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Malditamente mia

Mis labios volvieron a su cuello, mientras mis manos se colaban por el escote de su pecho, me encantó sentir sus pezones erectos, así que los pellizque fuerte —¡Adriano!

— Shhhh, princesa, estoy apenas es el comienzo, susurré en su oído, luego comencé a amasar sus muy firmes y redondos pechos. Bajé mis besos por su escote para llevar mi boca hasta ese lugar que aclamaba mi atención, como el vestido me molestaba lo rompí

— ¡Adriano! — sonreí con suficiencia por su reacción y comencé a delinear sus pechos con mi lengua, mientras devoraba uno, pellizcaba el pezón del otro, cosa que fue aumentando su placer y por ende sus gemidos. Le di toda la atención que sus pechos querían, luego bajé mis besos por su perfecto cuerpo, me detuve para quitar la diminuta tanga que traía, la deslicé con mucha delicadeza porque mi plan no era asustarla y no sé por qué algo dentro de mí me pedía hacerle el amor.

No quería que ella se sintiera como una más quería que esta experiencia fuera única, así que mis manos se deslizaron por sus piernas como una pequeña caricia, sentía como ella temblaba, luego subí una de sus piernas y la otra para, tenerla totalmente desnuda ante mí me levante y la observe detalladamente vi como sus mejillas se ponían sonrojadas. Pero lo más sorprendente es que ella no se intimidó, sino que me miró con esa m*****a suficiencia que suele tener, en su mirada había una afirmación, esa era ¡sé que soy hermosa! Eso me desquicio, así que me acerqué y devoré sus labios que clamaba mi atención, fui quitándome la ropa mientras la besaba cuando estuve en bóxer, la volteé y comencé a besar desde su cuello su espalda, mientras daba leves mordidas en su piel blanca y hermosa.

—joder, este hombre me tenía al borde de un ataque, con cada caricia y mordida, despertaba sensaciones cada vez más fuertes, necesitaba presionar mis piernas para calmar lo que me sucedía.

— bajé mis besos hasta sus glúteos y les di toda mi atención, mientras una de mis manos subía y bajaba por sus piernas.

—¡Adriano! — ¿Deseas que continúe principessa? —¡Sí quiero más!

— sonreí porque la tengo justo como quería, así que la cargué y la llevé a la cama la acosté boca arriba y comencé a bajar mis besos desde su cuello hasta sus pies, los cuales besé después abrí sus piernas y comencé a subir dejando pequeños mordiscos en mi camino que la hacían estremecerse y gritar subí hasta su hermoso coño y comencé delineándolo con mi lengua, luego la deslicé por sus labios.

—¡Adriano! — la abrí para mí y comencé a dar pequeñas lamidas, ella se retorcía de placer y se aferraba a las sábanas, luego decidí aumentar un poco más mi ritmo y comencé a devorar su coño.

—¡estaba en la gloria! Tomé el cabello de Adriano mientras gritaba de placer, esto es lo mejor que he hecho en mi vida, las sensaciones me desbordaban, él succionaba y lamía mi coño como si fuera el manjar más divino del mundo, sentía como mi vientre hormigueaba ¡no pares, sí! Estalle ¡Adriano!

—fue todo un espectáculo verla llegar al orgasmo, decidí dejarme de juegos e introduzco mi lengua dentro de su vagina, mientras froto su botón de placer, eso la hizo perder el control nuevamente y comenzó a frotarse contra mi boca, luego introduje uno de mis dedos en su apretado centro y ella tuvo un orgasmo más fuerte, me separé para quitarme el bóxer frote mi miembro que estaba empapado de líquido preseminal todo esto bajo su atenta mirada. Ella me observaba con lujuria y con esa m*****a seguridad, ¿cómo puede ser así? ¿Es que acaso no le da vergüenza estar así de expuesta frente a mí? Juro que quería darle una lección, ¡la quería penetrar tan fuerte hasta que se doblegará ante mí! Me ubiqué encima de su cuerpo y comencé a golpear su coño con mi miembro.

—¡ahh! — luego deslicé mi miembro de arriba abajo por su centro que estaba empapado totalmente, me acerqué a sus labios, comencé a devorarlos mientras me abría paso dentro de su coño. Pero nada en mi jodida vida me preparo para esto, al tratar de entrar encontré una barrera, ¡ella es virgen! Eso llevo mi ego a niveles inimaginables, pero también me hizo perder la cordura, así que la penetre de una sola estocada.

—¡Ahh! Joder, eso dolió.

— me quedé inmóvil y la observé, sé que eso tuvo que haber dolido, pero ella no me lo mostró, aunque sus ojos la delataban, porque tenía un par de lágrimas que no fueron derramadas, eso me hizo darme cuenta de que su orgullo era más grande que su propia persona. Volví a besarla para qué se relajará y comencé a moverme, mientras ella clavaba sus uñas en mi espalda.

—¡Adriano más rápido! — esas palabras desataron el animal que habita en mí así que aumenté el ritmo, tomé sus caderas fuertemente y perdí el control, sus gemidos se mezclaban con mis maldiciones y el sonido de nuestros cuerpos chocando ¡eres malditamente adictiva y ahora Salvatore ¡sei dannatamente mío!

— cuando Adriano dijo que eres malditamente suya en italiano, explote en un delicioso orgasmo, su acento italiano es malditamente seductor, no entiendo por qué hablo en español cuando se acercó en el baño. Él coloca mis piernas en su hombro y su miembro creo que toca algún órgano porque siento un leve dolor, pero rápidamente es sustituido por placer ¡Adriano, ahh, sí!

—ella tuvo su segundo orgasmo y yo no quería terminar ¡Questa é la gloria! Comencé a jugar un poco subiendo y bajando el ritmo hasta hacerla enloquecer hasta que noté que tendría otro orgasmo y me dejé llevar ¡Moriró felices!

—cuando me recuperaba del último orgasmo recordé las palabras que dijo Adriano en italiano, primero que estaba en la gloria y luego que moriría feliz y me dio un ataque de risa, ¿cómo puede decir esas cosas en un momento como este?

—ja, ja, ja, es cierto, preciosa, me acabas de regalar la mejor experiencia de mi vida — ¡ya sé que soy perfecta, no necesito que me las repitas! — ja, ja, ja, ¡yo que pensaba que te iba a doblegar!

— ni en tus sueños ¡soy Zafiro Salvatore! —eso lo sé princesa sonrió y me acuesto para guiarla a mi pecho, es bueno saber tu nombre, ¿te lastimé? — sí, un poco.

—Perdí el control, doy pequeños besos en su hermoso rostro, ¡tu belleza es de otro mundo! — eso suelen decir — ¡tus ojos cambiaron de tono!

— ¿estás loco? — te observé toda la noche, estoy seguro de que ahora están más claros sin contar que brillan más…

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