Cuando abrieron el portón del garaje donde guardaban el coche, Gely se impresionó y al mismo tiempo tenía miedo, pues no conocía realmente a nadie de ahí, al menos ella creía eso.¡mami! Aquí traje a la niña, estaba buscando a Rossane – dijo el muchacho –¡Si Gordito! ¡Gracias! – dijo la señora Aurora –¡Gely! ¡Ven! ¿quieres cenar algo? – pregunto la señora Aurora –¡No quiero! ¿Dónde esta mi hermanita? – preguntó la niña –¡no te asustes!, ella esta con mi hija en su cuarto, ¡pasa! – dijo Aurora –¡Gely! ¡Ven! ¡mira! – salió Rossane del cuarto –¡Rossane te perdiste! – dijo Gely –¡No! Me trajo su hijo, se llama licaldo – dijo Rossane, ya que no podía pronunciar bien la letra r todavía –¡Ricardo! Es mi hermano y yo soy Aurora igual que mi mamá – dijo la muchacha, que parecía tener la edad de su tía Lupita –¡Mira Gely, tiene muchas muñecas! – entrando al cuarto dijo Rossane –Al entrar al cuarto Gely se sorprendió ya que efectivamente en las paredes había casitas colgadas con muñeca
Después de llorar en los brazos de su mamá Rossane y Gely se alejaron poco a poco de ella y pidieron ver a su papito en el ataúd.Marian se paro con Rossane en brazos y llorando se acercó al féretro, mientras Gely parada a un lado apenas lograba alcanzar a ver.¡Miren! ¡Ahí esta su papito! ¿Por qué? ¿Por qué Josué? – decía Marian a las niñas y al mismo tiempo hablaba para ella misma –¡mamita! ¿mi papito Esta dormido? ¿Porque está en esa caja? – preguntó Rossane –¡papi! ¡papi! ¡Despierta! – decía llorando Rossane –Gely que no podía mirar de pronto bien, sintió que alguien la alzo en brazos, era Julio un pretendiente de Paula sobrina menor de Josué.¡Mamá! ¿Papá esta dormido? – Gely ingenuamente preguntó al escuchar las palabras de su hermanita Rossane –Marian sin poder responder solo soltaba más lágrimas y se alejó de ahí con Rossane en brazos.¡Tu papito esta en un sueño ahorita porque emprendió un viaje para convertirse en una estrella! – le dijo Julio el Joven que la sostenía e
Al llegar a casa Rossane y Gely miraron el suelo y en el había una cruz con flores y veladoras a su alrededor.¡Gely! ¿Por qué las flores están en el piso? – preguntó Rossane –¡No sé!, pero ahí estaba papá – respondió la niña –¡hermanita! Si mi papito fue al cielo, ¿Cuándo va a venir? ¡ya lo extraño! – con carita triste preguntaba Rossane –¡Yo también lo extraño!, pero me dijo ese señor que esta con la tía paula que es un viaje muy largo y mi papá es una estrella. – Señalando al pretendiente de Paula, respondió Gely con su carita igual de triste a la de Rossane –Gely de pronto miró todo alrededor y observó a su abuelita Julieta sentada en su mecedora se encontraba como de costumbre en silencio, y se dio cuenta que le escurrían sus lágrimas y no dejaba de mirar la cruz, sin pensar corrió a donde estaba ella.¡Gely! ¿A dónde vas? – grito Rossane –¡Ven! – dijo Gely parándose a esperar a su hermana –¿A dónde vamos? – preguntó Rossane –¡Aquí! ¡con abuelita! – parándose a un lado de
Marian, se despertaba temprano para dejar desayunadas a sus hijas, o al menos el desayuno preparado, para que su hermana lupita le hiciera el favor de llevárselas a la escuela, y en ocasiones para irlas a buscar igual, ya que ella se iba a casa de algunas vecinas para lavar ropa, en otras planchar la ropa y en algunas casas para hacer limpieza, este trabajo no era fijo, pero afortunadamente para ella y por sus hijas era seguido.¡Gely! ¡Rossane! ¡apúrense!, van a llegar tarde a la escuela. – decía Lupita –¡Tía ya estoy despierta! ¡Gely no se levanta! – con su vocecita dulce aviso Rossane –¡Gely! ¡Gely! ¡levántate! ¡mira que después se te hace tarde y apenas medio desayunas! - dijo Lupita –¡Tía! Si Gely no se levanta ¿se va enojar mi mamá? – preguntó Rossane –¡Si Rossane! ¡se va enojar mucho! – respondió Lupita al tiempo que sacudía y movía a Gely de la cama –¡Tía déjame dormir! – enojada dijo Gely –“Párate ya”. – sin gritar, pero firme, dijo Lupita –Y así enojada por fin se le
