NO LLEVABA LA SANGRE DE SU PADRE

Aixa se levantó de la cama y se acercó a mí con un sobre en la mano. Me dedicó una pequeña sonrisa lastimera. —Esto lo explicará todo—, susurró, entregándome el sobre.

Saqué la carta del sobre abierto y comencé a leer. El corazón me latía con más fuerza y ​​me golpeaba el pecho con más fuerza.

Cuando llegué al final de la carta, no respiraba. Mis pulmones empezaron a arder, mis ojos se llenaron de lágrimas y luego exhalé bruscamente, todo mi cuerpo se estremeció. Sentí un escalofrío que me llegaba hasta los huesos y no estaba muy segura de cómo sentirme.

—Erik sabía que se trataba de un suicidio, Velbert —murmuró Alessio—. Lo hizo con un propósito.

No podía hablar. Tenía la boca seca y la lengua pesada.

-Erik… él no es el verdadero hijo de Gavrikov. Alessio confirmó lo que acabo de leer en la carta.

—¿Cómo…?— No. Esto no podía ser cierto. La carta era una mentira.

—Como dijo en la carta, no era de sangre real—.

Mi madre tenía diecisiete años cuando se enamoró por primera vez. Él visit
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