¡Ay señor licenciado! Fíjese que a mi hija mi cuñado le dio este papel para que ella se vaya de su propia casa. ¡dáselo hija que el señor licenciado lo lea! – habló Gela – ¡Es este! ¡Dice desalojo! – Entregándolo dijo Marian – ¡A ver señora! ¡Déjeme leerlo bien! … ¡Efectivamente! ¡Es una orden de desalojo! ¡le indican cuantos días tiene para salir de la casa! Ahora mi pregunta es la siguiente, ¿Por qué dice usted que es su casa? – cuestionó el licenciado – ¡Señor licenciado! ¡ese terreno era de mi yerno! ¡Su padrastro don Roberto, antes de morir se lo dio a él! – respondió de inmediato Gela – ¡Señora comprendo eso! ¡pero para un juicio no bastan palabras! ¡Se necesitan pruebas! ¡Ahora por favor siéntense y cuénteme todo desde el inicio! ¡Claro que sí! ¡Muchas Gracias! – dijo Marian, comenzando a relatar toda la historia – |Un rato después| ¡Señora! ¡por lo que usted me cuenta! ¡Tengo dos cosas que decirle! – Serio hablo el licenciado David – Gela y Marian con las manos sudor
¡Niñas! ¡A lavarse las manos con jabón y quitarse el uniforme! En la cama está la ropa para que se cambien y se refresquen en lo que comen y se puedan bañar. – Tranquilamente daba indicaciones Marian a sus hijas –¡Si mamá! ¡Ahora lo hago! – respondió Gely –¡Mamita! ¡Ya no tengo lápiz! – dijo Rossane en lo que se cambiaba la ropa –¡Mami! ¡A mi me pidió la maestra una lámina del día de la Independencia de México! ¡Hoy nos platico la maestra sobre nuestra independencia! Esa es la tarea – dijo Gely emocionada –¡Bueno! ¡Después de comer, de lavar trastes y bañarles! ¡Iremos a comprar lo que les piden! –Ahora vayan al comedor a sentarse para comer – dijo Marian –¡Mamita! ¿Cuándo va ocupar mi papito su silla otra vez? – preguntó Rossane –Gely y Marian miraron la silla, Gela que iba entrando por el callejón escuchó la pregunta de la niña y se le partía el corazón de sentir la tristeza de sus nietas.¡Tu papito esta haciendo un viaje muy largo hacia el cielo hijita! ¡Ustedes deben de or
¡Marian Hija! ¡No pienses eso! ¡Mejor agradece a Dios que las niñas tienen ropa que para ellas será nueva y además es muy bonita tendrán algo más que ponerse! – consolando a su hija trataba de calmar el desgarrador llanto de Marian –¡Pero mamá! ¿Por qué Josué no pensó en todo esto? ¿Acaso no eran sus princesas? ¿Qué le paso mamá? ¡Yo estaba bien sola! ¡Yo quería estar con Manuel! ¿para esto me obligó a casarme con él? ¿Para dejarme con todo este paquete? ¡No solo debo cuidar a mis hijas! ¡Tengo que pelear por la casa que era de él! Y encima no tengo un modo de sacar dinero para pagar todo lo de un abogado. ¿Por qué mamá, por qué? – lloraba desesperada y desgarradoramente Marian en los brazos de su madre –¡Llora hija! ¡Saca todo lo que tu corazón trae dentro! ¡Aquí estoy yo! ¡desahógate hija, desahoga tu corazón! – Acariciando su cabello rizado y con lágrimas en los ojos consolaba a su hija, mientras que en pensamiento pedía a Dios que se arreglara pronto los problemas y el dolor de
¡Mamita! ¡Mira! ¡Mira lo que nos regalaron! – Emocionadas Rossane y Gely le mostraban a Marian su madre –¡Que bueno! ¡Guárdenlos para que cuando se les termine el lápiz usen estos! – dijo Marian –¡Mamá! quiero dibujar. – frunciendo el ceño hablo Rossane –- No discutan con su mamá, hagan caso - Sonriente habló la señora Gela.¿Qué te dijo el licenciado? – preguntó de pronto Gela, la madre de Marian –Pidieron unos papeles que tengo que entregar para comprobar que Josué es dueño de la casa, y unas personas que puedan decir y comprobar que es verdad lo que digo. – Explicaba Marian a su madre –¡Mamá! ¿Cómo le voy hacer? ¿A quién le diré? – Con voz amarga hablaba Marian –¡Ten fe hija! ¡Dios no te abandonara! ¡Menos a estas pobrecitas niñas, Dios no las va dejar desamparadas! – Mirando cariñosamente a las niñas a quienes llevaba de la mano respondía la señora Gela –Para cuando llegaron a casa ya era casi de noche y Marian volvió a la rutina de todos los días con sus hijas y la señor
