—Yo también me dedico a la música.—habló mientras tomaba un slice de pizza.
—¿En serio?.—dije sorprendida y él asintió.
Este chico me tenía fascinada, el poco tiempo que llevaba conociéndolo me di cuenta de que no era solo una cara bonita, sus opiniones acerca de diferentes temas se me hacían demasiado interesantes, era super apasionado y su manera de expresarse me tenían completamente extasiada, hice click con él rápidamente.
—Sí, toco la guitarra y el bajo. He viajado a todas partes y he tocado para diferentes bandas de rock.
—¿A donde has viajado?.—apoyé los codos de la mesa escuchando atenta su relato.
—Europa, Asía, Sudamérica...hace poco estaba en Tailandia.—Le dio una mordida a su trozo de pizza y me sonrió.—Pero quiero establecerme, siento que ya es hora de dejar esa vida nómada que tenía antes y ya sabes...construir algo sólido.
—Claro...—asentí completamente de acuerdo con él.—Aunque yo preferiría viajar.—arrugué la nariz.
—Viajar es divertido, te abre la mente, conocer culturas diferentes a la tuya es la mejor parte...pero estar siempre moviéndote, de aquí para allá, cansa. A veces sólo quieres estar tranquilo en un mismo sitio.
—Difiero, estar constantemente en movimiento te permite avanzar todo el tiempo, las personas que pasan por tu vida son fugaces y dejas de preocuparte por cosas como que te rompan el corazón.
—Buen punto.—me señaló mientras asentía con la cabeza.—Yo pensaba lo mismo, pero un día estando en mi habitación de hotel me puse a pensar en que cosas había logrado. A mi edad, mi papá ya tenía tres hijos, casa propia y era su propio jefe...
—El crecimiento espiritual también es importante, no a todos nos hace plenamente feliz las mismas cosas.—me encogí de hombros.—Mi familia es muy tradicional, la mayoría de mis primas ya están casadas y yo soy como la oveja negra porque quise dedicarle tiempo a mis propios intereses, obviamente me juzgan en cada reunión familiar.
—Pensé que estabas casada con Homero.—lo empujé con mi pie por debajo de la mesa y comencé a reírme.
—Homero y yo estamos separados ahora mismo.
—Buenas noticias para mi...—esto ultimo lo dijo casi en un susurro, apenas pude escucharlo, pero lo hice y sentí mis mejillas calentarse.—Entonces, no te gustan los compromisos.—afirmó mientras bebía de su refresco y me miraba fijamente.
—No es que no me gusten, sólo no quiero que mi vida se base en buscar un esposo, tener hijos y que la vida se me vaya en eso.
—Estoy de acuerdo.—seguía mirándome fijamente, sostenerle la mirada era demasiado complicado para mi porque era tan atractivo que intimidaba.—Me gustas.
¿Espera que?, lo dijo tan repentinamente que me tomó un minuto procesarlo, incluso pensé que había escuchado mal, que mis oídos habían captado mal la información.
De nuevo me había quedado sin palabras, que fuese tan directo me dejó en shock y no sabía como responderle porque las palabras estaban dispersas en mi cabeza.
—¿Yo?.—llevé una mano hasta mi pecho.
Pero que estupidez acababa de decir, tardé un minuto y cuarenta y cinco segundos en responderle ¿y sólo logré decir eso?, era demasiado patética y había roto mi record personal.
Asher se echó a reír y asintió inclinándose en la mesa invadiendo mi espacio personal.
—Sí, tú, me encantas.—relamió sus labios y mi mirada se deslizó hacia ellos.—Te juro que he conocido a chicas al rededor del mundo y nunca me había conseguido con alguien tan original como tú...
No lo pensé más y cuando terminó de hablar besé sus labios, para mi un beso valía más que mil palabras, no podía hablar pero si podía hacerle saber que él también me gustaba con un simple beso.
.....
—¿Desde cuando vives con Chloe?.—preguntó mientras jugueteaba con los dedos de mis manos.
Ya teníamos casi una hora dentro de su camioneta hablando de cualquier cosa. Me había traído hasta mi edificio pero no quería bajarme, estaba más que satisfecha con su compañía.
—Es mi roomie desde hace cinco años...—respondí mientras observaba como nuestros dedos encajaban tan perfectamente.
—¿Quién crees que corrompió la mente de quien?...¿ella la de Michael o Michael la de ella?.—reí ante su pregunta y subí la mirada hasta la suya.
—Creo que Michael a ella...—arrugué la nariz.—En realidad no lo sé con exactitud. Sólo sé que de la Chloe del pasado a la Chloe del presente a una brecha enorme.
