La música sonaba de fondo, mientras que David y yo nos devorábamos. Además de Marcos, no había tenido un beso tan intenso como el que tenía en estos momentos con David. Nos separamos a causa de la falta de oxígeno. —Tenemos que irnos. —habló David. Me tomó de la mano y empezamos a caminar hacia la salida. No refuté ante su decisión, ya estaba de acuerdo en que era momento de irnos. Subimos a su auto y condujo hasta mi apartamento. Ninguno de los dos mencionamos alguna palabra y fue lo mejor, ya que no quería pronunciar nada. Mi camisa aún estaba mojada por la cerveza y el olor era innegable. Al llegar a mi edificio, me bajé de su auto, pero no imaginé que él bajaría. —Voy a acompañarte hasta la puerta. Asentí y caminé hasta tomar el ascensor. David me acompañó hasta llegar a la puerta de mi apartamento. —Muchas gracias por el concierto, nunca había disfrutado uno tan cerca y tener acceso a tantos sitios. Tu trabajo también es importante, no siempre es necesario estar sentado de
DAVIDA cada instante observaba la pantalla del teléfono, esperando una respuesta de Dory. Pero no respondía a mis llamadas y mucho menos a mis mensajes. En la mañana, cuando desperté, me encontré a solas en su cama. Dormí placidamente que ni siquiera me di cuanta de cuando ella se fue. De cierta manera me sentí decepcionado al no encontrarla a mi lado y peor aún porque no respondía ningún mensaje. Iban veinticuatro horas sin saber nada de ella. Puesto que regresé a su apartamento y nadie abrió la puerta. Iba de camino a la casa de mi amigo, tenía una cita con la amiga de Dory y pues iba a irrumpir su momento romántico. Toqué el timbre un par de veces hasta que escuché pasos acercarse a la puerta. —¿David, qué estás haciendo aquí? —inquirió al verme parado frente a su entrada. —Hola amigo. Espero no interrumpir algo importante. —dije al mismo tiempo que ingresaba a su apartamento. —¡Ana! Es un gusto verte. Ella estaba sentada en una mesa con decoración romántica. Miré hacia mi am
DORY—Aquí tienes. —Muchas gracias. Tomé el mojito que Francis me ofrecía. Llevaba uno para él. Se sentó a mi lado, estábamos en la playa. Era nuestro último día en Miami y pues decidimos observar por última vez el atardecer desde la playa. —Voy a extrañar esto. —mencionó Francis.—¿El qué? —Esto: la playa, la diversión, la relajación y sobre todo tu compañía. —Mi compañía la tendrás aunque regresemos. —Lo sé pero… —se quedó callado. Esta semana fue especial, no solo por el hecho de estar alejada de mi vida rutinaria, sino también porque no tuve que preocuparme por fingir ser la novia de David y estar huyendo de Marcos. Me olvidé por completo de todo eso en estos días y me la pasé muy bien junto a Francis. No respondía ningún mensaje, ni llamada, literalmente lo apagué y me concentré en disfrutar esto maravilloso que estaba experimentando. Conocimos tantos sitios, estuvimos en la playa, nadamos en el mar, fuimos a bailar y disfrutamos de los atardeceres como el que teníamos al
—Muchas gracias —agradecí a Francis al abrirme la puerta de su auto. Me invitó a cenar y acepté gustosamente. Me comentó que tenía una buena noticia. —Es un honor para mí. —me entregó un ramo de flores. Estaban hermosas.Bajamos del auto e ingresamos al restaurante. Tomamos una mesa cerca de los ventanales. Un mesero tomó nuestra orden y en pocos minutos nos sirvieron nuestra comida. —Gracias por la cena.—mencioné.—No tienes nada que agradecer, además, estoy muy contento, ya que el día de hoy recibí una gran noticia.—Eso suena interesante y quiero escuchar todo. —Me ofrecieron una mejor oferta de trabajo en Miami.—¿En serio? ¡Eso es genial! Miami es un gran sitio.—Si acepto tendría que mudarme en ocho semanas.—Ya veo…—me alegraba por mi amigo pero me entristecía a la vez, ya que pronto se iría y de cierta manera me ilusioné en podríamos ser más que solo amigos—. Me alegro por ti, eres un gran médico.Francis me tomó de la mano.—Voy a necesitar una asistente y pues…pensaba en
