Valentina se incorporó lentamente en la cama, todavía sintiéndose algo aturdida por el sueño que aún persistía en su mente. La luz del sol atravesaba las cortinas de manera suave, creando un resplandor dorado que iluminaba a Evans, quien se encontraba a su lado. Sus miradas se encontraron una vez más, y en ese preciso momento, todo lo que estaba fuera de ese cuarto pareció desvanecerse, como si el mundo exterior no tuviera ninguna importancia. Solo existían ellos dos, sumergidos en un espacio íntimo y lleno de emociones compartidas, donde el tiempo se detenía y todo lo que importaba era la conexión entre sus almas.
Evans se acomodó en el borde de la cama, sus manos temblorosas aferrando con cuidado la bandeja que llevaba. La habitación se impregnó con el delicioso aroma del desayuno recién hecho: unos huevos revueltos con espinacas, tostadas que crujían al ser tocadas y una humeante taza de café que emanaba un vapor reconfortante. Valentina, al verlo, esbozó una sonrisa llLa calma que predominaba en el ambiente se vio abruptamente alterada por la aparición de Martha. Sus gritos resonaban con fuerza, llenando cada rincón de la casa y desbordando la serenidad que allí se había instalado. Esta conmoción logró captar la atención de las dos mujeres que estaban en la sala, quienes, al escuchar el alboroto, no tardaron en levantarse y dirigirse hacia el lugar de donde provenían los alaridos, con la intención de averiguar qué sucedía y ofrecer su ayuda. _ ¿Y en qué demonios eso te afecta? _ exclamó Valentina, con un tono de frustración en su voz. _ Si eso es todo lo que tenías que decir, entonces te agradecería que te retiraras de mi habitación y cerraras la puerta al salir. Valentina, cansada de las constantes provocaciones de Martha, optó por ignorarla por completo. Con un gesto de determinación, tomó sus audífonos y se los puso en las orejas, con la intención de sumergirse en la música y desconectar de la tensión que la rodeaba. Sin em
Valentina experimentó un profundo escalofrío que recorrió su espalda al escuchar las palabras pronunciadas por el líder del grupo. La idea de asistir a una reunión con el director ejecutivo de una empresa tan reconocida y respetada no era algo común, ni mucho menos habitual. Aún sosteniendo el sobre entre sus manos, se dio cuenta de que debía prepararse cuidadosamente para lo que estaba a punto de suceder. La emoción y el nerviosismo comenzaron a acumularse en su interior, mientras meditaba sobre la importancia de este encuentro y las oportunidades que podría traer consigo. Con determinación, se dispuso a organizar sus pensamientos y reunir toda la información necesaria para presentarse de la mejor manera posible._ Muchas gracias por la información _, respondió Valentina, esbozando una sonrisa amable. Sin embargo, en su mente, los pensamientos corrían a toda velocidad. Estaba intentando anticipar las posibles implicaciones que podría tener esa invitación que acab
A medida que la charla iba progresando, Valentina demostraba una gran determinación al sostener su postura, ignorando por completo las provocaciones que Sofía lanzaba en su dirección. La atmósfera que rodeaba a ambas era densa y cargada de un conflicto latente, casi como si se encontraran en un enfrentamiento donde cada una intentaba imponer su voluntad sobre la otra. La tensión era evidente, palpable en el aire, manifestándose en los gestos y la mirada de cada una, como si cada palabra pronunciada se convirtiera en una arma en esta sutil batalla verbal. Sofía, con una expresión de profunda indignación reflejada en su rostro, no estaba dispuesta a dar un paso atrás ni a ceder en su postura. Decidió cruzarse de brazos, un gesto que evidenciaba su firmeza y determinación. Sus ojos se clavaron en Valentina con intensidad, como si estuviera intentando penetrar en su mente para desentrañar los secretos y pensamientos que pudieran estar pasando por su cabeza en ese momento. La tensión ent
Valentina dejó caer la muñeca de Sofía de manera abrupta, realizando un gesto repentino que la llevó a retroceder un paso. Sus ojos permanecían fijos en la figura de Sofía, reflejando una mezcla de emociones intensas. La atmósfera que las rodeaba estaba cargada de una tensión evidente, como si cada segundo se hubiera congelado en ese momento, haciéndolo aún más significativo y cargado de significado. Sofía, al recuperar poco a poco su estabilidad, se llevó la mano a la muñeca, frotándola suavemente en un intento de aliviar la aguda punzada de dolor que la sorprendió. La reacción de Valentina la había tomado desprevenida; nunca imaginó que Valentina pudiera responder con tal rapidez y contundencia. A pesar del malestar que aún sentía, Sofía no estaba dispuesta a rendirse ni a dar un paso atrás en esa situación. Su determinación era firme y estaba resuelta a mantener su posición. _ Tenía una gran cantidad de pensamientos y preocupaciones dando vueltas en mi mente,
