Ricardo había demostrado enteresa y coraje ante el ultimo vistazo que se dio con Bianca antes de ella partir, incluso, no volteó a mirarla cuando salió por la puerta, sus últimas palabras hacia ella fueron escasas “buen viaje”Pero estando dentro de la casa, esa noche, no quiso cenar, pidó al mayordomo que le enviara la cena a su hija como había pedido ella, pero él se despidió de su madre temprano y se fue–¿a donde vas hijo? entonces cenaré sola esta noche, ni tu ni Carmina me acompañaran–dijo su madre al verlo despedirse–lo siento mamá, es que con esto de la renuncia de Bianca, tengo que organizar mi trabajo, además, mi estómago este revuelto, no tengo ganas de comer,pero estaré bien, no te preocupe–añadió delante de su madre, Esthela lo vio darse la vuelta y lo dejo ir sin insistirle para que se quedara, aunque ella sabía que por dentro su hijo estaba sufriendo, aunque por fuera aparentaba todo lo contrario.Ricardo no sabía a donde ir, pues cada rincón de aquella casona, guardab
El ruido y los destrozos en el segundo piso de la casa, llegaron hasta abajo, Esthela se imaginaba lo que podía estar pasando, quiso mantenerse distante, pero su corazón de madre se lo impidió, lo único que le había pedido a Bianca, era que cuidara a su hijo, pero sin embargo, lo habia abandondo aquella noche, sumiendolo en una tristeza, que para Esthela, era imposible ignorarCarmina ya estaba dormida, había comido muy poco esa noche, ella tambien estaba sufriendo el abandono de Bianca, pero lo atravesaba de otra manera. Esthela subió las escaleras rápidamente, su hijo estaba destrozando su propia oficina, y ella necesitaba pararlo. Ricardo no solia manifestar ese tipo de actitud, pero esa noche, se había salido de control–hijo, ábreme la puerta por favor–sugirió Esthela, parada afuera, tocando insitentemente la puerta, pero no recibió respuestas por parte de su hijo, sin embargo, siguió escuchando los ruidos detrás de la puerta de las cosas que caían al piso, o revotaban sobre la
Mientras Ricardo pensaba como hallar la manera de equlibrar las cosas que estaba viviendo en su presente con la de su pasado, su madre insistía, en que no alargara mas, el secreto que ellos le habían ocultado por años a Carmina.Gran parte de ese misterio, sin él saberlo, estaban ligadas a los acontecimientos que les estaban sucediendo, y en todas ellas, estaba metida la mano de Lorena–En qué piensas hijo, te quedarás acá llorando tu pena, o enfrentarás esta situación con alturaEsthela intentaba darle ánimo a Ricardo, había sufrido demasiado por amor, y ella sentía que no se lo merecía–no te preocupes mamá, mañana estaré bien, he estado pensando en investigar, porqué Lorena odia tanto a Bianca–ah, te parece poco, era la hija bastarda de su difunto esposo, eso te dice todo–si, pero hay algo mas que no me cierra–Basta Ricardo, es que no puedo creer que estes pensando en Bianca, despues de todo esto –Esthela se levantó del sofá, caminó despacio entre los escombros intentando no c
Una semana mas tardeRicardo decidió continuar con su vida y su trabajo después de la partida de Bianca, esa noche de la despedida, fue el único día en el que se permitió llorar algunas lágrimas.Habia pasado mas de una semana de la ausencia de Bianca, las remodelaciones de su nuevo hotel siguieron su curso, sus sentimientos por Bianca no habían desaparecido, pero Ricardo se dedicó tanto a su trabajo, que su pesar, había quedado postergadoCarmina aun estaba muy resentida con la partida de Bianca, Bianca la llamó varias veces despues de haberse instalado en Venecia, pero Carmina había rechazado todas sus llamadas–Hola hija como estas–preguntó Ricardo una tarde, cuando ella se le apareció de repente en su oficina, después de llegar de la escuela–bien papá, ¿puedo pasar?–claro, adelante pequeña–estas muy ocupado–un poco, afanado con lo del nuevo edificio, pero para ti tengo todo el tiempo, ¿que necesitas?–es que esta noche, Silvia me invitó a una pijamada, y quiero saber si pued