¡Abuelita!! – Emocionadas llamaron Rossane y Gely a la señora Gela –¿Y mi mamá? – preguntaron las niñas –Su mamá fue hacer un mandado, ahorita iremos a la casa para que coman y se refresquen para bañarse, de ahí nos iremos a buscar a su mamá que igual esta con tu abuelito. – alegremente respondía la señora Gela a sus nietas –Y tal como les dijo, se fueron a la casa, se cambiaron de ropa, se lavaron las manos y se sentaron a comer, terminando de ello se fueron nuevamente a lavar las manos y cepillarse los dientes, mientras la señora Gela se puso a lavar los trastes y dejar limpio el comedor, luego busco ropa que se pondrían las niñas para ir alcanzar a Marian.¡Abuelita! ¿Dónde esta mamá? – pregunto Gely –Tu mamá nos esta esperando con tu abuelito, pórtense bien y no anden tocando nada, porque los señores y señoras de ahí están trabajando. – aconsejo la señora Gela, abuelita de las niñas –|Después de un rato|¡Mamita! ¡Abuelito! – dijeron las niñas saludando –¿No han pasado todav
Después del día tan pesado que tuvieron llegaron a la casa con la esperanza que todo se solucionaría pronto.Rossane y Gely llegaron contentas con sus bolsitas de tela escolares, tenían una bolsita para jugar, al revisar todo les permitieron tomar un cuaderno de dibujo y los colores para que realizaran dibujos, pero le quitaron los demás y Rossane se enojó.¡Mamá! ¡pero eso es mío! – con una vocecita dulce, pero en tono molesto reprocho la niña –¡Ross! ¡Hija! Lo demás se te guardara para cuando lo necesites en la escuela. – Cariñosamente se dirigió Marian a su hija –¡Mamá dámelo! ¡por favor! – insistía Rossane –¡Te daré una goma! (borrador), es lo único que te puedo dar de más y no insistas hija. – más determinante habló Marian –Mientras tanto en el otro cuarto …¡Gely! ¿Qué haces? – preguntó la señora Gela –¡Una casa abuelita! ¡pero no me sale! – decepcionada y casi llorando respondió Gely –¡muéstramela! - muy dulce pidió la señora Gela, abuelita de la niña –¡Que hermosa est
¡Mamá! ¡Vienen las vacaciones! ¿Podrás llevarte a las niñas unas semanas contigo? Pues lupita se irá unos días contigo y no tendré con quien dejar a las niñas. – pedía Marian –¡Si hija! ¡Espero que aguanten! ¡No se terminan de acostumbrar cuando van a quedarse a dormir! Veamos que sucede con más días, sobre todo Rossane que es más melindrosa con la comida. – dijo la señora Gela –¡Lo sé mamá! Pero en este momento no tenemos opción, tengo que aprovechar el trabajo que me ayudo a conseguir mi primo, debo aprender bien si lo quiero conservar, es por el bien de ellas mismas. – respondió Marian –¡Lupita! ¿te irás ahora con mi mamá o te esperarás unos días? – preguntó Marian a su hermanita menor –¡Me iré con mamá ahora! – respondió la jovencita –Es mejor que te vayas conmigo, así podré pasar a comprar otra batería para poder conectar la televisión en caso de que se termine la que tenemos, para que tengan las niñas igual en que entretenerse.Aunque estando con sus primos y tiempo para ju
En una mañana de Verano Gely iba feliz en los brazos de papá quien a la vez llevaba a su hermana menor Rossane en una pequeña lancha acompañados por su madre rumbo a casa de los abuelos, Gely miraba y disfrutaba el paisaje a través del río y jugando con el agua mientras que Rossane continuaba en los brazos de Josué su padre, cantando y haciendo bromas con él; ya que era la hija consentida de sus padres debido a que Gely había sido producto de un descuido de ellos; era igual querida pero no mimada como su hermana menor. Su madre Marian desde la silla en la esquina del bote observaba a sus dos pequeñas princesas jugar con su esposo, mientras pensaba que valía la pena cada instante de su sacrificio al casarse con un hombre que en inicio no amaba. Al llegar al rancho la Sra. Gela abuela de las niñas fueron recibidos con una enorme sonrisa y los brazos abiertos ya que eran enormemente queridos por la familia; Las hermanas llevando del brazo a Josué corrieron abrazar a los abuelos muy fel