3/Alma
—Nuera ¿Podríamos tomar un café? — El señor con el oxígeno conectado me pide que lo acompañe.
Cuando miro a la puerta mi madre ya no está.
—Señor no sé qué...— En el momento en que voy a hablar el acompañante del señor se gira para decirme algo.
—Sigamos señora por aquí — Nadie me deja hablar es como si fuera invisible.
Sigo al señor que lleva la silla hacia un patio trasero hermoso grande.
—Señora este es su lugar— El hombre me corre la silla para que me siente.
— Sé que no querías y que pensarás cosas malas de tu mamá y de mí, pero todo esto tiene una explicación.
— ¿Conoce a mi mamá? — Me deja pensando en que si la conoce ¿Esto qué m****a es?
—Sí y muy bien, solo que ese patán que ahora la acompaña no es buena compañía — Este hombre es muy bueno mintiendo o… ¿esto es verdad?
—Si puede ser, pero él me crío y me dio techo, comida, educación y una persona mala eso no lo hace — No es que adore a Mario pero lo justo es lo justo.
— ¿Y por eso debes ser su esclava?, algo que no pensé de ti es que es que cedieras tan fácilmente — Lo miro muy intrigada, el hombre no parece tan inofensivo ahora.
—No me conoce como para saber qué haría yo, me casé con un enfermo que se quería comprar una mujer con todas las que hay por allí y resuelve que debo ser yo, eso es absurdo si se le ve desde mi punto de vista — Le digo enfermo por no decir que es un idiota egocéntrico de m****a.
—Todo tiene sentido, únicamente que las razones de mi sobrino no están sobre la mesa ahora, no es enfermo solo es particular y quizás esas razones más adelante la sepas, por ahora no pueden ser reveladas — Llega el otro con una charola con té y café dejándola sobre la mesa.
—Mire, me casé con un hombre que ni me miró a la cara, pero no me importa, de mí no tendrá más que eso — El anciano sacó fuerzas desde donde no lo sé, y me tomó la muñeca muy bruscamente para hablarme.
—No seas insolente y no tientes a tu suerte, trata de no contradecirlo, de solo sigue la corriente y esto no será tan difícil — Es un viejo muy arrogante.
—Suélteme o grito —Él me suelta y de la nada comienza a gritar tan fuerte que parece un loco, el hombre que está parado tras él hace lo mismo y estoy segura de que esto es anormal, él deja de gritar y me mira.
— ¿Ves que haya pasado algo? ¿Alguien vino a socorrerme o a ver qué pasaba? ¡No verdad! bueno aquí los gritos son cosas de todos los días deberás ser más astuta en tus amenazas.
—Están todos enfermos, locos — Digo muy perturbada por lo que acaba de pasar.
—Bienvenida a la familia — No tomo el bendito Té, tengo el estómago hecho un nudo, y tan indefenso que parecía el viejo pero resultó la mente siniestra de esto.
— ¿No tomarás tu té?
—No, los gritos me sacan las ganas — Él mira al hombre parado tras de él.
—Arthur acompáñala a su habitación — El hombre serio me guía.
—Sí señor, Señora venga por aquí — Me paro de la silla y lo sigo.
Cuando me alejo tomo las escaleras siguiendo el paso del tal Arthur, él no dice una sola palabra.
Él se frena frente a una puerta y me dice.
—Su habitación mi señora.
—Solo Alma — Le digo pero el parece darle igual.
—Si mi señora — Es como si le hablara a la pared.
Entro a la habitación el cuarto está en tonos gris y blanco un combinación algo fría, pero en esta casa de locos no se puede pedir alegría eso está a la vista.
Miro los ventanales llenos de barrotes como si fuera una cárcel.
—En 2 horas vendrán por ti para arreglarte para la fiesta, trata de no verte tan pobre y grosera —Me doy vuelta rápido no vi que él está dentro.
—No iré a ninguna fiesta — Le digo, levanta la cabeza y al fin puedo ver su rostro detrás de su cabello mojado, es de tez blanca, sus ojos color cielo y algunas pecas cerca de su nariz, su ceja está a medias de color oscuro y mitad blanca, al igual que un mechón de su pelo.
—No es que te pregunte, vendrá gente de negocios y no es gente muy buena solo trata de no llamar la atención que eso seguro se te da muy bien, te pediste para un hombre ¿Que más te da hacer lo que te diga? — Voy hacia él y levanto mi mano para darle la mejor bofetada de su vida pero él me detiene en el aire.
—No tendrás el privilegio de tocarme no aun, solo trata de que no sea yo el que la próxima vez tenga la mano levantada en contra de ti.
—Suéltame eres un...— Estoy enojada llena de ira y de asco al fin lo tengo bien cerca.
—Asco, imbécil, idiota eso es algo que sé muy bien, pero tu aun así debes quedarte.
—Te haré tan infeliz como pueda — Le digo con todo el asco que pueda expresar en palabras.
—Juguemos a eso mi amor, Juguemos a ser infelices.
