HUXLEY.—¿Cómo te sientes?[Un poco mejor] —me contesta por sus pensamientos— [Me sigue doliendo todo]Le sonrió y dejo un beso en su mano "sana".[En serio siento que voy a morir]Le lanzó una mirada seria.[No me veas así, que es verdad, además, dije que siento, no que quiero morir]—El dolor va a ir disminuyendo —le digo—. Y, algún día, vas a estar completamente bien y cuando recuerdes esto vas a decir "de solo recordarlo me empezó a doler todo".Mi chocolatina suelta una pequeña risa que se convierte en un quejido de dolor.Acaricio su cabeza con cuidado y lentamente.Ojalá yo estuviera en su lugar.La puerta de la habitación es abierta y por ella entra mi papá.—Oh, está despierta —comenta en cuanto ve a mi chocolatina—. Pensé que estaría dormida.—Pues ya viste que no es así —le digo— ¿Tienes toda la información de mi chocolatina?—Sí, sobre eso, les tengo buenas y malas noticias.[¿Cuál es la mala?]—¿Cuál es la mala? —le inquiero a mi padre.—Mi nuera — [¿¡Dijo nuera!?] — tend
AMALIA.—A la cuenta de tres, ¿ok? —[ok]—. Uno, dos y... Tres.Huxley y su papá me trasladan a la silla de ruedas.Hoy, después de lo que parecieron ser tres muy largas semanas, por fin salgo del hospital.Me gustaría decir que ya estoy completamente bien, pero la verdad, todavía no puedo moverme o por lo menos, no mucho.El lado bueno es que puedo hablar, aunque tampoco es mucho porque me duele todo por el más mínimo esfuerzo todavía.Suelto un quejido de dolor e intento regular mi respiración para que el dolor agudo pase.—¿Estás bien? —me inquiere Huxley preocupado.—Due... —tomo aire para completar la frase—...le.Huxley se pone a mi estatura y agarra mi mano no lastimada.—Regula tu respiración para que duela menos, ¿ok?No digo nada e intento hacer lo que él me dijo.—Tenemos que acomodarla bien —comenta el padre de Huxley—. Se puede caer.—Esta bien —dice Huxley.Ambos me acomodan correctamente en la silla y yo suelto un quejido de dolor.—Mucho mejor —comenta el padre de Huxle
AMALIA.—Ah... —volteo a ver a Huxley asustada—. Dime qué eso no es lo que creo que es, por favor.En vez de una respuesta, lo que obtengo es que él me cargue y vea a Henry y Hugo para decirles:—¡Al refugio, ahora!Ambos mellizos se levantan rápidamente y empiezan a seguir a su tío.—¿¡Nos están atacando!? —pregunta Henry.—¡Sí! —le responde Huxley abriendo una puerta— ¡Entren rápido!Henry y Hugo entran y empiezan a bajar las escaleras que parecen llevar a una especie de sótano, en dónde ya se encuentra Chispa.—Escúchenme bien —me deja en una silla—. Se van a quedar aquí hasta que regrese por ustedes, aquí van a estar a salvo, no intenten salir que no lo lograrán —empieza a retroceder—. Chispa, vigílalos.De un segundo a otro, él empieza a subir las escaleras rápidamente al mismo tiempo que una luz blanca se ve por todos lados antes de que el lugar cambie por completo.🍋🍋🍋🍋🍋Respiro lo más normal y tranquilamente posible mientras siento como si me fuera a morir.—Tía, no te ve
AMALIA.—¿Qué te sucede?Volteo a ver a Valeria.—Nada —le respondo.—Es el "nada" más falso que he escuchado —me dice—. Anda, ya dime que tienes, te juro que no le voy a decir a nadie.Lo pienso bien antes de volver a verla.Supongo que estaria bien platicarlo con alguien mientras espero que Amy y Pato tengan tiempo para hablar.Hablar con Huxley no es una opción debido a que está ocupado, además, el tema es él.—Es sobre Huxley —le comento.—¿Qué hizo mi hijo? —Bueno... en realidad, es algo que no hizo —Valeria me ve confundida a lo que suspiro—. Tengo dos primos de mi misma edad y los tres encontramos a nuestros soulmates al mismo tiempo y bueno, a ellos ya han...—Ah, ya —me dice con cara de "ya entendí" y con una sonrisa juguetona en el rostro—. Quieres tener sexo con mi hijo.Siento como me pongo toda roja.—¡No, no! ¡Yo no...! —se cruza de brazos y su sonrisa crece más— ¡No es eso!—No tienes nada de que avergonzarte, —me dice mientras mi vergüenza crece y estoy segura de que
