Valeria sintió que las lágrimas le asomaban a los ojos y comenzaban a caer. Se llevó una mano al pecho, sintiendo un dolor extraño y profundo allí, y se apoyó en el auto para sostenerse. —No puede ser cierto… —balbuceó. —Cuando te conocí inmediatamente me recordaste a tu madre. Mi primer instinto
Alan estaba asombrado de aquella nueva familia que le había crecido de la nada a Valeria, pero finalmente la apreciaba y no podía menos que alegrarse por ella, aunque por lo visto sus hermanos tenían toda la intención de intimidar a quien fuera. —Solo díganos qué debemos hacer, doctor —se adelantó
—Está bien —aceptó su hermano—. Por lo pronto hay un par de locas allá afuera que quieren entrar. Emma y Oli no se han despegado de sus sillas en el salón de espera. —Por cierto… ¿Emma es soltera o tiene novio…? —¡Elliot! —lo regañó Richard. —¿Quéeee? Es muy linda… —se defendió Elliot antes de in
Aquellas palabras de Oli le sonaron a Nick como una sentencia, y aunque no quería saber absolutamente nada de Valeria… y aunque la sola mención de su nombre le molestaba, no podía evitar que se le hiciera un nudo en el estómago al saber que tanto Alice como Valeria estaban en el hospital. Valeria e
—¿Qué…? —Nick arrugó el ceño, incrédulo… ¡no, aquello tenía que ser otra mentira! —Valeria ya ha pasado por varias transfusiones de sangre y le costará meses recuperarse, tanto física como mentalmente de todo lo que le han hecho tú y Miranda Jones —Andrew gruñó con rabia controlada—. ¡Y no creas ni
Catorce días, ni uno más ni uno menos. Catorce días habían pasado desde que Valeria había sido admitida en el hospital. Los gemelos no se habían separado de ella más que para ir a comer algo o a bañarse, y Andrew se había mantenido a una distancia prudencial, pero Valeria sabía que estaba afuera, es
—Llegué tarde porque fui al aeropuerto a despedir a Valeria y a Alice. —Vio a Nick levantar la cabeza como un rayo. —¿Al aeropuerto…? —Si, al aeropuerto. Se fueron hace una hora. —¿Se fueron…? —Nick repetía como un autómata sin poder creerlo—. ¿A… adónde? —Lejos. Valeria quería poner tierra y ma
Valeria respiró hondo. Regresar a Los Ángeles le traía demasiados recuerdos, y la inmensa mayoría de ellos eran dolorosos. Bajó las escalerillas del avión y vio a Alice fruncir el ceño desde lo alto, no quería bajar. Los últimos seis meses habían sido increíbles para ella, y regresar también le tra