Casi tres meses pasaron desde la partida de Jessica.
Después de llegar a Boston se quedó tres semanas allí antes de viajar a Japón. Dos de esas tres semanas las compartió con Joaquín, que tal y como dijo, regresó siete días después, dándole todas las noticias relacionadas a Gregory Ward; unas que no necesitaba, porque el Vikingo insistía en llamarla. En una de las tantas llamadas que ella no respondía, pero en las que él dejaba largos mensajes en el buzón de voz, amenazó con ir a su ciudad un fin de semana, alegando que estando frente a ella no podría ignorarlo.
Ella no supo si lo hizo o no, porque dejó de responder los mensajes y revisar el buzón de voz cuando dejaba mensaje tras llamarla. Tampoco hablaba con Fred, aunque eso fue un acuerdo mutuo, no pautado de forma consciente. Jessica se limitaba a continuar con su vida y trataba el tema Ward
Como a Jessica Medina no le gustaba ser manipulada, le dio largas al asunto del retorno el mismo día de la fiesta de compromiso de su hermano a San Francisco. No lo iba a negar, se había sentido lindo ver a Bruce confabulando con los demás para obligarla a estar presente. Joaquín tenía razón: una cosa era William Ward y otra sus hijos… es decir, sus hermanos.Sin embargo, todos debían aprender una lección, en especial Bruce Ward, y era que ella podía compartir parte de su material genético, pero no significaba que iba a responder con docilidad solo porque el moreno frente a ella era su hermano mayor.Frente a él hizo un par de llamadas, más que nada contactando a sus amigos y conocidos que le ayudaran a alquilar un jet privado de último minuto. Algo imposible.A medida que veía la desesperación creciendo en los ojos grises de Bruce, más se diver
La reacción de los gemelos despertó la suspicacia de muchos de los presentes, sin embargo esto no pasó de mera curiosidad para la mayoría. Jessica enderezó su espalda y compuso su mejor cara de mujer poderosa, elegante y altiva, destilando un aura de total confianza.Pocos minutos después se vio rodeada de un nutrido grupo de personas, de las cuales no conocía la mitad y a las que no podía prestar atención porque, de un modo incomprensible, los gemelos parecían dos chiquillos que han recibido el mejor regalo de navidad, y no dos adultos que estaban más cerca de los treinta de lo que parecía.Los gemelos mayores se sumaron a la jauría Ward ―así le pareció a la latina por un instante―, eso incluyó a sus dos mujeres, Holly la rubia y Emily la castaña rojiza. Estas la saludaron con bastante cariño, elogiando su hermoso vestido. Wallace y Will mantuv
Gregory había vivido un infierno los últimos meses, de los cuales, se estaba recuperando desde hacía apenas dos semanas atrás. Se debatía entre dos personalidades: la deprimente autodestructiva y la irascible autodestructiva; fuese cualquiera la que tomara el control en su ser, la autodestrucción estaba presente, porque siempre terminaba culpándose a sí mismo de lo sucedido.Estaba inmerso en su espiral de locura, bebió el alcohol que nunca consumió en toda su vida. Lloró como un miserable, oculto en el camarote de su bote; vio amaneceres neblinosos desde la ventana de su cuarto, sumido en horrorosos dolores de cabeza por las largas noches de insomnio… en fin, vivió un crudo despecho que lo secó por dentro.Durante esos días oscuros esquivó a Elsie, ella lo buscaba con preguntas que él no podía responder y con solicitudes a las cuales no iba a d
