—Max, siento contactarte a esta hora —se disculpó Peter. Maximiliano notó su sombrío semblante, aunque también cansancio, como si no hubiese dormido en días. —Esperemos a George, ya debe estar por conectarse —anunció el agente. El abogado George J. Miller se encerró en el despacho de su apartamen
Max frunció mucho sus cejas y se inclinó hacia delante. Los labios de George se separaron y pensó haber pronunciado un "¿Cómo dices?" que realmente nunca salió de su boca. —Desde ese entonces, J.T y yo no hemos parado de indagar en jodido dato. Y lo que hemos descubierto no sé si tiene que ver con
Peter se alejó de la cámara, recostando su cuerpo en la silla. Los jefes permanecieron en silencio durante varios segundos, luego continuó: —Indagué sin importarme si ese italiano sabe que me casé con una Montenegrino y que le di un hijo. Necesitaba saber qué pasó con ellos, la razón exacta por la
—Lo sé —dijo el mencionado. El abogado se tomó su tiempo para salir del shock en el que estaba y poder hablarle bien a su amigo—. A la luz de estos hechos, lo de Pilar se complica. —Cuando atrape a Karlos, ese imbécil la va arrastrar junto a él, porque es obvio que sabe de quien es hija. Lo que no
El "The Fortune Cruise" podía fácilmente disfrazarse de crucero turístico y sus registros marítimos lo definían con ese nombre, ofreciendo algunos paquetes de navegación durante disparejos días del año. En el resto de su vida sobre mares cambiaba su nombre a "Gold Cruise", su tripulación bajaba en c
—¡Sí! —Perfecto. Entonces, acompáñame..., si tu papá está de acuerdo, por supuesto —dijo la chica, mirando a su jefe. Karlos hizo una mueca que les indicó estar de acuerdo. —Nos vemos en un rato, Mateo, y pórtate bien —comandó Tarsis. —¡Lo haré, lo haré! Los hombres siguieron caminando, subiend
Genaro Saviano se quedó muy quieto, pensó rápidamente. Creyó que su primo se había vuelto loco. Con lo que decía quedaba claro que deseaba planificar salvarse y dejarlo a él a merced de las autoridades, pero no expondría sus pensamientos en voz alta, no quería provocar el genio de Tarsis. —¿Qué pla
Pilar apoyaba las manos en los azulejos del baño dentro de la habitación que Peter asignó para ella al momento de regalarle la casa. El agua caía sobre su cuerpo, ella intentaba calmarse. Ese par de días desde que llegó de Turquía se habían espesado. Los almuerzos, cenas y desayunos era encuentros y