Pasaban los días y seguían siendo difíciles para Marian y sus hijas, la señora Gela como el señor Mario la apoyaban al igual que su Tío y su cuñada en lo que podían, tenía lo del cuarto de renta destinado para las cosas de la escuela de las niñas ya que era un pago mensual y no le generaba mucho ya que eran un cuarto grandecito pero hecho de láminas.Por las tardes las niñas se sentaban en la banqueta todo el tiempo con la idea de querer alcanzar a su papito, la diferencia de las dos es que Rossane lo decía y Gely se lo guardaba.Lloraban y se portaban necias porque la comida que ahora le ofrecía su madre Marian, no les gustaba, les resultaba desagradable, al grado que tiraban los platos y Marian solo reprendía en inicio con palabras, pero al mirar la comida en el suelo se vio en la necesidad de pegarle en las manos.Marian lloraba y lloraba en su cuarto, o se iba al baño a llorar en silencio y de ahí solo se lavaba su rostro y salía nuevamente.En la escuela Gely la niña mayor, bajó
Por fin llego el fin de ciclo escolar, las niñas estaban contentas porque irían a casa de sus abuelitos, era la primera vez que estarían sin sus padres y por muchos días¡Mamá! ¿Será que no lloren? Sobre todo, Rossane, es la más chica – decía Marian –¡Cálmate! ¡A lo mejor si lloren un poco!, pero van estar con los hijos de tu tía Consuelo, y tienen donde correr allá, van a estar bien. – Tranquilizando decía la señora Gela –¡Mamita! ¡yo no quiero ir! – dijo Rossane –¡Te vas a divertir! ¡estarán con tus otros primos y van a jugar mucho! – dijo Marian-¡Mamita! ¡Te voy a extrañar! – decía Rossane –¡Ya hijita! Si no te acostumbras, cuando vaya te regresas conmigo, yo igual iré, solo tardaré unos días más en llegar. – consolaba Marian –¡Si mamita! ¡Esta bien! ¡Vamos a jugar cuando vayas verdad!¡Si hija! ¡Así será!Gely como de costumbre solo miraba y se quedaba callada; aunque igual no se quería ir, al menos no muchos días sin su mamá, pero sabía que tenía que obedecer.|Dos días des
Las niñas se emocionaron más, cuando miraron a lo lejos del otro lado del río, a su abuelito que se aproximaba a bajar con un palo en la mano, que en realidad era un remo, pero ellas no lo sabían en ese momento.¡Abuelita! ¡Abuelita! ¡Ahí viene mi abuelito! – dijo emocionadísima Rossane –¡Sí abuelita! ¡Ahí viene! – afirmó Gely –Pero… - se quedó en silencio y dudosa Gely –¿Qué pasa hijita? – preguntó su abuelita la señora Gela –¡Abuelita! ¡Mi abuelito no trae la lancha grandota! – dijo Gely –¡No hijita! Cruzaremos en el cayuco (canoa) – le contestó la señora Gela –Ya estando más cerca don Mario en el cayuco, se dieron cuenta que estaba chico y no tenía sillas¿En que nos vamos a sentar abuelita? Si no tiene sillas – preguntó Rossane –Ahorita que llegue tu abuelito le pasaremos las cosas y le darán la mano para subirse y se tienen que ir agachaditas o sentadas ahí quietecitas, No se vayan a mover. – dijo cariñosamente la Señora Gela –¡Gely! ¡tu subirás primero! – dijo la señora
Gely se sentía triste cada que escuchaba hablar de su papito, pues lo extrañaba mucho, y todavía se preguntaba de pronto si tardaría mucho en su viaje; pero eso solo estaba en sus pensamientos ya que no contaba a nadie, al mirar que todos se fijaban solo en Rossane.¡Abuelita! ¿Qué vamos a comer? – preguntó Gely –Pescado Frito hija. – respondió Gela –¡No me gusta eso! – dijo Rossane –¡Ahh, pero este si te va a gustar! – le respondió el abuelito Mario –¿Por qué abuelito? – preguntó Rossane –Pues este lo atrapé yo en el río y es más sabroso, y todavía más porque lo hace tu abuelita – dijo el abuelito Mario –¿Es cierto abuelita? – pregunto Rossane –¡Así es hija! – respondió Gela –Cuando se sentaron a comer las niñas ya por la tarde, su abuelita les puso mojarras fritas en unos platos de peltre extendidos, y en otro les puso sal con limón para irle cambiando el sabor si no les gustaba. ¡Abuelita! ¡Me das tortilla por favor! – pidió Gely – ¡Si hijita! – pasándole un pedazo de tor