —el hecho de que estés aquí, en una cama conmigo, nadie se ha atrevido tan siquiera a darme un beso y tú rompiste todas las reglas dentro de nuestra propia casa, ¿sabes cuántos hombres armados están aquí? ¿Eres consciente de que si mis padres y mis hermanos se enteran de esto te puede matar y no hablo y no es una metáfora?

—no soy tonto Zafiro, sé bien donde me estoy metiendo, ¡yo sé que ustedes son mafiosos! Me lo comentó tu padre antes de hacer negocios conmigo, no sé si sabías, pero recién firmamos una sociedad, él quiere que mis joyas sean mostradas en sus desfiles. Él me contó sobre su segunda profesión porque sabe que si a ustedes los persiguen también podrían hacerlo conmigo e igual acepté, ¿por qué no aceptaría estar contigo? ¡Tengo treinta años, no le temo las consecuencias!

Comienzo por besarla nuevamente porque no quiero que este tema la haga arrepentirse de lo que ha sucedido, así que la amararé tanto como pueda, porque si esta es la primera y la única vez que estaremos juntos lo disfrutaré al máximo. La ubico encima de mí porque quiero enseñarla, mis manos se deslizan por todo su cuerpo y ella no se queda atrás, también acaricia el mío.

— debo decir que me sentí muy aliviada, después de escuchar las palabras de Adriano, el hecho de que él tenga tanta seguridad, que no le tema a mi familia y que sepa que somos mafiosos e igual así quiere estar conmigo. Me hizo sentir muy feliz ahora entiendo temor que tenía mis hermanos al confesarle a mis cuñadas que eran mafiosos… Él me besó y nos olvidamos de todo nuevamente, me encanta la manera como me toca, él hace todo con calma, con una lentitud que desespera, pero que tan excitante, ninguna caricia, ningún beso se parece al anterior, con simples rosas en mi piel puede llevarme el límite.

—¡voglio che tú mi cavalchi, mía regina! Le digo para que suba sobre mí, la tomo por la cintura misma y comenzó a mover sus caderas para que sepa cómo debe hacerlo. Joder esto se siente también, tendré que hacerme esfuerzo sobrehumano para no venirme y le doy un pan de nalgadas en sus glúteos que le hacen aumentar el ritmo, yo me dedico a ver el espectáculo que me brindan sus pechos rebotando sobre mí. Verla despeinada y sudada es todo un espectáculo, mis manos están marcadas por toda su piel y no es porque la haya lastimado, sino porque ella es muy, pero muy blanca, esos ojos verdes llenos de deseo y maldad, esta es su posición… ¡Ella es una reina en toda la extensión de la palabra!

— aumento mi ritmo, mientras observo fijamente a Adriano, él suelta maldiciones y se aferra a las sábanas, decido comenzar a subir y a bajar y escucho un fuerte gemido acompañado de maldiciones en italiano que se llevan mi cordura y estalló junto a él.

—¡mía Regina! Cae en mi pecho cansado y yo la abrazo, eso estuvo fabuloso, aprendes rápido, pero ahora te quiero follar, no solo hacerte el amor. Dejo que se recupere un poco y tomé el control de la situación, la puse en cuatro, ¡te agarras fuerte de la cabecera de la cama! Solté el peinado que traía y enrolle su largo y rubio cabello en mi mano mientras dejaba besos y mordidas por su espalda, cuando llegue a sus glúteos di un par de azotes antes de penetrarla si piedad.

—¡Adriano! — aumenté mi ritmo y la cama se movía de lugar, los gemidos y gritos de Zafiro eran muy fuertes, agradecí mucho que la música de la fiesta estuviera muy alta, ¡quería que ella supiera que nadie más podría tomarla como yo! ¡Ella es mía! Sentía como sus piernas temblaban anunciando su orgasmo y bajé el ritmo.

—¡no! Por favor — ella lloriqueaba y eso aumentaba mi ego —¿qué quieres principessa? —¡Quiero llegar!

—aguanta un poco más, comencé a mover mi cintura de forma circular y ella soltaba pequeños aullidos, la tenía justo como quería su cuerpo comenzó a temblar y estalló en el orgasmo más divino que tendrá en toda su vida, ella estaba sin fuerzas, pero yo no la dejaría descansar así que lleve mi mano hasta su botón y comencé a frotar.

—¡Adriano mi ucciderai! — ¡Te mataré de placer! Nunca conseguirás un hombre que te devoré como yo lo hago porque ¿eres mía Zafiro Salvatore? — ¡Soy tuya Adriano! Estaba totalmente fuera de mí cuando admití eso y no es para menos este hombre es un Dios, he escuchado muchas historias de mis amigas y ninguna está ni cerca a lo que yo estoy sintiendo con este hombre.

— decido llegar con el nuevo orgasmo de ella y caemos en la cama tratando de recuperar nuestro ritmo cardiaco y la música se detiene, me imagino que está terminando la fiesta, abrazo a Zafiro.

— detalló el rostro de Adriano y es un hermoso italiano, su mirada dice tantas cosas tanto buenas como malas —¿en qué piensas cariño? — ¡En lo guapo que eres! Este será el algo más grande que recibas, ¡tu belleza se podría comparar a la de mis hermanos! Y eso es una locura, nosotros somos conocidos por nuestra belleza griega, pero nunca había visto un físico como el tuyo en Italia.

—suelen decirme ese cariño, es que mi madre es española y mi padre es italiano, tengo como una mezcla de ambos, mi padre sí es el típico italiano. Pero concuerdo contigo, la belleza de ustedes es de otro nivel, me disculpas por lo que te voy a decir, pero tu hermana Diamante parece una alucinación.

—ja, ja, ja, eso suelen decir y si le quieres agradar, nunca le digas eso, es más, nunca te refieras a su belleza, ella odia que las personas solo vean eso en ella, sabes, hay mucho más, si alguien se tomará el tiempo realmente de conocerla cayera rendido a sus pies.

—ustedes dos son casi iguales, solo que ya tiene el cabello blanco y sus ojos entre verde y azul y tú tienes los ojos de un azul fuerte y el cabello rubio.

—gracias a Dios, porque sería aburrido ser exactamente igual…

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