Ming observaba a la distancia como Asher hablaba, con el que hasta solo un día atrás fue su mejor amigo, pero ya no vería sobre su hombro, ya no más, estaba harto de Zhao, el hombre perfecto, siempre pensando que era mejor que él.Ming era tan estúpido, que jamás aprecio la amistad autentica que Zhao le ofreció, algo desinteresado, pero este hombre estaba sediento de poder y en el fondo la envidia de la vida que su amigo llevaba lo enveneno. Cuando vio que Zhao había podido conseguir el favor de los demonios, no lo soporto, siempre un paso delante siempre obtenía lo mejor, y lo peor de todo, siempre queriendo darle consejos, como si los necesitara, fue por eso por lo que le exigió a Zhao que le ordenara a los demonios que también lo favorecieran a él, pero el idiota le dijo que no podía hacer eso, ¡mentiroso! Grito en su mente incluso al recordarlo, porque una vez que haces el sacrificio, bien puedes pedir favorecer a otro, pero para Ming, Zhao era egoísta, entonces, tuvo que ensuciar
Asher dejo de caminar y casi deja de respirar, aunque tal vez lo hizo, no lo sabía con certeza, pues había perdido el poder de así sea pensar, solo podía observar a Chloe, como esta lo veía con miedo, como la última vez que sus caminos se cruzaron, cuando él casi la asesina en el pueblo de los hijos de la luna, pero algo había cambiado, desde ese entonces, hasta ahora, y eso era él, no solo había envejecido, mientras que Chloe se veía tan joven y hermosa como aquella última vez que la vio, el alma y corazón del cazador ya no era el de antaño, aunque algo seguía siendo igual y eso era el amor que sentía por esa mujer.— Ming, ¿Qué has hecho? ¿Cómo lograste traerla? — indagó con la voz temblorosa, por solo ver a la madre de su hija maniatada, con una mordaza en la boca, sus ojos celestes, lo observaban con temor, recelo, desprecio, cada sentimiento de Chloe estaban expuestos en su mirada, ella no necesitaba de su voz para dejarle en claro a Asher lo que sentía por él.— Fue lo que le p
Kalila tomo su lugar en la mesa, el té de hiervas que cada día Ikigaí le preparaba fue sustituido por un gran tazón de leche fresca, que la joven tomo sin titubear, quien la viera no creería que paso toda la noche haciendo el amor con una quimera, pues la joven se veía radiante, algo que casi todos le hicieron saber.— Estan muy hermosas hoy, más que lo de costumbre. — ronroneo Tahiel, cual cachorro enamorado.— ¡Gracias! — rebatió con efusividad la pelinegra, porque le agradaba de sobre manera que le hablaran en plural, de esa forma Kiriko no se sentía desplazada u opacada, después de todo, el alma de la cazadora estaba permanentemente activa, si fuese como Tahiel, se podria decir que estaba en fase, y eso a Kalila le gustaba, porque al fin comprendió que si tolero todos esos años de soledad en el pueblo, hablando muy de vez en cuando con uno que otro humano, solo fue porque Kiriko le hacía compañía.— Tu energía… — los ojos de Ukara centellaron, con un aviso, que el propio brujo des
Kalila observaba a Declan con la idea fijade que nunca podria entender a ese vampiro, y tal vez ya no deseaba entenderlo, estaba cansada de tratar de descifrar el enigma que era Declan, sentía que nunca lo comprendería.— ¿Y ahora de qué diablos hablas? En verdad, Declan, ¿Qué es lo que quieres de mí? ¡¿de qué me acusaras ahora?! — grito cargada de furia, porque estaba segura de que ese vampiro la culparía de algo, como siempre, suponiendo cosas malas de ella, su enojo era tal que camino con rigidez hasta estar frente a él, porque finalmente no le temía, ya no, ella tenía a Nuriel, a Ikigaí, e incluso estaba segura que Tahiel y Ukara le pedirían a Aysel que ella fuera su nueva compañera y de todas formas, si ellos no lo solicitaban, Kalila lo haría, porque ella los necesitaba y ese pensamiento le dejo ver algo que ya casi había olvidado, ella podía acabar con Declan en un maldito parpadeo, solo debía ver el punto débil en su garganta, como cuando eran niños y… — ¿Qué? — la voz le temb
