Ethan la vio con los ojos inyectados de sangre, parecía que en cualquier momento la destrozaría, emanaba un aura peligrosa, como la desprendida de un depredador a punto de abalanzarse en contra de su presa, apretó los puños con rabia apenas contenida. —¿Qué haces aquí? —siseó rechinando los dientes. —¿Por qué esa actitud? ¿Te parece que esa es la forma de recibir a tu esposa, a quién tienes un par de días sin ver? —expresó ella en tono de reproche, colocando la mano en su cintura. —De verdad el tamaño de tu descaro es ilimitado —dio unos pasos hacia ella de forma amenazante. Anniston sintió un resquicio de miedo recorrerlo y tratando de proteger a Blake de su jefe se paró en su camino, a pesar de que creyó haber actuado con discreción, su acción no pasó desapercibida para su jefe. —¡Apártate Anniston! Si no lo haces te quito yo, este asunto debemos resolverlo entre esta mujerzuela y yo. Ante sus palabras Anniston dio un par de pasos a un lado, tampoco quería un enfrentamiento con
Hadassa caminó hacia el lugar donde Anniston cubría a la joven, cuando la mujer llegó a su lado la recorrió de pies a cabeza, con intensidad. —¡¿Quién eres tú?! —inquirió la mujer con desprecio, sin dejar de mirarla. Blake la miró también de pies a cabeza, con la misma despectiva expresión que ella usó. —Esa pregunta debería hacerla yo ¿Quién carajo eres tú? ¿Y por qué llegas a mi casa como si fueras la dueña y señora de todo? ¿Qué relación tienes con mi esposo? —interrogó apenas conteniendo su molestia. —¿Tu casa? —preguntó y otra vez centró su mirada en la joven y un aparente brillo de reconocimiento surgió en sus ojos—. Entiendo, eres la perr4 de Madelaine, aunque esos animales son muy nobles para calificar a alguien tan repugnante como tú. Eres tan descarada como te imaginé, sobre todo para atreverse a reclamar por la presencia de otra mujer en la vida de su marido, cuando lo has engañado como te ha dado la gana. —¡Eso no es tu problema! Por ahora quiero que te vayas de mi cas
Madelaine estaba sorprendida, no esperó ver a Boris, por un momento quedó sin habla, no encontraba que decir y le daba miedo que el hombre la dejara en evidencia frente a todos.—¿Lo conoces? —interrogó Marlon y ella respondió agitando su cabeza de forma negativa.—No, no lo conozco, jamás lo había visto en mi vida —respondió la mujer mirando a Boris como si fuese la primera vez que lo veía en su vida.—No me dio esa impresión, porque cuando te pidió llenarte la copa, exclamaste con sorpresa y le dijiste tú, como si lo hubieses visto antes —replicó Marlon sin dejar de observarla.Madelaine se estaba poniendo nerviosa, no sabía cómo responderle de manera que pudiera salir airosa de esa situación, ese hombre le causaba mucho temor porque su mirada era demasiado profunda, como si solo a través de ella pudiera esculcar en los más profundos secretos de las personas, para su alivio Boris intervino, aunque de haber sabido lo que ocurriría habría preferido que se mantuviera en silencio.—Creo
Hadassa sonrió ante la respuesta de la chica, no sabía lo que sucedía, porque estaba predispuesta para que le cayera mal, sin embargo, mientras la iba conociendo más le gustaba.—¡Soy la madre de Ethan! —exclamó.Al escuchar su confesión, Blake abrió los ojos de par en par producto de la sorpresa, abrió y cerró la boca varias veces, incluso se llevó ambas manos a su rostro cubriéndoselo por la vergüenza.—¡Por Dios! Esto es realmente bochornoso… ¿No me está mintiendo? ¿Cómo puede ser su madre, si ambos parecen hermanos? Ethan tiene como treinta y usted no creo que pase de treinta y cinco.Hadassa se sintió complacida por las palabras de la joven y una expresión risueña se dibujó en su rostro.—Gracias por ese halago… ojalá tuviera treinta y cinco, pero no, soy una mujer de cuarenta y cinco años… y Ethan fue un embarazo precoz —por un momento ella se quedó pensativa, como sumergida en sus recuerdos y Blake, los interrumpió.—Perdone mi entrometimiento… —pese a que normalmente Blake no
