—Voy a matarlo si le hizo algo —Declan vuelve a levantarse y con su paso las gasas, el alcohol e incluso el motor donde sus signos son evaluados pitan de sobresalto cuando se los lleva con él cayendo cada vez que se aleja hacia la salida. No tiene camisa por lo que su torso completamente cubierto ha
Pero el auto logró traspasar la reja antes de que pudiese obstaculizarlo, y Declan se detuvo atrás de la misma, parando de correr mientras sus ojos, completamente desorbitados, recordaba una y otra vez las facciones. ¡Fácilmente engañaba a cualquiera! La única manera de que lo hubiese engañado fue p
En una batalla contra el tiempo Maylene divisa los ojos peculiares de Shannon para perder los estribos, y sobre todo, debido al sonido que viene desde el otro lado del salón para torturarla: el llanto de sus bebés.—¡Voy a matarte! —grita Maylene con lágrimas en los ojos—, ¿¡Qué le están haciendo a
Maylene atrae el papel.Pese a que sus dedos tiemblan, firma.Tira la carpeta hacia Shannon.—Quiero a mis hijas ahora —Maylene mira la pantalla—, ¡Ahora! ¡Quiero a mis hijas!Shannon parece que toca una fuente de oro, toneladas de oro mientras alza el papel divisando la firma de Maylene Dodson: qui
Kieran sonríe.—Ser agradecida. Me preocupé por ti; no quiero que Declan vuelva hacerte daño. Logré que huyeras de su tiranía antes de que te dejara en la calle sin nada, y a diferencia de mí, sin ninguna ayuda. ¿Querías pasar por esa humillación? Porque Declan definitivamente iba a hacer lo mismo,
Quizás sea un milagro del cielo o simple suerte cuando, luego de correr, Maylene divisa un pasillo abierto. Lo primero que ve en éste pasillo abierto es que mientras más corre se acerca a una especie de patio, así que se anda con cuidado cuando divisa que, en efecto, lo que parece ser la entrada a
Al menos ya puede escuchar ruidos, voces. Lejanas, pero son voces. Maylene comienza a marchar nuevamente.Si viene alguien detrás lo ignora por completo. Ya la oportunidad de huir la tomó en la primera. No puede desaprovecharla.Y la esperanza llega brutalmente cuando frente a sus ojos la rampa de u
Tiene a las dos gemelas en sus piernas, y mueve su pierna una y otra vez sin parar con la mirada pérdida en un rincón.—¿Mami, quieres? —Hayley le alza la galleta hacia sus labios—, come. Debes comer.—Estoy bien, amor —Maylene le sonríe acariciando su pelo de rapunzel—, estoy bien. ¿Te gusta?—¡Est