No negaré que me siento destrozada, pero después de haber visto a mi papá y a mis hermanos me siento un poco mejor, mi corazón consiguió un poco de alivio, poco a poco fui dejando de llorar fuerte. Ahora solo brotaba pequeñas lágrimas mientras ellos me platicaban todo lo que habían hecho en Grecia, sé que algunas personas le parecerán sádico que eso me llene de alivio, pero cuando se ha sufrido tantas pérdidas como las que hemos atravesado nosotros. Aprendemos a encontrar un poco de fuerzas en la muerte de aquellos que te hicieron tanto daño. Es cierto que nosotros somos mafiosos, pero nunca dañamos a una persona que no nos haya hecho lo mismo, Ramsés no tenía derecho a meterse conmigo y arrebatar la vida de mi hijo en el proceso, él era un ser inocente que no le había hecho daño a nadie y que no pidió venir a este mundo… Aunque Adriano y yo pasamos por miles de adversidades nunca estuvo a discusión la vida de nuestro hijo, siempre fuimos conscientes de que si yo estaba embarazada lo