Marleni asintió débilmente, cerrando los ojos. Danilo la observó por un momento, su corazón lleno de amor y preocupación.—Gracias, mi amor —susurró Marleni antes de quedarse dormida.Danilo salió silenciosamente de la habitación y se dirigió a su estudio. Necesitaba pensar, planear cómo proteger a su familia. Tomó su teléfono y marcó a su secretario.—Hola, necesito que me contrates a un investigador privado para que me averigüe todo lo relacionado con Rolando Altamira, nombre de su esposa, de sus hijos, lo qué hace. Absolutamente todo.Después de eso cortó la llamada, pasándose la mano por los cabellos con una expresión de preocupación.*****Lukas parpadeó, acostumbrándose a la luz matutina. Sofía dormía a su lado, serena, un mechón de cabello marrón cayendo graciosamente sobre su frente. No pudo resistirse. La observó detenidamente, cada línea de su rostro, y sintió una oleada de felicidad. Se inclinó y depositó un beso tierno en sus labios.—Te amo princesa… —murmuró él, con una
Sofía sintió que el mundo se detenía por un momento. Su mente luchaba por procesar lo que acababa de escuchar. ¿Su padre biológico? ¿Cómo era posible?—Debe haber un error —dijo finalmente, su voz temblando ligeramente—. Como le dije, mi padre es Danilo Martinelli. Siempre lo ha sido. Él me ha criado toda mi vida y es el único padre que conozco.Rolando sonrió con aparente tristeza.—Entiendo tu confusión, Sofía. Pero te aseguro que no hay ningún error. Soy tu padre biológico y he venido a conocerte.Sofía dio un paso atrás, sintiendo que necesitaba poner distancia física entre ella y este extraño que decía ser su padre, aunque verlo a la cara, sabía que estaba diciendo la verdad. Darse cuenta de eso, la hizo sentir que el mundo se detenía por un instante. Su mente luchaba por procesar lo que acababa de escuchar. —No... no puede ser —murmuró más para sí misma.Sofía negó con la cabeza, su cuerpo temblando ligeramente. —Entiendo que esto sea difícil de asimilar —dijo Rolando con voz
Sofía se quedó paralizada por un momento, sintiendo que el suelo se movía bajo sus pies. ¿Un hermano? Esto era demasiado para asimilar en un solo día."¿Qué está pasando? ¿Por qué todos aparecen de repente?", pensó, sintiendo una mezcla de confusión y ansiedad.—Lo siento, pero creo que debe haber un error —dijo finalmente, tratando de mantener la calma—. No tengo ningún hermano.Lucio sonrió con tristeza.—Entiendo lo que dices, Sofía. Pero te aseguro que no hay ningún error. Soy tu medio hermano, hijo de Rolando Altamira —respondió mirándola fijamente.“Seguro que no lo deduzco tonto, y ahora me va a salir familia hasta debajo de las piedras”, pensó.—¿Qué quieres conmigo? —aunque no quería sonar odiosa, no pudo evitarlo.—Deseo hablar contigo, supe que eras mi hermana y… —ella lo interrumpió.—¿Cuál es tu interés? Realmente no entiendo por qué has venido. —Porque quiero conocerte, yo soy tu hermano mayor, fui quien te consiguió, y quiero tener la oportunidad de conocerte, por favo
Marleni sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Sus ojos se abrieron de par en par, una mezcla de sorpresa y miedo reflejándose en ellos. —¿Qué? —susurró, su voz apenas audible. —¿Cómo...? ¿Cuándo pasó eso?Sofía observó la reacción de su madre con preocupación. Nunca la había visto tan alterada.—Esta mañana —respondió suavemente. —Apareció en la puerta de la mansión, diciendo que era mi padre biológico y que quería conocerme.Marleni cerró los ojos por un momento, tratando de calmarse.—¿Intentó mentirte? —le preguntó y ella asintió.—Quiso decirme que no estaba conmigo porque no se lo permitiste… —antes de que pudiera terminar su madre la interrumpió.—¡Eso es mentira! —exclamó molesta.—Lo sé mamita, no necesito que me lo aclares, e incluso se lo dije y al final reconoció que te lo pidió porque tenía miedo que su esposa supiera, me dejó su tarjeta, pero hoy al salir del salón de eventos, me encontró su hijo mayor llamado Lucio y que quiere que nos conozcamos. Todo esto