Los labios de Declan recorrían su cuello, como si de una pluma se tratasen, el cuidado que el vampiro tuvo al tocarla, le parecería ridículo, si no fuera porque la joven comprendía que ese hombre, se estaba disculpando por un pasado que, al menos para ella, estaba ya muy lejano.— Declan. — lo llamo con la garganta un poco seca, de tanto que había gemido, y sintió como el rubio sonrió aun besando su cuello.— ¿Tienes sed? — consulto ahora viéndola a los ojos, y el corazón de Kalila se aceleró, esos ojos rojos que ella siempre creyó la veían con desprecio, ahora brillaban con adoración, y diversión.— Un poco. — rebatió con pocas ganas de que su vampiro se alejara, y fue cuando finalmente supo, que ella no podía estar sin ninguno de esos cinco seres, podía ser Kiriko, el regalo de la niebla, pero también era Kalila, la más querida, y deseaba que le hicieran honor al nombre que su madre había escogido para ella.— Bien, quédate justo así, iré por un poco de agua para ti. — aseguro el ru
Asher comenzó con su recorrido, tratando de actuar lo más normal posible, sus pies, sin embargo, no comprendían la necesidad de su disimulo, y solo basto con que su madre viera la velocidad con la que caminaba adentrándose al bosque de la quimera, para saber que su hijo, era un desertor.— El amor es la mayor debilidad que un ser pueda tener, te convierte en alguien que es capaz de traicionar incluso a su sangre, por una extraña. — murmuro con rencor, al comprender que su hijo la estaba abandonando y a los cazadores. — Fen- Hong, da la orden de acabar con Asher, que parezca que la quimera lo ataco, quizás y tengamos una oportunidad de que Kiriko al fin cumpla con su deber. — el hombre a su lado asintió, mientras que con su mano le hacía un gesto a un grupo de cazadores.— Señora, si Kiriko no lo cree, ¿Qué haremos? — indago ya cansado de vivir oculto, lejos de las ciudades y las comodidades que estas ofrecían, y no era el único, el ser cazador, se estaba convirtiendo en un mito, al ig
La fuerza vital de Asher, se extinguía con cada gota de sangre que de su cuerpo brotaba, ya nada podía hacerse para salvarlo y todos lo sabían.— Si tan solo hubieras aceptado a la vampiro que envíe años atrás como tu compañera, todo hubiese sido diferente. — se lamentó Aysel, pues la muerte de esa vampiro aun le pesaba en su conciencia, quizás y fue un castigo de la diosa luna, por querer sacar provecho del don que poseía la luna cambiante, fuese lo que fuese, ya era tarde, tanto para esa pobre vampiro, como para Asher.— Dicen que eres la última hija que la diosa luna envió a la tierra. — dijo en un susurro Asher, mientras veía a su hija correr hacia él, con sus manos repletas de vendas, y el brujo al que Kalila había hecho pasar por su medio hermano. — Es una pena que aún no comprendas que los humanos, también podemos amar, no tenemos la longevidad propia de tu gente, y muchas veces cometemos errores, como yo. — aseguro, en tanto Kalila detenía sus pasos, y se hincaba a su lado, si
Ming preparo a su gente para el inminente ataque, todos estaban en alerta máxima, sin embargo, él no podía quitarse el rostro de Chloe de su cabeza, era hermosa, como una joya exótica y eso lo llevo a codiciarla, más que asesinar a los descendientes de la luna, que mayor premio seria el tener de concubina a la que una vez fue mujer de tres seres sobrenaturales, por lo que creyendo que el tiempo estaba a su favor, e ingreso a su cabaña, y de solo pensar en tomar a la que una vez fue la esposa de Asher, su pene comenzó a hincharse, estaba a punto de subir las escaleras, cuando el ruido chirriante de la puerta trasera llamo su atención, y fue cuando la furia lo recorrió, al ver por el reflejo de un espejo la espalda de Zhao.— No puede ser, no te atreverías. — magullo entre dientes, debatiéndose entre subir al segundo piso y comprobar que Chloe aún estaba maniatada en la cama o seguir a su ex mejor amigo. — Sí, sí que te atreverías. — reconoció reteniendo una maldición, porque lo conocí