Era domingo y como todos los domingos del año, acompañaba a Chloe al mercado de granjeros.
Tenía un pequeño puesto donde vendía su propia linea de mermeladas sin conservantes, completamente orgánica, también vendía frutas de temporadas y tarros de miel.
—Aquí tiene, que lo disfrute.—le entregué los tarros de mermelada a la amable señora, tomé el dinero y fui hasta donde Chloe mientras contaba los billetes.
—Hoy no nos fue tan mal.—tomó los billetes que le estaba entregando y los guardó en la cajita de madera que tenía sobre el mostrador.—Vendimos casi todo.
—Fue un buen día.—asentí tomando una banana y le saqué la cascara para darle una mordida.
—¿Asher no te ha llamado?.—negué.—Con razón...—murmuró con una sonrisa y fruncí e
Estaba recostada boca abajo en la cama, disfrutando de cada uno de sus besos, que esparcía por toda mi espalda. Era relajante y delicioso, estaba a punto de quedarme dormida.—Es la marca de nacimiento más curiosa que he visto.—me desperté con el sonido de su voz.—¿Es una mariposa?.—pasó su dedo sutilmente por mi coxis y asentí.—Parece una pequeña mariposa, sí.—sonreí al sentir sus besos en mi coxi.—Me encanta, yo también tengo una...si adivinas en donde te ganas un premio.—Tienes un lunar en forma de huella de perrito en una de tus pompis.—Asher soltó una carcajada y me eché a reír también.—¿De donde sacaste eso tan absurdo?.—No lo sé, quise adivinar.—me encogí de hombros dándome la vuelta para mirarlo.—No adivinaste pero, te g
Esto no era una simple cena, habían alrededor de treinta personas, todas vestidas de etiqueta, parecía una de esas cenas de gala a las que mis padres me obligaban a ir todo el tiempo.Las miradas se posaron en Asher y en mi al ser los únicos informales, me sentía un poco avergonzada pero tener a Asher a mi lado hizo que cualquier pensamiento negativo se esfumara.—Olvidé decirte que había código de vestimenta.—dijo Fiona al acercarse a nosotros y saludó a su hijo con un beso en la mejilla.—Pero Jessica dice que los trajes de su padre podrían quedarte bien.—No te preocupes mamá, me siento muy bien así.—le regaló una sonrisa, Fiona suspiró y bajó la mirada posandola en mi.—¿Y tú, linda?, le diré a Jessica que te preste algo.—negué sonriéndole del mismo modo que ella me sonreía
Pensaba que esto era una mala idea, no sabía porque pero algo me lo decía. De todas formas fui al lugar donde la madre de Asher me citó para tener "un almuerzo de chicas", así lo llamó ella.Fiona llegó media hora despues de la hora acordada, odiaba la inpuntualidad, me parecía descortez y una vil falta de respeto, pero conociendola sabía que lo había hecho a proposito.—Perdón querida, pasé por esta tienda y no pude evitar comprar.—alzó las bolsas que tenía en sus manos y las dejó sobre la silla que sobraba en nuestra mesa.—No se preocupe.—sonreí.—Ordené unas mimosas.—Perfecto.—se quitó las gafas de sol dejandolas sobre la mesa.—Estás radiante hoy, el blanco te luce, es tu color.—Gracias, usted tambien luce preciosa en su bulberry.—señalé su abrigo
Pensaba que esto era una mala idea, no sabía porque pero algo me lo decía. De todas formas fui al lugar donde la madre de Asher me citó para tener "un almuerzo de chicas", así lo llamó ella.Fiona llegó media hora despues de la hora acordada, odiaba la inpuntualidad, me parecía descortez y una vil falta de respeto, pero conociendola sabía que lo había hecho a proposito.—Perdón querida, pasé por esta tienda y no pude evitar comprar.—alzó las bolsas que tenía en sus manos y las dejó sobre la silla que sobraba en nuestra mesa.—No se preocupe.—sonreí.—Ordené unas mimosas.—Perfecto.—se quitó las gafas de sol dejandolas sobre la mesa.—Estás radiante hoy, el blanco te luce, es tu color.—Gracias, usted tambien luce preciosa en su bulberry.—señalé su abrigo
Podía pasar horas viéndolo dormir y no me cansaría jamás, el condenado hasta dormido lucía guapo y no entendía como rayos lo hacía. Reí ante mis pensamientos y me tenté a darle besos por la mejilla.Gruñó y luego lo escuché reír, reí también y continué con mis besos hasta llegar a sus labios quedándome ahí un rato robándole piquitos.—Eres el mejor despertador que puede existir.—murmuró con voz ronca.—Buenos días...—Buenos días...—besé de nuevo sus labios.—Quería dejarte dormir un poco más, juro por dios que no te iba a despertar hasta dentro de una hora pero no pude evitarlo.—se echó a reír y me atrajo hasta él dejándome sobre su pecho.—Ojalá pudiera despertar así todos los días...no d
Mi humor ya no era el mismo que el de esta mañana.Estaba completamente aislada y apenas participaba de la conversación que los chicos estaban teniendo. No podía pensar en nada más que en el anuncio de ese día y mi ansiedad se estaba apoderando de mi.―¿Podrías pararte en algún restaurant para hacer pipi?.―dijo Chloe y Asher asintió mirándola por el espejo retrovisor.Se detuvo en una cafetería y como se veía agradable decidieron que sería buena idea bajarse todos y pedir chocolate caliente. Asher me abrió la puerta y tomó mi mano ayudándome a bajar y se lo agradecí con una sonrisa.Lo abracé por los costados y entramos juntos al local. Era muy pintoresco y agradable, el ambiente logró relajarme un poco.―¿Me acompañas al baño?.―Chloe me tomó de la mano y miré a Asher p
Llegamos una hora tarde de lo que habíamos planeado pero eso no fue impedimento para que aprovecháramos el tiempo y fuéramos a esquiar. Pasar tiempo con ellos me hizo olvidar un poco todo lo que estaba pasándome. Me dije a mi misma que tenía que guardar la calma y disfrutar de los pequeños momentos y por esa semana no iba a pensar en nada más que no sea en mi felicidad. La vista que teníamos desde nuestra cabaña era hermosa, desde que entré a la habitación fue lo primero que noté. Había una pequeña terraza con chimenea, jacuzzi y un lindo lugar para hacer una fogata. ―¿No vas a venir a la cama?.―me abrazó por la espalda mientras estaba contemplando la vista desde el balcón y sonreí por sus dulces besos. ―Es muy hermoso este lugar.―suspiré acariciando sus brazos que rodeaban mi cintura.―La vista es maravillosa. ―La vista es perfecta...―dijo mirándome a mi fijamente y me eché a reír sintiendo como me sonrojaba.―¿Haz visitado Islandia?.―negué y él sonrió.―De noche se pueden ver las a
Era la primera vez que pasaba año nuevo con alguien.No era muy fanática de la navidad, digamos que no era mi época favorita aunque adoraba la comida.Pero esa semana se estaba quedando en mi memoria como el mejor de los recuerdos y luego de esa cena de navidad juré que celebraría esta festividad todos los años para recordar lo feliz que me sentí esa noche.Estábamos los cuatros reunidos en el gran salón del hotel compartiendo con el resto de las personas que como nosotros, decidieron pasar el año nuevo en las montañas.—¿En Dinamarca son ortodoxos?.—preguntó Mike mientras me entregaba un vaso de ponche de huevo.—No—negué agradeciéndole por mi bebida con una sonrisa.—Mike, has estado de pesado toda la semana preguntándole a Isa sobre Dinamarca. ¿Cuál es tu maldito problema?—