HERMANO MENOR

CAPITULO 3

De nuevo le di una fuerte cachetada, la verdad es que tenía una relación de amor odio con Pablo.

Pablo se ha convertido en un verdadero arrogante que sentía que por tener todo el poder que le ofrecía el dinero era capaz de conquistar a cualquier persona y me imagino que en su cabeza pensaba que yo iba a ser una mujer muy fácil de conquistar pero estaba equivocado.

— Nunca vas a volver a sentir mis labios en tus labios — le dije mientras me levantaba muy enojada de la mesa.

—¿No vas a comer pastel conmigo? — me preguntó mientras me jaló un poco del brazo.

Se que estaba muy enojada y que cuando estuve en ese tipo de situaciones no pienso muy bien en lo que voy a hacer.

De inmediato agarré el pastel de la mesa y se lo puse en la cara, sabía que sido bastante extremo, pero tenía tanta rabia en ese momento qué no pensé en una consecuencia futura.

Lo único que necesitaba en ese momento era pude seguir adelante con mi vida, aunque la verdad es que no sabía si en mi liberación iba a encontrar una nueva vida.

Mi novio me había dejado sin ninguna importancia sobre lo que estaba ocurriendo conmigo, Mi carrera muy probablemente a este punto ya la había perdido, y mi familia no creía y jamás iba a aceptar que yo había ayudado a un mafioso.

El se levantó muy enojado de la mesa agarra un poco de pastel que tenía en la cara, y me lo puso en mi rostro.

—¡idiota!— grite con mucha rabia porque sentía que lo que acaba de hacer era un infantilismo.

— Llevenla de inmediato para su habitación, creo que es momento de enseñarle a la doctora quién manda en esta casa — la manera en la que me miró me hizo darme cuenta que había cruzado el límite.

Obviamente su perro guardián de confianza y su mano derecha me tomo a la fuerza de la cintura y me llevó hasta la habitación donde me encerró.

Lo único que hice en ese momento fue tomar una ducha para quitarme todo el pastel de la cara, definitivamente ya estaba perdiendo hasta la razón.

Tenía que entender que a pesar de la cercanía que tuve en algún momento con Pablo él era un mafioso y que podía matarme, obviamente tenía un espíritu demasiado libre pero la verdad es que tenía que ser mucho más prudente.

Después de eso lo único que hice fue acercarme a la cama para tomar una siesta.

Muy temprano una de las empleadas me despertó con el desayuno, me informo que el señor Pablo había dejado la orden de presentarme a cuidar al joven Esteban.

Creo que lo mejor que me había pasado desde que llegue aquella casa era precisamente Esteban, no solamente porque era un buen muchacho que me había demostrado el gran cariño que me tenía como médico, en cierta manera sí a mi estadía mucho más tranquila.

Lo que había sucedido la noche anterior me causaba un poco de desconcierto, había conocido una mirada de Pablo qué me lleno de miedo durante unos segundos.

Ni siquiera sabía porque me importaba tanto, para mí Pablo no era más que un hombre que había quitado mi libertad pero de verdad me importaba lo que pasaba en su vida.

Empezamos a hacer algunos ejercicios con Esteban para que empezara con la fuerza de sus músculos.

Me causaba mucha admiración porque sentía que de verdad él se esforzaba demasiado, era ese tipo de personas capaz de hacer lo que fuera necesario para lograr su objetivo.

Mientras lo ayudaba a cargar para llegar a la cama se agarró fuertemente de mi brazo, miro a los ojos y me dio una suave caricia.

— eres una mujer muy hermosa — creo que intentó besarme pero intenté esquivarlo haciéndome la loca en esta situación.

— Tu estás trabajando muy bien, yo creo que si sigues así en un par de semanas vas a poder recuperar gran parte de tu movilidad — sonreí en ese momento mientras lo ayudaba a acomodar en la cama.

— No creo que quiera caminar de nuevo, sí eso significa que te tienes que ir creo que sería lo peor que me puede pasar en este momento — obviamente me quedé helada porque no sabía que contestarle.

