—Te amo —responde la niña, y Maylene es capaz de entender su intento de repetición, lo que hace que sonría. A Hayley le cuesta quedarse dormida, pero luego de un par de canciones, cae rendida junto a su hermana. Necesita arreglar el desorden de la sala así que vendrá dentro de poco. Sus hijas de
—Qué amable eres. —Y tú has vuelto bastante parlanchín —Maylene se limpia las manos luego de terminar con las mejillas sonrojadas de Declan—, ¿Cómo sigue tu herida? Se levanta, alejándose del mueble en donde ambos estaban. Intenta concentrarse, hacer de éste momentos a solas lo más profesional,
¿Cuánto más se supone que estará aquí? Sumando los enormes problemas que atraviesa su vida, y bajo el mismo techo que Declan, no puede resumir ni hablar del tiempo. No basta sólo con mentalizarse, sino de hacer.Todavía sonrojada Maylene se queda en el umbral de la habitación donde duermen las niñas
Roxxie se adelanta a subir a las gemelas mientras recoge otra vez el desastre que Hannah dejó en el suelo de la sala principal. Han pasado varias personas hacia la oficina de Declan, así que no quiere interrumpir ni molestarlo. Declan Morgan siempre ha sido un hombre ocupado. Y luego de lo de ayer,
—¿Mason? —Maylene da un paso hacia atrás—, ¿Estás seguro que es él? En primero lugar, ¿Cómo consiguieron ésta base de datos? ¿Personal de Shannon?—No fue difícil. Sólo tienes que tener contactos —a Sam se le nota las venas de la frente, como si estuviese dispuesto a explotar en cualquier momento. S
—¿Área de producción? —Maylene se queda en silencio unos momentos—, esa era mi área.—No existe una ingeniera al igual que tú, eso tenlo por seguro —de repente es Sam es quien toma la palabra—, ¿No has trabajado más de eso?—Claro qué si, es mi especialidad. Trabajaba para una empresa en Oslo porque
—No me digas que eres…—Edison la señala—, ¿Esa Maylene Dodson? ¿La hija del difunto Joshua Dodson?—Sí…exactamente —Maylene comienza despacio y termina con un sonido contundente—, ¿Te molesta mucho si te quito un poco de tiempo?—Estás en tu casa, bueno, oficina. Ven por aquí —Edison le jala la sill
Quisiera estar sorprendida, pero la mente de Maylene se distrae tanto en la imagen que está viendo que ya no siente ni preocupación. Por alguna extraña razón se lo esperaba. Señala los datos que arroja la computadora. —Esa dirección ya no existe —comenta, totalmente seria—, ya no vivo en esa cas