«Me acerqué a la mujer en la fogata, era una bella dama que a pesar de todas las adversidades en su vida se mantenía siempre optimista.—A pesar de que nos conocemos desde hace algunos meses aun no me has dicho de dónde vienes, por favor dime ¿Cómo es tu nación? —Su voz melodiosa endulzó mis oídos con su encanto.—Nunca antes había preguntado señorita—Me quedé pensando en como decir mis próximas palabras—Yo vengo de una tierra más allá de la imaginación de tu gente, un lugar donde las personas viven vidas pacificas lejos del peligro, una nación donde no hay esclavos y todos los hombres y mujeres son iguales sin importar su raza o religión, un lugar donde ya no hay que temer a la naturaleza porque ella y la humanidad viven en paz. —Suena hermoso... ¿Por qué te irías de un lugar así? —No lo hice...fui arrancado de mi hogar contra mi voluntad por la realidad misma, cómo si el mundo me considerara indigno de su belleza. —Te irás pronto ¿No es así?—Sí... —Miré los hermosos ojos avellan
Veo a través de la cúpula encima de mí a la insondable cantidad de agua que cobija a esta ciudad submarina, veo a las personas a mi alrededor, se parecen a mi pero no son como yo.Entre más me adentro en este surreal destino más noto las diferencias entre mi hogar y este mundo, no son incivilizados de ninguna manera, eso se podía apreciar con dar una mirada a esta maravilla de la ingeniería en la que viven pero su civilización simplemente era demasiado diferente de la mía como para que encajara.Me siento en una banca mientras contemplo la vista más allá del domo cristalino y observo la infinidad de criaturas marinas que rodean su majestuosidad.Mientras contemplo el horizonte oscuro del profundo océano no puedo evitar pensar si quizá debí haberme quedado en aquella nación en un tiempo con esa mujer a la que pude haber amado.—Bueno, cualquiera diría que jamás habías visto el exterior de la cúpula si la sigues mirando así—fue una voz masculina la
Siento que el camino es más corto de regreso que de ida.Mientras nos movemos sobre Epona por el pueblo ignoro las múltiples miradas y cumplidos pervertidos dirigidos hacia mi.Finalmente nos unimos al resto de nuestro grupo en el mercado del pueblo, ya que la visita no había tardado demasiado eran apenas las cuatro de la tarde así que me senté a la sombra de la caravana para empezar a leer el libro.Este libro era diferente, bastante fascinante, no era una guía para realizar alguna habilidad irreal, esta vez era una novela, una que me recordaba inquietantemente a mi situación actual.Para cuando terminamos la mercancía que habíamos traído el anochecer ya empezaba a asomar su cabeza impidiéndonos viajar de forma segura.—David dice que hay un pequeño campo para hacer deportes no tan lejos, vamos a montar un campamento improvisado ahí y saldremos mañana después de conseguir toda la comida que podamos—Leo empezó a dar instrucciones—No creo que sea suficiente comida así que veremos si po
Soy arrastrado a través del bosque junto a mis congéneres en dirección a algún lugar desconocido. En el cielo se ven rayos de luz solar moribunda y determino que nuestro destino ya no debe estar muy lejos si estas mujeres quieren pasar la noche a salvo. —Esto es una m****a… Leo se volteó a verme con molestia antes de abrir la boca. —No es el momento. —Siempre es momento para expresar que algo es una m****a. Pese a mis sentimientos decido mantener la boca cerrada para no llamar más la atención. A lo lejos diviso una estructura de concreto que debe ser nuestro destino. Es bastante grande y parece muy defendible, definitivamente nuestro destino. A nuestra llegada al campamento de lo que he decidido llamar “amazonas” somos llevados a una habitación vacía y arrojados sin más. Puedo ver la luz a través de una pequeña ventana abarrotada en la esquina de esta celda improvisada y cada vez se extingue más. — ¿Alguna idea de cómo escapar? —Le pregunto a mi grupo. Pasan alg
