No sabe cómo lidiará con esto, pero es el deseo de su esposa.—Luego de esto nos iremos de aquí —Declan besa sus labios—, lo juro, mi amor.No es fácil para Maylene, pero lo hace por su padre. Joshua tampoco merecía esto. Cuando Maylene está en silencio horas después, frente a su propio yo, a segund
—Quería venir a verte desde antes, pero todo —el primer suspiro abandona a Maylene, observando las flores—, mi vida fue un desastre, papá. Un completo desastre. «—Hay tanto qué quiero decirte —Maylene se quita la primera lágrima—, quiero qué conozcas a mis niñas. Mis gemelas. Hubiese dado todo par
—Nena, si sigues haciendo eso voy a chocar. —¿Hacer qué? —Maylene sonríe en su hombro. —Y voy a hacerte el amor justo aquí —Declan le roba un beso rápidamente. Vuelve la vista hacia la calle—, no me hagas esto. —¿Hacer qué, Declan Morgan? —Maylene coloca su mano en la pierna—, yo no estoy haci
—Oso —murmura Hannah en gimoteos cuando Declan se acerca hacia las tres—, ¡Oso! —sigue llorando Hannah. —Hola, mi amor —la toma entre sus brazos. Hannah salta hacia él también en llanto—, papá está aquí. No voy a volver a dejarlas solas. Maylene se ríe, todavía entre lágrimas. No deja de besar a
Hay melancolía en el rostro de Amy Morgan cuando carga a su pequeño hijo de un lado a otro. Está tratando de dormirlo, y a su vez, escucha las noticias en la televisión. La reportera está hablando ahora de su todavía esposo. Repite lo qué ya sabe, lo qué le ha generado no sólo tristeza, sino qué h
Samuel no pierde el contacto visual con Amy. Se inclina hacia atrás para enderezarse sin decir algo más. Le deja el camino libre. —Te llevaré aunque no quieras. —¿Por qué hace esto? —No quiero dejarte sola. En un santiamén la expresión de Amy cae en la sorpresa. Si hay un malentendido de seg
—Johnny lo es todo para ti. Pero tú lo eres todo para mí. Te he amado desde el momento en qué te conocí y te dejé ir porque lo miraste a él como el hombre de tu vida. Verte feliz era mi felicidad. —Por Dios… —Pero para mí él no existe. Te hizo daño. A los dos. No le importó qué tanto daño sufrir
Tantas veces había soñado con el día en el que estuviera abrazando a su esposa y estuviese abrazando su vientre, porque ella estaría esperando un hijo suyo. Se volvió un sueño. Luego, con la amargura apoderándose de su vida y de sus sueños, se resignó a perder la esperanza, pese a sufrir en silencio