HUXLEY.—Esta limpia.Deja caer sobre mi escritorio varias carpetas, las cuales, empiezo a revisar.—Odiara a tu mate y estará obsesionada contigo, pero no fue capaz de intentar asesinar a tu mate.—Que mal —digo—. Era mi única sospechosa.—¿Acaso querias que ella fuera culpable para matarla? —me inquiere—. No sabía que la odiaras.—No la odio —le digo—. Pero si me molesta demasiado que siempre que ha visto a mi chocolatina la haya agredido.—Hablando de tu mate, solo la conozco en fotografías —toma asiento delante mío— ¿Cuándo tendre el honor de...?—Luego la conocerás personalmente —la interrumpo—. Por ahora, solo sigue investigando quién está detrás de todo esto, ¿entendido?—Entendido —me dice— ¿Recuerdas que habia un pequeño grupo que estaban encontrá tuyo?—Sí, lo recuerdo —le contesto—. La gran mayoría de los ellos está ahora mismo en prisión, otra parte decidió ya no formar parte del grupo y los que quedaron fueron olvidándose de la absurda idea de querer tomar mi lugar.—Buen
AMALIA.La superficie debajo mío se siente tan cómoda que hace que quiera seguir durmiendo, pero por más que lo intento no lo consigo, así que me resigno y decido abrir los ojos.—Buenos días —siento como deja un beso en mi mejilla— ¿Dormiste bien?Asiento antes de ponerme boca arriba mientras me froto los ojos .—¿Hace mucho que estas despierto? —inquiero todavía con un poco de sueño.—No —me responde.Decido sentarme y cuando hago eso y abro bien los ojos, me percato de que tengo la camisa de Huxley puesta, lo cual no tiene sentido ya que recuerdo claramente haberme dormido desnuda después de lo que hicimos.—Te la puse yo —me informa cuando ve que ve mi cara de confusión—. No quería que tuvieras mucho frio.—Gracias —le digo— ¿Qué hora es?—Son las 16:35 —lo veo sorprendida— ¿Qué sucede?—¿En serio esa es la hora? —asiente—. Ay, dios, es tarde.—¿Tienes planes para hoy?—No.—¿Entonces cuál es la prisa? —No hay ninguna, solo me sorprendí —le informo—. Nunca me había despertado a e
AMALIA.—¿¡Cómo qué ya tuviste sexo!? —le hago una seña para que se calle— ¡No me voy a callar! ¡Además, ni que nos fuera a escuchar alguien!—Yo los escucho.Me cubro el rostro con las manos avergonzada después de que Biel, el mate de Amy, haya dicho eso.—Tú no cuentas —le dice volteándolo a ver antes de girarse a la pantalla—. Y bueno.... ¿En qué estaba?—Le estabas diciendo que como es que ya tuvo sexo —veo mal a Pato a través de la pantalla— ¿Qué? Ella pregunto y es la verdad.—Ah, sí, estaba en eso, gracias —se acomoda antes de verme— ¿¡Cómo que ya tuviste sexo!?—¿Qué quieres qué te diga? Simplemente lo tuve y ya —le contesto.—¿No lo planeaste? Veo sorprendida a Pato por su pregunta.—¿El sexo se planea? —él asiente y Amy solo se alza de hombros—. Oh... No lo sabia.—Pues ahora ya lo sabes —me dice mi prima—. Y ahora que oficialmente ninguno de los tres es virgen, ¡ya nos podemos llamar el trio de los no virgenes!—Ese es un horrible nombre —le dice Pato con una expresión de
AMALIA.—¿Se encuentra bien, reina?Levanto la cabeza para ver al mayordomo delante mío.—Sí, estoy bien, Bob —le contesto dándole una pequeña sonrisa. Me doy cuenta de su vestimenta— ¿Vas a salir?—Así es —me responde—. Voy a ir a ver a unos amigos.—Espero que te vaya bien.—Yo también espero lo mismo —me dice—. Con su permiso.Asiento y lo veo marcharse dejándome sola.Veo la hora en mi celular para después dirigir la mirada al arbusto de rosas amarillas.¿Cómo es que siempre se ven bien?Siento unas manos en mis hombros y doy un pequeño salto en el asiento antes de escuchar una risa que conozco muy bien.—Lo lamento —toma asiento en la silla a mi lado—. No quería asustarte.—Esta bien.—¿Te sucede algo? —niego— ¿Entonces por qué ese estado de animo?—Ha de ser por el clima —le contesto—. La lluvia siempre hace que me sienta muy desanimada y con sueño.—En unas horas saldrá el sol —me dice— ¿Has visto a Bob?—Acaba de irse, dijo que iba a visitar a unos amigos.—Ah, cierto, hoy es