— Tu eres una persona muy valiente, obviamente en algún momento tengo que recuperar mi libertad — sonrei mientras le colocaba el medicamento en la manguera

— Pero la verdad es que no tienes que regresar a tu vida, ya me contó Pablo que tu novio estaba feliz porque habías desaparecido lo que significa que no es un buen hombre — Esteban me tomo de la mano con delicadeza.

— Si, pero la verdad es que toda mi vida no gira entorno a Javier, sí es un hombre muy importante para mí y al que tengo que superar — le expliqué que para mí era muy importante terminar mi carrera y ver a mi familia.

— Yo quiero darte la familia que quieres — Esteban esta vez fue mucho más fuerte cuando me agarra de la cintura y me robó un beso.

No sabía qué hacer en ese momento porque hace tan solo unas horas también había besado a su hermano mayor.

La gran diferencia es que Esteban estaba enfermo, además que Pablo si me gustaba y la verdad es que ese beso fue mucho más excitante lo que yo hubiera querido.

— No esta bien, te recuerdo que tú eres mi paciente y este tipo de cosas no pueden suceder — me alejé con mucha delicadeza la verdad es que no le hice un gran escándalo como si se lo hubiera hecho a Pablo.

— Pero cómo dijiste en un par de semanas voy a caminar, quizás cuando empiece a caminar deje de ser tu paciente y los dos podamos tener una relación — No entendí en qué momento Esteban empezó a sentir cosas por mí.

— No te prometo nada, después de lo que sucedió con Javier prefiero darme un tiempo antes de iniciar cualquier relación sentimental — recogí todas mis cosas y le dije que me iría a comer un lunch.

Aquella mansión era demasiado grande, yo tenía limitado los sitios a donde podía llegar, solamente podía estar en el comedor en mi habitación y en el jardín.

Generalmente prefería estar en el jardín para olvidarme de mi encierro, la verdad es que me daba mucha tranquilidad para poder pensar muy bien en mis siguientes pasos.

Siempre tomaba un jugo de naranja mientras miraba las estrellas y la gran luz del sol que acariciaba mi piel.

— Ya me acaba de decir Esteban lo qué te dijo — Pablo se sentó a mi lado y me trajo un poco de jugo de naranja.

— Tu qué mano está confundiendo agradecimiento con amor, Yo sé que después de un tiempo va olvidar la locura de ser mi esposo — tomé un poco de aire.

—¿Y si no? Podría decir que Esteban es un hombre muy sentimental, qué muy pocas veces se ha enamorado, y que de verdad él cree que tú eres la mujer de su vida — Pablo se sentó a mi lado mirándome fijamente.

— ¿Me vas a obligar a casarme con él? Porque créeme que sí eso es así prefiero acabar con mi vida en cualquier baño de la mansión — lo miré fijamente a los ojos esperando una respuesta.

Puse que esta conversación no era gratis y que quería decirme algo bastante importante.

— Nunca, a pesar de que crees que soy uno de los peores hombres, se puede decir que tengo ciertos códigos de ética y sé que un matrimonio no se debe forzar — Pablo me tomo de la mano.

— Entonces sencillamente hay que decirle a Esteban qué lo que está soñando nunca va a suceder, yo no me voy a casar con él — le dejé en claro a Pablo por si tenía la idea de juntarnos.

— Me preocupa eso pero mucho más otra cosa — él tomó un gran suspiro mientras me daba una caricia en la mejilla.

—¿Qué te puede preocupar más que la salud de tu hermano?— la verdad es que la manera en la que Pablo me estaba hablando después de lo que había sucedido en la noche me dejaba de nuevo en desconcierto.

— Que ... Qué se entere que yo siento lo mismo por ti, qué me muero de ganas de darte un beso y de hacerte mi esposa — Pablo me estaba hablando con sinceridad.

Abri los ojos algo impresionado por su revelación, la verdad no esperaba que me dijera eso.

No sé que estaba pasando en mi cabeza, quería entender lo que sentía dentro de mi corazón, pero en ese momento decidí darle un beso tan intenso que me di cuenta que Pablo se me estaba metiendo en la cabeza y eso tenía que ser un absurdo.

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