Era domingo, pero no era cualquier domingo, era el domingo once de diciembre, Esther dormía en el sofá con la televisión encendida.
Angélica, acompañada por Ana, Laura, Omar, y Moira entraron al vivero silenciosamente, Moira llevaba un pastel de chocolate en sus manos.,
Al verla dormida fueron aún más cuidadosos, Omar fue hacia el toca discos y puso un disco. Levantando el pulgar les indicó que todo estaba correcto.
Moira acomodó el pastel en la mesa, Ana fue al refrigerador y trajo una bebida que Ang&eac
Laura golpea la puerta y pasa, Moira y Angélica dejan de hablar entre sí para saludarla.-¿Quién iba a decir que las vería conversando tranquilas y sonrientes?, cuando yo era chica no entendía lo que les pasaba, no entendía el odio con el que se miraban, pero ahora está clarísimo-Nunca hubo odio- exclamó AngélicaLaura caminó hacia la carpeta, conociendo por fecha las cartas buscó una y la leyó en voz alta
Para Angélica el sesenta y tres fue un año complicado, un año loco, inolvidable en todos los sentidos de la palabra, al pueblo llegaron un grupo de hippies, acampaban en cualquier parte, y se la pasaban visitando el vivero porque amaban a la naturaleza.Eran tres hombres, Theo, Rudy y Johnny, y dos mujeres Tania y Silvia, hacían fogatas, tocaban guitarra, cantaban, y por sobre todo, se drogaban.Esther estaba totalmente fascinada con el modo de vida que llevaban y lentamente comenzó a cambiar su apariencia.Sus usuales camisas lisas
-Creen que pienso que lo de mi columna es una mala noticia, yo he tenido tantas malas noticias en mi larga vida que un pronóstico de una muerte que con o sin tumores a mi edad era inminente, no es nada-Si te encenderé Angélica, uno ya aprende a vivir con el dolor- opina Moira revolviendo la sopaAmbas sentadas en el comedor esperan a Clementine que va entrando con su tejido y un plato servido, se sienta junto a ellas y les sonríe-Me dijo Vivianne que andas enferma Era treinta de enero, a un mes después de la muerte de Ana, Laura llega al vivero, Angélica limpia y Esther atiende a una clienta.-Hola, si necesitan ayuda aquí estoy- dice ,y al cerrar el portón se toma la frente y se tambalea, Angélica casi corriendo va hacia ella y la sostiene-¿Estás bien?-Laura es tapa la boca y corre hacia el bañoLa clienta sale y Esther va hacia Angélica-¿Qu&eacut1964-El principio y el final
Angélica sentada en la cama se muerde las uñas, luego se refriega los brazos, estira la mano izquierda agarrándose del respaldo de la cama y vuelca su cuerpo hacia el cajón de la derecha, lo abre y saca el teléfono móvil de ahí.Abre el WhatsApp y aprieta con fuerza el pequeño micrófono de la parte inferior derecha y habla:-“Laura, soy mamá, cuando vengas trae donde tomar nota porque tengo algunas cosas que decirte”- suelta el teléfono, aprieta el audio y mientras se escucha Clementine aparece llorando parada en su puerta Tania toca la guitarra sentada en el suelo frente al sofá, Silvia entra y se sienta mirándola seriamente con los brazos cruzados.Johnny canta el tema que Tania ha elegido, “The last time”-Creo que puedes dejar de cantar eso cuando quieras- le habla Silvia y él la ignora-Está bueno- le dice Esther -Esos son los Rollings Laura entra con una enorme sonrisa y los ojos iluminados corriendo a su casa, Richard, que miraba la televisión al verla pasar como una ráfaga, se levanta y la sigue, ella pone ropa dentro de un bolso-¿Qué haces, cielo?-¿Estarás muy ocupado hoy?-Si Laura, tengo que mirar televisión, leer el diario, tomar pastillas para la hipertensión y si tengo mucha suerte cocinar algo, así es la vida intensa de un hombre de setenta y seis años, que tuvo una intensa vida de bibliotecario y ahora está pas1966- Los hippies nos hacen libres
2018-Un viaje al vivero
Luego de la muerte de Ana, Danilo comenzó a hacer amistad con Angélica, la ayudó a donar la ropa, arreglaron la casa, fue él quien se encargó de llevarle las cosas que pertenecieron a su hijo y a su nieto, a la madre de Harold.Poco tiempo después se fue a Europa para enriquecer sus estudios y en el año sesenta y seis volvió a Kearneysville, re tomó su trabajo en la escuela, la suerte hizo que la actual directora renunciara tras casarse e irse a Nueva Orleans, al mismo tiempo que él volvía.Pocos días después de instalarse, Danilo compró un ramo de rosas y se fue a la que hab&iacu