Él está en no sé qué parte de la casa, ya paso como una hora y veo desde aquí autos,camionetasdecomidas,senotaquelafiestaesengrande.Mesientoenelsobrantedelaventana,escomounabaranda,peropordentromirotodo,esperoqueeltiempopase no me queda otra opción. Mi móvil no ha sonado, mi madre no me ha escrito nosé nada de ellos le he mandado mensaje y le he intentado llamar y nada, pero seguroahora estarán bien, la casa estará a salvo o al menos eso fue lo que Mario dijo, quesus problemas se resolverían con esta unión. Me casé de una forma estúpida deesasquemirasenlasnovelasydices“Queidiotalachica&rdqu
Todo seguía la gente mi madre la cual aun no he podido ver es mucha la presentación aras que no recordaré.—Intenta ser una buena mentirosa.——¿Que?—en eso una pareja se nos acerca el pasa si mano por mi cintura.—Hola gracias por la invitación mi querido amigo.—el se nota esta tendiendo hasta molesto. —No recuerdo aver lo hecho pero que más da ya están aquí.—ella me mira como si fuera lo peor que vio en su vida.—¿El Vestido es de Valentino verdad?—Me pregunta y yo ni mierda de donde es el vestido.—Mi esposa cuenta con un gusto envidiable. —responde el al ver quer no digo nada como decirlo si no se.—Y por lo que veo es muda ya que no la he escuchado hablar.—y es allí donde se como actuar.—No, solo que cundo la char
6/ Alma Ya paso un día desde la fiesta me miro y casi no se me nota el golpe en el labio tengo el pómulo algo hinchado pero nada que deba ser importante. Él no ha estado en la casa he bajado, subido y salido al patio y ni rastros de él o su odioso tío. El tal Arthur, el mayordomo de Bataman le digo yo, es el que me dice señora haga esto o señora haga aquello. En eso el teléfono de la casa suena y nadie responde cosa que es rara siempre está lleno de gente esta casa pero suena y suena y lo tomo. —Hola Arthur ¿Podría hablar con papá por favor? — Me quedo congelada es una niña se le nota en la voz. —Hola hermosa dime quien es tu papa y te pasare con el sí puedo — Es una voz muy dulce. — ¿Hola mami eres tú? ¿Estás en la casa? — No sé quién sea pero me quedo congelada se nota la dulzura y la emoción de la niña en la voz cundo voy a responder alguien me quita el teléfono y es él. —Hola — dice muy grosero. Veo como su semblante cambia al escuchar quien está del otro lado. Me quedo
7/AlmaVoyalacocina,nosésilaniñayaalmorzóono,noséquécoma,nosénada.Me quedo mirando la nevera y pensado como es que la madre de esa niña estámuerta¿ElLAMATÓ?¿Murióenelparto,ellalosdejó,lamataronsusenojos?¿Quepaso?—Meavisanqueen40minutosmihijaestáaquí — Diceélmirándome,cierrolanevera.— Okalmenosmedicessunombreyquesabedenosotros,porqueme&nb
Alma Él se marcha, sé que esto para él está fuera de su rango, ya que su hija y esta desconocida quizás conectan más que él, cocinamos el no regreso luego de un rato y debí contar historias inventadas sobre niños y cosas de África, lugar al cual solo he visto en películas no rompería la ilusión estúpida que él creó para ella.Pero la observó, es hermosa, dulce y ¿no sé por qué las niñas son crueles con ella? ¿Por qué él no le ha dicho la verdad?—La comida está servida— ella llama a su papá, él llega algo inquieto, comemos en la cocina donde una mesa redonda y de 4 personas está bien para mí, pero él no ha dejado de quejarse — ¿por qué no comemos en el comedor principal?, Q
AlexVoy por una de mis armas que está en una de las gavetas de la entrada y abro la puerta de la escalera, una oculta que está debajo.Pero ya es tarde estaba dentro, los veo entrar con pistola en mano, ella tiene a Mía en sus brazos, cubre la cara de mi hija para que no vea nada.Por primera vez en mucho tiempo estoy nervioso y tengo miedo, ellas no deben pasar por nada de esto.— ¡Vaya, vaya, miren quien está en casa!—No sé quien sea este idiota, pero como tres hombres más lo acompañan mis guardias no están y maldigo el haberme quedado solo.—Por tu bien y los de estos idiotas mejor salgan. —Él me mira y camina hacia mi Alma que se oculta tras de mí, levanto mi arma apuntando a la cabeza de este hijo de puta que no sé quién es.—Hola. —Dice mirando a Alma, ella no responde.&m
10/AlmaCuando despierto Mía está casi en los pies de la cama durmiendo, él no está miro la hora en el reloj que está en la mesita de luz y son las seis veinticinco de la mañana es muy temprano, solo durmió poco, salgo de la cama me voy al baño hago mis necesidades, me levanto el pelo y enjuagó la boca luego bajo.Al llegar a las escaleras se escuchan voces como una discusión, pero no a los gritos de esas que tratas de evitar que sepan que estás enojado, pero aun así se sabe...No quiero ir, pero únicamente el saber que algo malo puede estar pasando ya me altera, mis manos están temblando, no seque pasa, pero mi cuerpo vive en un miedo constante.Uno de los guardias llega, me sorprende por detrás.— ¿Señora está bien?—Él me mira y pestañ
11/Alma Él se marcha del baño y no es que me produzca nada, no eso no, él solo me da una cosa rabia, asco y en ocasiones miedo.Salgo del baño, me seco el pelo solo un poco, tengo rizos de esos que no son ni ondas ni rulos ni chinos, son un desastre pero son míos.Me coloco un pantalón de mezclilla y una camiseta de Coves y salgo para ir donde está Mía, así la ayudo a levantarse, pero en eso mi móvil suena y es mamá, tomo la llamada.—Hola. —No le diré nada de lo que paso, no quiero que se preocupe.—Hola hija, gracias por el regalo, no me lo esperaba, pensé que estabas enojada. —Sin entender le pregunto.— ¿Mamá de que regalo me hablas?—En eso él entra y me mira sin decirme nada, lo sé todo.—Es que recibimos los pasajes, ya