Los días siguientes transcurrieron con relativa normalidad para Sofía, aunque su mente no dejaba de dar vueltas a la situación con su recién descubierta familia biológica. Había decidido tomarse las cosas con calma y no precipitarse en ninguna decisión.Una tarde, mientras Sofía trabajaba en los últimos detalles de otro evento, recibió un mensaje de texto de un número desconocido:“Hola Sofía, soy Lucio. Me preguntaba si podríamos vernos para almorzar y charlar. Sin presiones, solo para conocernos un poco más. Entenderé si no quieres".Sofía miró el mensaje por varios minutos, debatiéndose internamente, y al final respondió afirmativamente.“Hola está bien, me dices el lugar y allí llegaré”.Unas horas después, llegó al restaurante donde la había citado, entró con cierta aprensión. Buscó a Lucio con la mirada y lo encontró sentado en una mesa, pero no estaba solo. A su lado estaba Rolando Altamira, el hombre que decía ser su padre biológico.Por un momento, Sofía consideró dar media v
Los rostros de los hermanos Altamira se congelaron al ver a. Se miraron entre sí, aparentemente incómodos por haber sido descubiertos. Lucio fue el primero en hablar, intentó mantener la calma, aunque sus manos temblaban ligeramente.—Sofía... —empezó a decir, buscando las palabras correctas, pero ella lo interrumpió. —Sofía, no queríamos que te enteraras así...Pero Sofía lo interrumpió, su voz temblando ligeramente por la emoción contenida. —¿De qué está enfermo Rolando? ¿Es por eso que de repente apareció en mi vida? ¿Por remordimiento o a conveniencia?—No pienses eso, porque no es así, —se apresuró a decir Lucio. —Papá realmente quiere conocerte y formar parte de tu vida. Su enfermedad no tiene nada que ver con eso.El silencio que siguió fue tan pesado que parecía llenar la habitación, oprimiendo los corazones de todos los presentes. Los otros hermanos que estaban con Lucio intercambiaron miradas, claramente incómodos, mientras Lucio parecía debatirse internamente sobre cómo p
Sofía sintió que su mundo se derrumbaba. Las lágrimas brotaron de sus ojos sin control mientras miraba la carpeta con los informes médicos de Rolando. Todo empezaba a tener un terrible sentido. —Entonces... ¿Solo me buscó porque necesita un trasplante? —preguntó con voz temblorosa, aunque en el fondo ya sabía la respuesta.Danilo y Marleni intercambiaron una mirada cargada de preocupación. Fue Danilo quien habló primero, poniendo una mano reconfortante en el hombro de Sofía.—Mi niña, sé que esto es muy duro. Pero quiero que sepas que, no necesitas el amor de nadie más, tienes el mío, los Martinelli te amamos como si fueras sangre de nuestra sangre. No sé qué decisión vayas a tomar, porque después de todo está en tus manos, sin embargo, debo decirte que no tienes ninguna obligación con Rolando Altamira.Sofía asintió lentamente, procesando las palabras de Danilo. Se sentía abrumada por una mezcla de emociones, dolor, confusión, enojo. —No sé qué hacer —dijo finalmente, su voz apenas
Lukas trató de incorporarse, pero el dolor en su pierna lo hizo gemir. Sofía lo observó con una mezcla de preocupación y confusión mientras él intentaba procesar lo que acababa de suceder.—¿Qué estás diciendo, Sofía? ¿Asustarte? —preguntó Lukas, visiblemente desconcertado. Su rostro reflejaba auténtico desconcierto, lo que hizo que Sofía se quedara en silencio por un momento, tratando de juntar las piezas del rompecabezas.—Sí —respondió finalmente, frunciendo el ceño—. Los ruidos extraños que se han escuchado en la mansión por las noches, cosas que se caen, pasos en el pasillo… fueron provocados por ti y creo que lo hiciste para que me fuera corriendo a tu cama y te volviera a aceptar en mi vida.Lukas dejó escapar un suspiro y miró a su alrededor, como si estuviera buscando alguna explicación lógica.—Sofía, te juro que no tengo ni idea de lo que estás hablando. Esto... —señaló el cable y la cubeta— no fue obra mía, debe haber alguna otra explicación, porque yo no he hecho nada, si