Capítulo cuatro
Una voz en la oscuridad
*Stella Di Lauro*
Resoplo exasperada mientras aparto la bebida de colores. No me gustan los cócteles. De hecho, no me gusta ninguna bebida alcohólica aparte del vino.
Y esta que Adriano me ha obligado a probar ¡Dios! Es la menos pero, pero igual de horrorosa. ¿A quién se le ocurre ponerle "sexo en la playa" a una bebida?
«A alguien bastante ebrio y hormonal», responde mi fuero interno y por primera vez en la última hora, sonrío.
Como era de esperar, mis hermanos han ido a divertirse mientras yo me quedo en la mesa como pez fuera del agua.
Sí, soy una asocial, sosa, aburrida al contrario de ellos y no lo niego. Sin embargo, me siento c
Capítulo cinco Un antro para pervertidos *Stella Di Lauro* «El tipo de la barra» La imagen de hace unos segundos vuelve a mi cabeza a la vez que unos dedos rozan la zona desnuda de la cintura que no cubre el vestido. Por un instante pierdo el control de mi cuerpo
Capítulo seisAcepto el desafío (Primera Parte)*Enrico Falconi*La sonrisa no se borra de mi rostro mientras la Princesa de Acero expone sus ideas acerca del proyecto. Aunque habla con todos en general, sé a la perfección que sus palabras vas dirigidas a mí. Me está desafiando y yo con gusto acepto el reto.Es evidente que el haberme conocido en persona y darse cuenta de que soy el mismo hombre de anoche le ha afectado. ¿De buena o mala manera? Eso no lo sé, pero sé que no le soy indiferente. Pude sentirlo anoche.Mi intuición no se equivocaba. Las piernas no es lo único espectacular en ella. El cabello azabache le cae sobre los hombros como cascadas, el flequillo resalta las fracciones de su rostro. Lo
Capítulo sieteAcepto el desafío (Segunda Parte)*Enrico Falconi*La sorpresa se apodera de su expresión por unos pequeños instantes, pero luego se transforma en la viva imagen de la indignación.Bien, me agrada saber que no soy el único frustrado aquí después de la noche anterior.—¡¿Pero qué haces tú aquí?! —cuestiona apenas me ve acercándome—. ¿Y cómo has entrado?—Tengo mis habilidades —le guiño un ojo con suficiencia.—Claro, como abordar a mujeres en la oscuridad como todo un psicópata acosador. Perdóneme si una asociación con usted no me pare
Capítulo ochoSal de mi cabeza*Stella Di Lauro*Joder, joder, joder.En mala hora me dejé arrastrar por mis estúpidos hermanos hacia ese club del demonio. Ahora tengo un acosador con fama de mujeriego detrás.¿Es que no sabe lo que significa la palabra «no»?Voy a matar a mis hermanos. Juro que esta vez les arrancaré las orejas.Absorbo una gran bocanada de aire para luego dejarla escapar con lentitud. No me voy a estresar, con suerte, no volveré a cruzarme con él jamás.Me centro en el trabajo y por unas horas, consigo olvidar al muy atrevido. Sin embargo, cuando mi padre viene a buscarme junto a mi tío para i
Capítulo nueveLa familia perfecta*Stella Di Lauro*Mi hermano corre a toda velocidad, pero con destreza logro alcanzarlo y tirármele encima.Es una batalla campal en la cual no se puede saber a ciencia cierta quién será el vencedor. Puede que él sea todo musculitos, pero yo he crecido rodeada de hombres posesivos y malandrines —él incluído— y he aprendido a defenderme de todos ellos.Conozco la debilidad de cada uno y la de Federico es la confianza. El muy idiota siempre tiene la ridícula certeza de que una chica no puede derribarle. Por supuesto, a mi hermano mayor se le olvida que yo no soy cualquier chica.—¡Lo siento! ¡¿Vale?! —alza los brazos en señal de rendición, pero con una sonr
Capítulo diez Me ha embrujado *Stella Di Lauro* Me mantengo inmóvil sentada en la cama mientras sus ojos me recorren el cuerpo medio desnudo de arriba a abajo. ¿A dónde fueron las puñeteras sábanas? —¿Qué haces aquí? —reitero mientras él se acerca—. ¿Cómo has entrado? —Chist —un dedo llega a mis labios y entonces, un temblor me sacude el cuerpo con vehemencia—. No digan nada, princesa, solo siente. —Pero... —mi intento de protesta es acallado por sus labios, los cuales saquean mi boca sin piedad. Mi conciencia no está, tampoco mi sano juicio y no puedo hacer otra cosa sino responder a su ataque con el mismo ardor. Sus manos ll
Capítulo once La hermana de tu mejor amigo *Stella Di Lauro* Lanzo el maletín de mi laptop sobre el escritorio con brusquedad antes de moverme inquieta por la oficina como una bestia enjaulada. Estoy furiosa, jodida, amargada por su culpa y muy, muy cachonda por la mía. Idiota de mí que vengo a soñar con que me posee un demente. Si es que la demente mayor aquí soy jodidamente yo. —¿Dónde rayos está ese café? Mis gritos se ven apagados de forma repentina por su figura gigantesca en la puerta de mi oficina, cerrando con un puño suyo clavado en la madera. —¿Te importaría dejar de gritar como verdulera? —cuestiona con mofa. —¿Te importaría morirte? —contraataco. Primer día, diez minutos y ya me tiene harta.
Capítulo doceUn buen equipo*Stella Di Lauro*Leo el papel una y otra vez, tratando de concentrarme en los números, pero el constante tintineo del bolígrafo sobre la mesa me impide la acción.No alzo la vista, sin embargo, puedo sentir su mirada penetrante sobre mí. Estoy odiando a mi padre en estos momentos.¿Por qué demonios me ha encargado este proyecto a mí si sabe que no lo apoyo?¿Por qué le ha dado una oficina justo al lado de la mía?Y sobre todo, ¿por qué tengo que trabajar codo con codo junto a él para idear una estrategia de lanzamiento al mercado? Lo mío son las