—¿Cómo era antes?.—preguntó curioso sin borrar esa sonrisa.
—Pues, siempre estaba a la moda, comía carne, se preocupaba por su cabello...su guardarropa era impresionante.—apoyé mi cabeza del respaldo mientras lo observaba.—Un día llegó con la idea de que quería ser vegana, donó la mitad de sus cosas a caridad y se tatuó.
—Vaya...—dijo sorprendido.—¿Crees que cambió para estar con él?.—me encogí de hombros.
—No lo sé, quizás ella tuvo una epifanía, cambió y en el proceso lo conoció a él. De cualquier forma ambos son felices.
Asintió quedándose callado por un buen rato mientras me miraba fijamente. Se mordió el labio y suspiró.
—Eres muy bonita...—susurró llevando una mano hasta mi mejilla.
—Me lo has dicho toda la noche y ya estás comenzando a asustarme.—se echó a reír.
—Perdón es que en serio me encantas.—sonreí sintiendo como la sangre se me aglomeraba en las mejillas.—Nunca me dijiste tu nombre.
—Isabela.—respondí en un susurró mientras él acariciaba mis labios con su pulgar.
—Isabela...—repitió con cara risueña y suspiré al escuchar mi nombre ser pronunciado pos sus labios.—¿Qué me hiciste Isabela?.
Me acerqué de nuevo hasta él sujetando su barbilla y acorté nuestras distancias con un beso. Añoraba volver a probar sus labios, eran adictivos, me llamaban, era como si necesitara de ellos.
Duramos un rato en el auto besándonos. Era extraño todo lo que él me hacia sentir puesto que apenas nos conocíamos, esa noche debí haberme dado cuenta, debí alejarme, pero me fue imposible porque la fuerza de gravedad me estaba empujando hacia sus brazos.
Quizás al momento me dejé llevar porque estaba deslumbrada, nunca había conocido a alguien como él...mejor dicho, nunca había sentido lo que sentí esa noche junto a él. Era agradable, como si un montón de insectos bailaran en mi panza.
Sentí cosquillas por todo el cuerpo, me sentía flotando, como si estuviéramos dentro de una burbuja y quería que esa sensación se quedara en mi para siempre. No pude alejarme esa noche...no pude alejarme nunca.
El zumbido de mi teléfono me despertó, era mi alarma.Tanteé la superficie de mi mesita de noche tratando de encontrar mi teléfono con el tacto porque aun no podía abrir los ojos. Cuando logré apagarlo, me cubrí por completo con las sabanas y seguí durmiendo un poco más.Pasaron al rededor de cinco minutos cuando el molesto zumbido volvió a escucharse y bufé en protesta.Me levanté por fin cancelando la alarma, me deslicé en mis pantuflas y salí de la habitación para llegar hasta la cocina y encender la cafetera, era lo primero que hacía al despertarme."Te hice el desayuno, está en el microondas, no comas tanto glúten, suerte hoy -Chloe"Sonreí al ver la pequeña nota que estaba pegada en la nevera con imanes, abrí el microondas y saqué el desayuno que mi mejor amiga había dejado listo para
Se suponía que debía verlo a las ocho y así fue, a las ocho en punto estaba en la puerta de mi edificio. Amaba a la gente puntual, como si este chico no pudiera ser más perfecto.—Te traje un ramo de zanahorias.—me entregó el pequeño ramillete de zanahorias y me eché a reír.—No me gusta regalar flores, me parece que es una forma de malgastar el dinero, prefiero dar cosas más útiles y sanas...como zanahorias por ejemplo.—Lo aprecio mucho...de hecho me encantan las zanahorias.—Lo sé, lo leí en tu perfil.—rió mordisqueándose el labio.—Tuve que stalkearte un poco para conocerte mejor.—¿Eres un acosador?.—Se escucha muy feo si lo dices con ese tono. Digamos que soy un admirador.—Eso no lo hace menos creepy.—reí mirándolo fijamente.—Te ves bien...