Oscuridad, gritos y miedo, esos eran las partes por separado de lo que formaba mi situación. El sudor cubre mi cuerpo mientras corro a través de la oscura penumbra de este bosque maldito, mi corazón se acelera más con cada centímetro recorrido, siento que mis pulmones queman, mis piernas me arden y sólo la adrenalina me mantiene en movimiento pero aun eso no puede durar para siempre. Mi mundo se transforma en sombras tenues brevemente iluminadas por la luz plata de la luna. No pienso en el camino, el tren o mi hogar, simplemente persigo la espalda de Leo y los otros fugitivos frente a mí. Jadeos pesados escapan de mi boca y mis sentidos agudizados por el terror puro escuchan un golpe seco acompañado por gemidos frente a mi posición. Veo a Leo desviándose ligeramente para intentar ayudar al hombre caído, pero corro más rápido y lo tomo por el brazo, sus ojos me miran con miedo y confusión. Un millar de pensamientos pasan por mi mente en el espacio de un latido pero hay uno que se
Hermosa luz del sol, que destierra la oscuridad y los horrores que la habitan, cubre la tierra y baña en etéreo oro luminoso la existencia, quema la niebla cegadora e ilumina nuestros caminos.Mis piernas tiemblan y arden por el cansancio en cada paso, mi boca esta seca como un desierto arenoso, no soy capaz de abrir el ojo derecho sin que estalle en un dolor paralizante.—Creo que veo la estación más adelante—la voz de Cristofer (nuestro anteriormente desconocido acompañante) anunció.Es un sentimiento único y complicado lo que me invade, alegría por estar a punto de volver a la seguridad de los brazos de mis amigas, miedo de sucumbir a la oscuridad estando tan cerca de la meta, tristeza por el juicio que caería sobre mí si se supiera lo que he hecho, y finalmente la ira contra el universo inmisericorde que parece empeñado en dañarme a mi y mis amigos.Un ultimo empujón alimentado por nada más que fuerza de voluntad me mantiene caminando."En caso de duda avance... "El ultimo tramo
El tren no salió el día de nuestra llegada, se retrasó unos días para poder recolectar los cuerpos de los licántropos y hacer un funeral para los perdidos... pero no me presente a la ceremonia. El sonido de la puerta del camarote abriéndose llegó a mis oídos mas no me molesté en voltear a ver a la persona que entró en mis aposentos y continúe con mi lectura del libro tan extraño que había encontrado en esta realidad, en su lugar me conformé con esperar las palabras que seguramente tendría para mí. —Estamos preocupados por ti. —Estoy bien, Leo... —Guárdate las mentiras, claramente no estas bien y ambos lo sabemos. Ya no tenía salida, era momento de dejar a un lado las excusas y hablar con la verdad... al menos no habría más personas para escuchar mis pensamientos. —Dime, Leonardo ¿Cuando cierras los ojos, qué es lo que ves? Él se tomo su tiempo para pensar en una respuesta. —Garras que vienen hacia mi... —Es comprensible... cuando yo cierro los ojos veo la mirada traicionada d
Los días pasaban en nuestro viaje y aunque no puedo dejar de pensar en las cosas que he hecho al menos intento seguir adelante. El tiempo pasa y no hay mucho que hacer en el tren para pasar el tiempo, no hay internet y ver las mismas películas todo el tiempo tampoco es factible, así que los pasajeros hemos hecho algunas mancuernas improvisadas así como uno que otro saco de boxeo para poder mantener a las personas en forma y entretenidas, las acomodamos en el espació liberado por las cosas que se han comerciado en nuestras dos únicas paradas. Junto con el reciente espacio para ejercitarnos el único otro entretenimiento que tengo a la mano son los libros que he conseguido. No sé cómo describir los libros que he encontrado además de "en extremo peligrosos", sólo la guía de hipnosis ya es lo suficientemente preocupante como para no revelársela a nadie, únicamente Leo tiene una idea de cómo fue que obtuve ese conocimiento y ni siquiera estoy dispuesto a compartir el libro con él. El ot