Horas después. Madelaine comenzó a despedirse de los invitados cuando un sonriente Marlon se acercó y la sostuvo por el brazo disculpándose de los presentes. —¿Dónde piensas que vas? —interrogó el hombre con un semblante más frío al acostumbrado, ella frunció el ceño, sin poder evitar preocuparse, mientras decenas de preguntas se formaban en su mente. «¿Por qué está actuando de esa manera? ¿Será que tiene sospechas? ¿Acaso ya tuvo respuesta de su investigación? ¿O está ebrio?». —Blake, ¿Me escuchaste? ¿Ven a mí? ¿No te das cuenta de que te estoy llamando? —Claro que me doy cuenta, es solo que siento un poco de cansancio —se justificó ella, para no quedarse con él, mas el hombre fue bastante persistente, se acercó y le susurró al oído. —Quiero pasar la noche contigo, no sabes lo ansioso que estoy por hacerte mía —las palabras de Marlon, le ocasionaron un estremecimiento, y un cúmulo de deseo se agitó en su bajo vientre, sin embargo, temía dar ese paso. «¿Si me acuesto con él y des
Blake, sintió el peso del hombre en sus piernas y la rabia que estaba desbordándose como un volcán en erupción dentro de ella, se disipó, convirtiéndose en excitación, el susurro de su voz en el oído activó todas las terminaciones nerviosas de su cuerpo, y en la parte baja de su vientre el deseo se acumuló, sus areolas se pusieron dura deseando ser acariciadas. Él unió sus labios con los suyos, tomándolos de manera urgente como un sediento en el desierto al hallar un oasis, por un momento perdió la noción del tiempo, daba la impresión de que el mundo dejó de moverse tan solo para ellos. Ethan se giró en el mueble y la llevó consigo, acomodándola encima de él, soltó la cola de su cabello, haciéndole caer su melena como cascada, por un par de segundos sus ojos se encontraron, ansiosos, tratando de decirse lo que no se decían con palabras. El hombre le tomó el mentón y le dio suaves besos, hasta volverse a encontrar con su boca, desatándose de nuevo esa hambre y necesidad de fundirse uno
Blake por un momento se mantuvo en silencio, buscando una justificación lógica, segundos después, entendió que la mejor defensa era el ataque y se levantó del sofá.—Ethan, déjame ser… si ya tienes las respuestas a tus interrogantes ¿Para qué me las vuelves a pedir? Si tienes todo claro, y me preguntas voy a terminar mintiéndote… y no quiero hacerlo… sin embargo, parece que te encanta que te mienta —suspiró y agregó con cansancio—. Deseo empezar contigo desde cero, por favor, no lo hagas difícil con tantas preguntas que por ahora no puedo responder.Ella se giró y esta vez, Ethan vio en la parte baja de su espalda un tatuaje de una libélula.—Made… —empezó a decir y ella lo interrumpió.—Ethan no me llames así… dime bebé, pollita, borreguita, gatita, perrita, cualquier apelativo, pero deja de llamarme Madelaine, Made, Laine —pidió mientras él entrecerraba los ojos con un leve rastro de sospecha que pasó desapercibido para ella.—¿Ese no es tu nombre? ¿Por qué te molestas en que te lla
Madelaine se mantuvo en completo silencio, no podía contener esa mezcla de enojo y decepción, no creyó que los esposos Jarold fueran capaz de prácticamente entregársela en bandeja de plata a Marlon Schimer, ni siquiera sus supuestos hermanos Jasón y Jericó, intentaron retenerla o abogar por ella, eso la hizo sentir resentimiento por ellos.«Claro, de haber sido la verdadera Blake, jamás la habrían dejado ir con Marlon sin estar casados, eran unos aprovechados, que solo pretendían beneficiarse de ella», pensó sin poder controlar el enojo, las ganas de hacerlos pagar esa afrenta, fue creciendo en su interior como una gigantesca bola de nieve.—¿Por qué estás tan callada? —interrogó Marlon para ver su reacción, mas la verdad es que tenía sus leves sospechas de porque estaba tan silenciosa, esa mujer no le parecía tan simple, sin embargo, todavía no lograba dilucidar cuál era el misterio.—No, todo está bien, solo me siento un poco cansada —respondió con sequedad.Llegaron al hotel, subie