Familiares de la señorita Salvatore, por favor pasar a la habitación 501.

—cuando escuché esas palabras me quedé paralizado, no quería levantarme, no sabía o no quería enfrentar a mi esposa, ¿qué le podía decir? Si ni yo mismo sé cómo consolarme, pasé las manos por mi cabello para despeinarlo, luego tomé valor y me levanté. Lo que más me sorprendió es que mi suegra y mis cuñadas no hayan corrido, sino que estaban esperando mi reacción, sé que mueren de ganas por verla, pero están respetando nuestra privacidad, saben que es mi deber entrar y darle la noticia a mi esposa.

—la ansiedad me estaba matando, quería correr y abrazar a mi niña, pero no me correspondía, no era yo la que tenía que decirle que su bebé había muerto. Eso era trabajo de Adriano, solo esperaba que él tuviese la valentía de afrontarlo, lo observé, quería darle su tiempo para reaccionar, en caso de que no lo hiciera yo tomaría la responsabilidad. Pero no podría asegurar que mi hija quisiera verlo después de eso, sé que