C—Aquí la cuestión, señor Morgan…—Maylene se va alejándose lentamente de él, tomando su mano para soltarse de él—, que no puedes perder algo que no tienes —y finalmente se digna en alzar la mirada para verlo—, has confundido las cosas. No me tienes, así que no puedes perderme.—Estás bajo mi protecc
Maylene suelta su camisa.—Estaré muy al pendiente de tu evolución, y de cómo sanas. Es algo que te prometo, y cumpliré —Maylene se pasa la mano por la nariz para esnifar.—Maylene…—Y si quieres ayudarme, bien. Te lo agradezco también. Pero seguirá siendo lo mismo para ti y para mí. Tengo cosas imp
Las gemelas dejan sus manos rápidamente para correr por la grama verde y luminosa por la luz del sol de la mañana. Se pone las manos en la cintura al verlas, sonriendo un poco al comprender que el simple sonido de su voz es lo que comienza a darle esa sensación que bienestar.Mientras las observa, s
Claire se cruza de brazos. Un tanto impactada por las palabras de Maylene, se gira hacia ella. Frunce el ceño, confundida. Intenta hablar, pero no le sale nada. Sin embargo, vuelve a hablarle como si no entendiera.—¿A Declan?Maylene baja la mirada hacia Hannah, quien alza su mano para mostrarle un
Maylene también le devuelve la sonrisa. Pero es casi lo mismo que una mueca de pesar.—Las llevaré a bañar.—Tengo que salir de vuelta. Fenton me llevará —Claire sonríe—, sabes que tengo un par de trabajos aquí también.—Y no sabes cuánto me alegra, pero por favor sal con un escolta —dejan a las niñ
—Sí, mi amor —responde apenas—, vamos a bañarte. ¿Vale?Observa a Declan con las fuerzas que no sabe de donde saca, pero tomando un suspiro, vuelve a recomponerse.Maylene es la primera que comienza a caminar.Declan la observa también en silencio.—Creo que a mamá no le gusta que me les una —le sus
No hay nombre para ponerle a esto que ahora siente. Jamás creyó que vería una expresión indescifrable en el rostro de Declan. Parece que el tiempo se detuvo. Y sólo, ahora, existen ellos. Con esa compartida de miradas que no favorecen nada de lo que Maylene creyó que haría cuando según ella todo se
Un silencio aniquilador se forma en ambos, y los guían en esa batalla que ninguno gana. Ambos salen heridos. —Sé que te lastimé, no merezco ser perdonado, y lo entiendo. Maylene aprieta los labios. —Eres tú la única que elige. Maylene se abraza a sí misma. Duda en si verlo otra vez, y duda ya se