—Lo sé, sé que tiene ser ahora —Maylene rompe el contacto para interesarse en Amy.—¿Qué sucedió para que cambiaras de mi opinión, eh? —de seguro Amy está más contenta que ella, pero sus manos están apretándola con tan fuerzas que teme lastimarla.—Es que si vieras como las niñas adoran estar con él
—Declan, tú y yo tuvimos —se detiene. Suspira, tomando aire otra vez—, Declan, tú eres el padres de mis gemelas —se detiene otra vez, mordiendo el labio—. Dios —se echa hacia atrás, y vuelve a agarrarse las manos—, las niñas son tuyas —y se tapa la boca con las dos manos—, tuvimos gemelas, Declan. T
—Yo no tengo nada con Rebecca, Maylene —Declan le murmura en el oído—, deja de estar celosa. Sólo tengo ojos para ti.—No estoy celosa —Maylene murmura de vuelta—, es qué me di cuenta que las paredes tienen oídos, y nadie tiene porqué escuchar lo que te diga —simplemente siente nostalgia. Observa a
—¿¡Señora Maylene?! —Roxxie lleva a Hannah hacia sus brazos, y la mira con los ojos abiertos. Intenta acercarse—, ¿Está todo bien?—¿Hace cuánto? —mientras tiene oculta a Hayley en su cuello, Maylene gira completamente el cuerpo hacia Roxxie. Por un instante siente sus manos temblando al sostener a
—Muéstrame los vídeos de las cámaras por favor —deja a las niñas en el suelo. Pero el error fue confiar en que podía controlar a ambas. Hayley jala su pantalón con llanto para que vuelva a levantarla—, dame tan sólo un segundo, mi amor —le pide en voz baja, sosteniendo su mano.—Claro, señora. Sígam
Marca su número.“¿Bueno?”No es la voz de Declan.—Amy —pronuncia, aliviada también—, soy yo.“Maylene, gracias por llamar. Declan está en la habitación de mamá y dejó el teléfono. De seguro ya regresa porque se fue hace media hora.”—¿Cómo sigue la señora Ellison?“Todavía no despierta” la decepci
—Ya estamos cerca de llegar al hospital, señora —Fred acelera lo más que puede. Y expresa éstas palabras porque sus lágrimas silenciosas son una cascada que no tiene final.Maylene mueve la cabeza como puede, pero las fuerzas están alejadas de ella, no las consigue. Y las tiene en su cuerpo sólo par
—Te juro por Dios que ella estará bien —Declan toma su rostro. Sus dos manos acarician las mejillas que acoplan las lágrimas de Maylene—, necesitamos esperar, está en buenas manos.—Mi bebé —como si su corazón no pudiese comprender la desesperación que está sintiendo Maylene no controla sus lágrimas