Chloe estaba cortando unos vegetales en la tabla de manera mientras yo le contaba cada detalle de la cita más memorable que había tenido en mi vida. Mi pobre amiga ya estaba aturdida de tanto que hablaba de Asher. —¿No te parece un poco extraño que haya revisado tu perfil?.—musitó mientras comía un trozo de pepino que acaba de cortar en rodajas. —Un poco...aunque eso también me hace pensar que le intereso de verdad, ¿no te parece?. —También.—asintió.—Nunca te había visto tan ilusionada con un chico.—dijo con una sonrisa mientras agregaba los vegetales al wong.—Tendré que sacarle más información a Mike acerca de él. —No es necesario, lo que quiera saber se lo puedo preguntar a él...ya me contó que estuvo saliendo con una chica en Tailandia y que casi se queda viviendo allá con ella. —¿Hablaron de eso en la primera cita?.—arrugó la nariz. —Hablamos de muchas cosas.—suspiré al recordarlo de nuevo y mi amiga rió. —Ese suspiro tan t
No tardamos mucho en darnos cuenta de que eramos el uno para el otro, Asher era todo lo que había soñado. Nos enamoramos demasiado rápido, creo que ninguno de los dos entendía que era lo que nos sucedía.¿Conocen esa sensación que te da en la boca del estomago cuando estas en el parque de diversiones y te subes a la atracción que tanto querías?.Así era como me sentía yo, constantemente.También sentía mucho miedo, como cuando te subes a la montaña rusa más increíble del parque y mientras va ascendiendo lentamente sabes que la caída sera emocionante y divertida pero al mismo tiempo tienes miedo de que algo salga mal.Nos llevó cuatro citas entender que debíamos estar juntos y al mes de conocernos ya eramos novios.Me lo pidió de la manera más original, en una de mis presentaciones con la orquesta, estuvo
Era viernes por la noche y Chloe y yo estábamos preparándonos para nuestra cita doble. Seriamos ella, Michael, Asher y yo. Obviamente había sido todo idea de Chloe, ella era la que estaba más emocionada con mi relación que yo misma.—Me encanta maquillarte los ojos, todos los colores de sombra te quedan bien.—¿No crees que es muy exagerado?.—dije mirándome al espejo.—La sombra negra resalta tus ojos, además a Asher le gustará.—Siento que me estás sexualizando.—negué mirándola por el espejo y ella se echó a reír.—Isa, no quiero ser una pesada pero, ¿No crees que es hora de dar "ese paso"?.—No tengo cinco años, Chloe, puedes decir la palabra sexo.—rodé los ojos fastidiada.—Llevan casi dos meses saliendo y se adoran, ¿cómo es que aun no han t
Hice que tomara asiento en la cama y me quedé de pie frente a él. No era una experta en seducción pero haría mi mayor esfuerzo, yo quería esto tanto como él, quizás hasta más y no iba a permitir que mis tontos nervios lo arruinaran.Me quité la chaqueta y saqué mis zapatos con ayuda de mis pies. Su sonrisa, esa misma sonrisa que iluminaba toda la ciudad, me hizo sentir confiada y de pronto, todos los miedos y las dudas se alejaron.Dejé caer el vestido, quedando expuesta ante su mirada. Me recorrió con ella lentamente y me atrajo hacia él, sentándome sobre su regazo, nuestros labios hicieron contacto besándonos lentamente, se sentía increíble, amaba a este sujeto como jamas una persona había amado nada.Hicimos el amor demasiadas veces esa noche, fue como descubrir que nuestros cuerpos se pertenecían incluso antes de que supi&eacut
Estaba decidida a caerle bien a la madre de Asher o al menos lo iba a intentar.Por eso me arreglé elegantemente, un vestido azul marino de coctel de uno de mis diseñadores favoritos, me hice un recogido en el cabello y Chloe me ayudó con el maquillaje como siempre.Iríamos a cenar, los tres juntos y conociendo a la estirada señora, seguro sería en un lugar refinado y no me equivoqué. Cuando Asher fue por mi y me dijo el nombre del restaurant, me sentí feliz con mi elección de vestuario.r—¿Cómo está señora Hartman?, luce preciosa en su oscar de la renta.—sonreí mirando su atuendo.—Gracias querida.—sonrió analizando mi atuendo también.—Lindos zapatos.—Están hermosas las dos.—dijo Asher tratando de hacer el encuentro menos incomodo.El camino al restaurant fue un poco tedioso,
Era domingo y como todos los domingos del año, acompañaba a Chloe al mercado de granjeros.Tenía un pequeño puesto donde vendía su propia linea de mermeladas sin conservantes, completamente orgánica, también vendía frutas de temporadas y tarros de miel.—Aquí tiene, que lo disfrute.—le entregué los tarros de mermelada a la amable señora, tomé el dinero y fui hasta donde Chloe mientras contaba los billetes.—Hoy no nos fue tan mal.—tomó los billetes que le estaba entregando y los guardó en la cajita de madera que tenía sobre el mostrador.—Vendimos casi todo.—Fue un buen día.—asentí tomando una banana y le saqué la cascara para darle una mordida.—¿Asher no te ha llamado?.—negué.—Con razón...—murmuró con una sonrisa y fruncí e