Volver a la fiesta era una necesidad, sin embargo, no tenía fuerzas para volver. Jessica salió del baño, y se encaminó de regreso a la escalera, pero en vez de bajar, se sintió tentada a recorrer el lugar, de ese modo podría calmarse un poco, regresar a su centro y retomar el control perdido gracias a ese condenado Vikingo. En perspectiva, todo lo que se consumaba con esa intensidad se hacía en un corto tiempo y tenía la seguridad de que no había pasado más que media hora, lo cual no era descortés, tomando en cuenta que podía alegar que estuvo hablando con algunos invitados o recorriendo la hermosa mansión. No le importaba dónde estaba Greg en ese momento, a fuerza de voluntad, sus emociones respecto a él estaban cerradas a cal y canto, hasta que estuviera en la intimidad de su habitación de hotel. Suspiró, deteniéndose a mirar un hermoso cuadro de cinco niños, cuatro de cabellos oscuros y uno rubio. ―Nos fue difícil mantenernos quietos el tiempo sufi
Jessica se incorporó a la fiesta de nuevo, solo que esa vez se fue derecho a la barra del salón y pidió un trago.―Jessica Medina ―la llamo una voz masculina.―Leon Allen ―reconoció, girándose a verlo.―No pensé que fueses a venir ―dijo él, colocándose a su lado―. Whisky, por favor ―pidió al camarero.―Mi primo me convenció de hacerlo, no es bueno hacerles un desaire a los socios ―explicó con tranquilidad.―Mucha razón ―aceptó el hombre maduro con frialdad. Recibió su trago y se alejó―. Hasta luego.La latina lo vio marcharse sin decir nada, ella bebió su vaso de bourbon y pidió uno más. En ese momento Frederick bajaba las escaleras acompañado de su abuela, que se prendía a su brazo con firmeza. Sonrió ante la imagen, Olive era una dama de armas tomar, así que concluyó que lo mejor e
La mañana del cinco de junio Greg acompañó a Jessica al aeropuerto. Después de su súplica bajo la ducha, ella accedió a intentarlo, con la condición de que no iban a atarse el uno al otro debido a la distancia y la situación familiar.Al principio el rubio refunfuñó al respecto, la idea de que su Valkiria tuviera el camino libre para estar con otros hombres no le gustaba ni un poco, pero aceptó porque en resumen acordaron ser amigos sexuales con posibilidades a algo más.Un tórrido beso en la puerta de abordaje fue la despedida, Jessica le comentó medio en broma que de haber sabido que la iban a pasar tan bien habría hecho una reservación hasta el domingo.―Entonces, quédate ―le sugirió el Vikingo al oído. Acariciando el pabellón de la oreja con su nariz.―No puedo ―contestó ella, dándole un corto beso e
A pesar de que el panorama de Ward Walls se pintaba razonablemente bueno, una tormenta se empeñaba en formarse. Era obvio que la Torre Medina ―como terminaron llamando al nuevo proyecto en definitiva― iba viento en popa, en especial con las confirmaciones de los estudios topográficos y también los permisos de construcción. Tener el aval de ciertos nombres detrás de ellos funcionaba; aún no se acostumbraban al hecho de que Jessica tuviese tantos contactos.No obstante, del otro lado del mundo, comenzaban a presentarse los inconvenientes. La urbanización en Madrid, que desde el principio pareció buena idea, continuaba saltando frente a ellos con un nuevo problema. Al principio eran cosas sencillas, pero tras cinco meses de procesos y haber inyectado capital, ni siquiera habían comenzado a remover la tierra donde se iba a construir la casa de muestra.Fred se reunió con sus dos primos, les mostró
Jessica Medina no le había contado a Gregory sobre la agradable amistad que se estaba desarrollando entre Amy Coogan y ella, también le había pedido a su cuñada que fuese discreta al respecto, pues no quería presiones adicionales por parte de sus hermanos, en especial los gemelos, que continuaban con sus constante llamadas y videollamadas semanales.Después de la fiesta de compromiso, la hermosa mujer afroamericana la contactó, primero para verificar si había llegado bien y segundo para preguntarle si podría acompañarla a comprar el vestido de novia a Manhattan.―Es la primera vez que veo que una novia espera hasta último minuto por un vestido ―dijo perpleja la latina.―Fue completamente intencional ―contestó Amy desde su despacho en el bufete de abogados donde era asociada―. La verdad es que le dije a Bruce que quiero tener un hermoso vestido de temporada, de diseñador y