UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 55: Un premio gordoKenneth abrió los ojos lentamente, sintiendo la calidez del cuerpo de Leny acurrucado junto a él. La luz del amanecer se filtraba suavemente por las cortinas, creando un ambiente tranquilo y acogedor en la habitación. Su brazo estaba envuelto alrededor de su cintura, y ella se movía ligeramente, aún sumida en un sueño profundo.Kenneth la observó durante unos segundos, asimilando el cambio drástico que había dado su vida desde que aquella loca había entrado en ella. jamás habría imaginado que estaría a punto de casarse y esperando un bebé; pero era como si todo en su vida finalmente hubiera caído en su lugar.—¿Cómo me puedes gustar tanto, condenada? —susurró, más para sí mismo que para ella.Y aquel era el momento tierno, perfecto, dulce, para recordar toda la vida hasta que la puerta de la habitación se abrió con un estruendo y la tía Louise apareció con su perfecto escándalo.—¡Levántense, levántense los dos! —gritó entrando sin
UN PACTO CON EL DIABLO. Capítulo 56: Un regalo de bodasEl ambiente en el gran salón estaba cargado de emoción. Kenneth y Leny, ahora arrodillados ante el rey, esperaban ansiosos mientras él se tomaba su tiempo, mirando a su alrededor con una sonrisa que mezclaba satisfacción y picardía. Los ojos del monarca pasaban de Leny a Kenneth y de nuevo a Leny, como si estuviera disfrutando del momento mucho más de lo que todos imaginaban. Finalmente, se acomodó las mangas de la chaqueta, sacudió el polvo imaginario de sus hombros, y con un aire teatral, comenzó su discurso.—Bueno, pues, ¡por fin, por la gracia de Dios y de mí mismo, aquí estamos! —dijo echando una mirada a la pequeña audiencia, que consistía en el duque Johan, la duquesa Josefine, la tía Louise, Lord Bornholm y un par de sirvientes que habían quedado petrificados en la esquina del salón—. Siempre pensé que casar a nobles y plebeyos tendría su grado de diversión, pero confieso que este par me ha superado las expectativas. —Se
UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 57: Una vida juntosEl día del bautizo de Kenneth llegó una semana después, y aunque él nunca había imaginado que un evento como ese formaría parte de su vida, lo afrontaba con una mezcla de nervios y alegría. Sobre todo nervios, porque su familia y amigos más cercanos habían viajado para estar allí; y entre ellos, el duque y la tía Louise, Kenneth se sentía bajo fuego constante.La familia se reunió en la capilla privada del castillo, y el ambiente era ligero pero solemne al mismo tiempo. Y aunque el sacerdote era el que oficiaba la ceremonia, fue el duque quien tuvo el honor de nombrarlo.—Kenneth Johan Nikolaj —anunció con voz firme, para luego añadir en tono jocoso—. Que Dios te guíe… y que tu segundo nombre te recuerde quién manda aquí.Kenneth no pudo evitar sonreír, aunque el duque lanzó una mirada de advertencia que suavizó con una risa, porque le daba igual que aquel hombre fuera plebeyo o no, había demostrado de sobra ser digno de la familia.
