Es Maylene quien lo alcanza.—¿¡Qué se supone qué estás haciendo?! —Maylene lo encara en voz baja para que nadie más la escuche—, ¿¡Estás vuelto loco?!Carl se detiene, mirándola por el hombro.—¿Qué? —le pregunta con rabia—, ¿Le dirás al tipo que te abandonó y te trató como basura la verdad?—Eso n
Amy está en su bata blanca cuando Declan aparece. Y aunque no rompe a llorar, su expresión está lejos de estar calmada.—Gracias a Dios están los dos aquí —se apresura a tomarlos a abrazarlos a ambos—, hablar contigo es como hablar con la pared, pero no voy a regañarte, no ahora —se dirige hacia Dec
—Lo sé, sé que tiene ser ahora —Maylene rompe el contacto para interesarse en Amy.—¿Qué sucedió para que cambiaras de mi opinión, eh? —de seguro Amy está más contenta que ella, pero sus manos están apretándola con tan fuerzas que teme lastimarla.—Es que si vieras como las niñas adoran estar con él
—Declan, tú y yo tuvimos —se detiene. Suspira, tomando aire otra vez—, Declan, tú eres el padres de mis gemelas —se detiene otra vez, mordiendo el labio—. Dios —se echa hacia atrás, y vuelve a agarrarse las manos—, las niñas son tuyas —y se tapa la boca con las dos manos—, tuvimos gemelas, Declan. T
—Yo no tengo nada con Rebecca, Maylene —Declan le murmura en el oído—, deja de estar celosa. Sólo tengo ojos para ti.—No estoy celosa —Maylene murmura de vuelta—, es qué me di cuenta que las paredes tienen oídos, y nadie tiene porqué escuchar lo que te diga —simplemente siente nostalgia. Observa a
—¿¡Señora Maylene?! —Roxxie lleva a Hannah hacia sus brazos, y la mira con los ojos abiertos. Intenta acercarse—, ¿Está todo bien?—¿Hace cuánto? —mientras tiene oculta a Hayley en su cuello, Maylene gira completamente el cuerpo hacia Roxxie. Por un instante siente sus manos temblando al sostener a
—Muéstrame los vídeos de las cámaras por favor —deja a las niñas en el suelo. Pero el error fue confiar en que podía controlar a ambas. Hayley jala su pantalón con llanto para que vuelva a levantarla—, dame tan sólo un segundo, mi amor —le pide en voz baja, sosteniendo su mano.—Claro, señora. Sígam
Marca su número.“¿Bueno?”No es la voz de Declan.—Amy —pronuncia, aliviada también—, soy yo.“Maylene, gracias por llamar. Declan está en la habitación de mamá y dejó el teléfono. De seguro ya regresa porque se fue hace media hora.”—¿Cómo sigue la señora Ellison?“Todavía no despierta” la decepci