–Ay amigo y de que manera, si para eso, deberas nacer de nuevo y yo no tengo ese poder–sostuvo ella con una sonrisa Norma siempre le reclamó a Ricardo, que tenía un iman para arrastrar a las mujeres menos indicadas –y, ¿qué pasó con el trabajo que estaban haciendo tu y Bianca en el hotel? –pues sigue en pie –y cómo –es que dejó todo organizado, su equipo de trabajo se encargó de eso, ella ha dejado los diseños, creo que, también, les propuso reunirse por medio de una video llamada –y donde esta ella? –me dijo que volvería a Venecia –ah, mira que cosa, ha vuelto a mi ciudad, pero, si estas por preguntarme si la he visto, no, aun no nos hemos visto la cara–añadió antes de que su amigo la interrogase Ricardo sabía que Bianca nunca fue bien vista ante los ojos de su amiga, el no lo tuvo que adivinar, ella misma se lo habia dejado claro –yo te lo dije Ricardo, Bianca nunca me agradó,hay algo en ella que no me termina de cerrar, pero, yo no estoy aquí para hablar de ella, vine a
Norma todavía no lograba decifrar, a que punto quería llegar su amigo, que era lo que quería comprobar, porque para ella estaba claro, era evidente que Lorena reaccionase de la manera en la que estaba reaccionando ante Bianca,hasta la propia Esthela había llegado a esa misma conclusión Lo cierto era que Lorena no toleraba la presencia de Bianca por muchas razones, y algunas de esas, eran ocultas para Ricardo, aun para la misma Bianca –No lo se Norma, pero el odio de Lorena hacia Bianca viene por otras razones –y ¿que te hace pensar eso? –Es que hace días, Lorena me llamó, bueno, después de haber estado en su casa –¡como! asi que fuiste a Venecia, y a la casa de Lorena, y no me avisaste nada, ciertamente, nos separamos un mundo Todos esos datos, eran desconocidos para Norma, ella estaba sorprendida con esa ultima revelación, Norma estaba clara que Ricardo no soportaba a Lorena, para haber entrado en aquella casa, tuvo razones muy fuertes –¿A que fuiste a la casa de esa mujer? ima
Bianca ya tenía unos días, de haber arribado a su hermosa ciudad acuática, desde que se reincorporó al ritmo lento y turístico de la Venecia, se acordó de Ricardo, pues como no recordar que a el, un tanto le molestaba viajar a hasta allá, decía que las calles llenas de agua, le parecian algo lento y desesperante, aunque Ricardo poseía los mejores yates para moverse libremente en cualquier rincón de la ciudad. Pasear nuevamente por aquella ciudad, a ella le fue inevitable no recordar los rincones que había recorrido con Ricardo. El flamante hotel gran plaza, atrapó su mirada nuevamente, había estado ahí adentro hace poco, y ahora lo miraba desde afuera con nostalgia. Bianca se acomodó como puedo en su viejo departamento de un solo dormitorio. ella se adaptaba a cualquier ambiente, su madre la había criado así, a pesar de que había estado durante su estancia en Florencia, en el gran departamento de su amigo Lorenzo, que era el triple de grande y lujoso de lo que era el suyo, nunca
Bianca lloraba con la cabeza metida en la mesa, arrepentida por haber dejado al hombre de su vida atrás, Estefy, intentaba de entender las razones de la decisión tan drástica que Bianca habia tomado para dejarlo–Pero si tanto lo amas, no debiste abandonarlo, puede ser que sea como dices, un tipo que no tiene nada que ver con lo que era su esposa.–Pero no lo entiendes Estefy–argumentó Bianca levantando la cabeza, con sus ojos empapados de lágrimas–No puedo decirle de la noche a la mañana a Lorenzo que Ricardo y yo somos novios, no puedo–¿y por qué no?–Pues por lo que te acabo de decir, Ricardo no le simpatiza en lo absoluto–Pero aun así, no me hace sentido, ¿qué tiene que ver lo laborar con lo personal? o es que hay algo mas que no me estas contando–Bianca alzó su mirada hasta su amiga, garraspeó un instante y tomó el vaso con vino de la mesa y lo llevó hasta su boca, instalando un ligero silencio entre ellas–Bianca, ¿hay algo que me estas ocultando?–volvió a preguntar–Bianca