UN PACTO CON EL DIABLO.CAPÍTULO 58: El herederoLeny reía mientras disfrutaba de un enorme helado de chocolate, y veía a Kenneth Sacudirse el cabello una y otra vez. Ya le llegaba sobre los hombros y por más que se burlara a Leny le encantaba tener de dónde agarrarlo duro cuando… ya saben…—Deberíamos comprar acciones en esta heladería —dijo él pensativo—. De lo contrario arruinarás el ducado a base de antojos.Leny se rió, llevándose otra cucharada a la boca.—No es mi culpa que hagan el mejor helado de toda Dinamarca —respondió con una sonrisa traviesa—. Además, no se le pueden negar estas cosas al bebé.Kenneth negó con la cabeza, divertido.—Claro, échale la culpa al bebé.—O se la puedo echar al padre que me lo hiz… ¡Aaaah! —Leny hizo una mueca y llevó una mano a su vientre, intentando soportar aquella primera contracción que la atravesaba.—¿Estás bien? —preguntó Kenneth, asustado.—Creo que... creo que el bebé se quiere tomar el helado él mismo… —dijo, intentando mantener la c
UN PACTO CON EL DIABLO. CAPÍTULO 59. Papás en fugaPor supuesto que Su Majestad se disculpó de todas las formas posibles por llegar tarde a la ceremonia de bautizo de su familia favorita, pero a veces los asuntos de estado eran complicados.—¡Espero que lo eduquen muy bien, porque estoy viendo al futuro príncipe consorte de este país!Johan lo miró con incomprensión.—¿Su Alteza la reina está esperando de nuevo? —le preguntó porque la hija más pequeña del rey ya estaba grandecita.—¿Lo dices porque Margaritte tiene ocho años? —se quejó el rey—. ¡Johan, por favor, no seas anticuado, ahora se usa lo del colágeno y eso!Leny y Kenneth casi se ahogaron de la risa pero terminaron asintiendo.—Le garantizamos que estará bien educado, Su Majestad —aseguró ella.Kenneth rodeó la cintura de su esposa con un brazo.—Lo que no podemos garantizarle es que no dará batalla.La alegría era generalizada, y después de la ceremonia, todos se dirigieron al gran salón para la recepción. Las risas y conve
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 1. Monstruos en HalloweenSINOPSISTodas las familias tienes sus monstruos, solo que las más poderosas pueden ocultarlos.Mikhail Angelov ha pasado su vida en las sombras. Como la cabeza de una poderosa familia búlgara, ha dirigido su imperio con mano firme, pero sin permitir que más que unos pocos lo vieran a lo largo de su vida. Solo un día al año se atreve a salir: Halloween, la única noche en que no es el único monstruo que sale a la calle.Y esa noche todo cambia, porque cuando Mikhail conozca a la mujer capaz de ocultar esa marca que tanto odia, la obligará a quedarse a su lado para ayudarlo a conquistar lo que todavía no ha podido.Entre mentiras, ambición y deseo se alza la pregunta: bastará con camuflar al monstruo… ¿o podrá sanar también su corazón?CAPÍTULO 1: Monstruos en HalloweenMikhail Angelov solo caminaba por las calles de aquella ciudad una vez al año. Una noche al año. Porque era la noche en que no era el único monstruo que salía.El air
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 2. Un ogro integralKarina llevaba casi un año viajando sin parar. Había comenzado en Asia, donde había pasado meses pintando rostros en festivales y desfiles, y ahora estaba en Europa, su continente favorito. Amaba los pueblos pequeños, llenos de gente amigable y comidas caseras, pero su última parada había sido en una ciudad más grande de lo que acostumbraba: Varna, en Bulgaria. Había elegido ese lugar por el famoso festival de Halloween.Algo en esa noche la atraía, el caos, la libertad para jugar con las apariencias y, por supuesto, el maquillaje.No le habían faltado sobresaltos y sorpresas en su viaje… pero aquel hombre… Mikhail… era otra cosa. Karina estaba acostumbrada a manejar la transformación de un rostro, a borrar o resaltar características. Pero algo le decía que ese hombre no necesitaba que le borraran una cicatriz, necesitaba que le borraran el alma y se la hicieran desde cero.A la mañana siguiente, mientras la gente salía a las calles en m
HERIDAS PERFECTAS. CAPÍTULO 3. Una brujaHabía que empezar por describirlo, porque de lo contrario sería demasiado difícil explicar aquella mezcla de ira con calentura que Karina tenía en ese momento.El ogro integral medía uno noventa, incluso con el traje se le notaban músculos trabajados, y en lo poco que podía ver de su muñeca y de sus manos tenía gruesas venas sobre una piel ligeramente bronceada. Tenía los ojos y el cabello más negros que el carbón, los primeros amenazantes y el segundo un poco largo, con mechones suaves que le caían sobre la frente. Mandíbula cuadrada y simétrica, labios gruesos y sonrisa peligrosa.Y lo único que rompía con aquel esquema de perfección era esa cicatriz que deformaba la mitad de su rostro. Empezaba con un corte un poco hundido cerca del puente de la nariz, y se extendía en tres dolorosas ramificaciones de un color vino apagado sobre su mejilla derecha.¿Impresionaba un poco? Sí. ¿A ella? No. Tal vez porque Karina había visto heridas mucho peores