—Ana, necesito hablar contigo. —Tengo que atender algunos niños en pediatría, cuando termine paso a buscarte. —Por favor que no se te olvide. Sentía la necesidad de hablar con mi amiga y contarle que ya no estaba con David y sobre todo que iba a irme de la ciudad junto con Francis. Esto no lo sabía nadie más, solo mi amigo y yo. Espere a mi amiga por un par de horas y fui a buscarla porque ella no lo hizo. La encontré hablando con otras compañeras, ni siquiera se había preocupado para ir a hablar conmigo. —Ana, ¿tienes tiempo para hablar? —Dory, perdona, estaba terminando y me quedé hablando por las chicas, pero sabes, Darío está afuera esperando por mí, pero hablamos por la noche, te llamaré. Mi amiga salió corriendo, como si estuviera huyendo de mí, me ocultaba algo, la conocía muy bien. David. Paso por ti a las siete. Recibí un mensaje de David. Era momento de terminar con esto de una vez por todas. Dory Espérame una cuadra antes del hospital. Hoy po
—Voy a hablar con Ana y le explicaré todo. —Habló David.—Ya hiciste demasiado, tu padre y tú se han encargado de arruinar mi vida.—Mi intención nunca ha sido esa, perdona por involucrarte de esta manera, pero me siento desesperado. Marcos va a ganar esta guerra, y estoy agotando mis únicos recursos. Estoy arrepentido por utilizarte de esta manera, mereces algo mejor Dory, mucho mejor.Por primera vez noté que David hablaba con sinceridad y su tono de voz era de arrepentimiento. Estaba furiosa, pero esto que me pasaba no era culpa solo de los Santana, mis decisiones me llevaron hasta esta situación.—Ya no quiero esto David, solo quiero felicidad y paz en mi vida, y voy a lograrlo estando lejos de aquí.—Te prometo que no voy a molestarte, pero termina este plan conmigo, dices que te vas en dos semanas, será el motivo perfecto para indicarle a mi familia que nuestra relación no iba a funcionar a larga distancia. Marcos está furioso, y se pondrá peor cuando sepa que te fuiste. Yo voy
Miraba a través de la ventana, los autos pasaban a toda velocidad, muchas personas caminaban. Ese era el escenario que observaba, pero mi mente volaba hacia el cielo. —¿Estarás bien? —preguntó Francis. —Sí, soy mucho más fuerte de lo que crees. —Te quiero, tómate el tiempo que necesites. Hace dos días tuve el encuentro desafortunado con Marcos y desde entonces Francis estaba en mi apartamento. No fui a trabajar, ya que no me sentía con ánimos y también para no encontrarme otra vez con Marcos. —Gracias por acompañarme estos días. —Lo que sea necesario para protegerte. Francis besó mi frente y salió del apartamento. Sin duda alguna él era el hombre indicado en mi vida. Cuidaba de mí y me protegía. Minutos después que Francis se retirara, el timbre de mi apartamento sonó. Pensé que se trataba de mi amigo, pero al abrir la puerta me encontré con David y su cara golpeada. —¿Qué te paso? —inquirí al mismo tiempo que lo dejaba pasar a mi apartamento. Corrí hacia el baño por el botiq
—Dory, tienes que levantarte y regresar al trabajo. —me insistió Ana como décima vez esta semana.Desde la muerte de Francis, fue imposible que alguien me sacara de la habitación. Ana, Darío y David insistieron, pero simplemente no les obedecí.Me sentía fatal, destrozada por dentro, ya que además de perder a mi mejor amigo ni siquiera pude asistir a su funeral. La familia decidió llevar su cuerpo a Canadá en donde estaban sepultados sus padres.—Tengo suficientes ahorros para sobrevivir. —respondí a mi amiga. Me hizo casi una docena de llamadas hasta que por fin decidí responder su llamada.—Dory, estamos preocupados por ti. —No tienen por qué preocuparse, estaré bien.—¿Bien? Tiene una semana que ni siquiera a tomar una ducha o siquiera sales a la carretera, no abres tus cortinas y no haces la cama. Pasas el día completo durmiendo o llorando.Así de grave me encontraba, pero no tenía ánimos de nada.—No queria hacer esto, pero ya no sé qué más hacer.—¿De qué estás hablando? —preg