Las dos mujeres se quedaron en completo silencio durante un breve periodo de tiempo, disfrutando de la placentera compañía que cada una le brindaba a la otra. En ese instante, sentían cómo se había creado un lazo especial entre ellas, una conexión que parecía más profunda de lo que habrían anticipado. Mientras tanto, el café que Sara había dejado sobre la mesa comenzaba a enfriarse poco a poco, pero ella no parecía darse cuenta de ello; estaba completamente entregada a la experiencia del momento, sumida en sus pensamientos y emociones, y no prestaba atención al tiempo que pasaba. Valentina, manteniendo su mano sobre la de su tía, tomó una profunda respiración y, sintiendo que el momento era propicio, decidió interrumpir el pesado silencio que envolvía la habitación. Había una pregunta que había estado persiguiéndola en sus pensamientos, una inquietud que necesitaba aclarar. Con una mezcla de nerviosismo y determinación, se dispuso a formular su duda, buscando las palabras
Valentina cerró los ojos durante un instante, dejándose llevar por una profunda sensación de gratitud y amor que la rodeaba, como una cálida manta que la abrazaba con suavidad. En ese breve momento de introspección, dejó que esos sentimientos la inundaran, a medida que inhalaba lentamente, llenando su ser de una paz reconfortante. Cada latido de su corazón parecía resonar con la alegría de los recuerdos y las conexiones que había cultivado, sumergiéndose en la dulzura de esos instantes que la hacían sentir tan viva y agradecida. La lluvia que caía del lado exterior había disminuido notablemente, hasta alcanzar un momento en el que parecía haber cesado casi por completo. En el ambiente, solo persistía un leve murmullo, un delicado susurro que se entrelazaba con los sonidos naturales que lo rodeaban. Esta combinación generaba una atmósfera de profunda tranquilidad y serenidad, como si el mundo hubiera encontrado un respiro momentáneo en medio de la rutina diaria. Cada gota q
Valentina se encontraba inmersa en un torbellino de pensamientos que la mantenían prisionera en su propio mundo interior, reflexionando sobre sus preocupaciones y anhelos. De repente, su atención se vio interrumpida por una voz familiar que la llamaba desde un automóvil que había parado su marcha justo en frente de ella. Intrigada, levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los de su amigo Javier, quien se encontraba al volante. Desde su asiento, Javier le dedicaba una radiante sonrisa que iluminaba su rostro, llenando el aire de una calidez reconfortante que hizo que Valentina olvidara, por un momento, las inquietudes que la atormentaban. _ ¡Valentina! ¿Te gustaría que te ofreciera un aventón? _ preguntó Javier, esbozando una sonrisa cálida y amigable que iluminaba su rostro. Valentina sintió una oleada de alivio inmediato al reconocer la figura de su amigo a lo lejos. La ansiedad que la había estado atormentando se desvaneció en un instante. Sin pensarlo
El ambiente se tornaba más tenso con cada ves que transcurría, y las voces se volvían cada vez más intensas, provocando en Valentina un dolor de cabeza agudo. De repente, comenzó a notar que su cuerpo se calentaba y sentía una temperatura elevada. Intentó ajustar sus prendas, pero la sensación de incomodidad aumentaba progresivamente. No comprendía lo que le estaba sucediendo, ya que hacía solo unos minutos se encontraba bastante bien, antes de haber consumido la bebida de frutas que su hermana le había traído. Sentía que su grupo de amigos se reía a carcajadas a su alrededor, mientras comenzaba a experimentar una visión doble que le dificultaba mantenerse en pie. Decidió caminar en busca de un lugar donde pudiera descansar. La discoteca era inmensa, y terminó cayendo en una de las áreas VIP, reservadas para personas de alto estatus. Su visión se tornaba cada vez más borrosa, y le resultaba difícil enfocar. De repente, sin darse cuenta, chocó contra un hombre. No podía dis