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ME GUSTO SABER DE TI

NARRA SUSY

—Los príncipes no existen, al menos no como los cuentos de hadas. Mira tu padre me imagino que primero él era un príncipe para tu madre y luego eso cambió. Agradezco que me veas como tal, pero no lo soy. — me dice sonriendo, se escucha el sonido de su celular y se voltea a ver al frente nuevamente.

—Si, dile a ese imbécil que ya voy —lo escucho decir y me llamó la atención como su tono de voz cambia a uno más serio. Él se volvió a mí de nuevo.

—Cuéntame de ti. — me dice y nuevamente con una sonrisa en su rostro, por un momento mis ojos se clavaron en su brillante sonrisa. Él mueve la mano frente a mi rostro sacándome de ese trance.

—Si, si, lo siento. Me llamo Susana Libón Park, pero mis pocos conocidos y mi madre me dicen Susy Li o solo Susy. Hoy cumplo mis 18 años, tengo dos hermanos el más pequeño se llama Tian y el otro se llama Argus, no hay nada más que decir. — confesé, sé que no es nada, pero es la verdad.

—No creo que solo eso sea, debes tener amistades, cosas que te gusten, como por ejemplo ¿qué haces en tu tiempo libre? — me pregunta y siento un calor en mis mejillas al ver su interés en querer saber de mí.

—La verdad es que no, no tengo amigos. Aparte de mi mamá y mis hermanos, solo la doctora Bianca y su madre son las únicas personas con las que he compartido. En mis tiempos libres trabajo cuidando a la señora Guadalupe y lo demás son los deberes en la casa y cuidar de mis hermanos. Me gusta mucho cocinar, lo hago muy bien. — él sonríe y asiente viendo hacia afuera del auto donde ya se pueden ver que ya han salido del súper mercado.

—Me gustó saber de ti, Susy. ojalá podamos seguir hablando después. Sé que no ha sido un buen día para ti por lo que acaban de pasar con tu padre, pero no te desanimes muchas veces estos problemas vienen para hacernos más fuertes. No le digas a nadie que puedo ser tan amable, porque normalmente soy un gruñón malhumorado. — concluye antes de que su padre abriera la puerta del auto para mi madre y mis hermanos. Inconscientemente sonreí mientras miraba hacia afuera de la ventana.

—¿Todo bien hija? — pregunta mi mamá, asentí y me miró con su ceja alzada. El señor Iván puso el auto en marcha y nadie más habló en el trayecto más que mi hermano Argus expresaba su emoción viendo todos los edificios. Nunca habíamos venido a la ciudad, era emocionante ir viendo todo para arriba y aún los edificios no terminaban. Llegamos hasta un edificio muy bonito, el señor Iván se bajó primero y nos abrió las puertas de la camioneta. Mi madre y mis hermanos salieron del auto y yo salí de última.

—Un placer conocerte, Susy. — se despide mi príncipe y yo solo le sonreí pues me miraba sobre su hombro. Él se quedó ahí y me sentía un poco triste porque no sabría si lo iba a volver a ver. Esperaba y deseaba que así fuera, tome las mochilas de mis hermanos y unas bolsas de supermercado y seguí a los demás dentro del edificio. En la entrada nos recibió una señora muy agradable junto con el abogado Jaime.

—Bienvenidos a la Fundación Vuela Alto. Ya nos habíamos presentado por videollamada, pero me presento de nuevo. Soy Jaime Galeano, ella es mi esposa Mary y ella será su guía por todo el lugar. Cualquier cosa que necesiten ella es la persona ideal a la que deben buscar. Claro, de 8 de la mañana a 4 de la tarde el resto del tiempo me pertenece. — menciona el atrayéndola por la cintura. Ella lo codea y se separa de él.

—Cariño, compórtate. Se que tendrán muchas preguntas y todas las contestaremos, pero primero que todo será después que los lleve hasta su apartamento y se acomoden. — mi madre y yo asentimos, para luego seguir a la señora Mary hasta los ascensores el elevador tenía muchos botones y fue lo primero que la señora nos dijo que el piso a donde íbamos era el número 16. Después de un rato el elevador se detuvo y pudimos ver unos niños jugando en el pasillo con sus juguetes y la puerta del departamento estaba abierta, salió una joven al ver a los niños y al ver a la señora Mary le sonríe.

—Hola Julieta, ¿Cómo están? — le pregunta inclinándose para acariciar la cabeza de los niños.

—Estamos muy bien, gracias a ustedes. Han sido como ángeles en nuestra vida. Ya conseguí trabajo gracias a la señora Luz. — le contesta muy emocionada.

—Me alegra mucho por ti y los niños, ya sabes que la guardería te ayudará cuando lo necesites. — la chica asiente, y puedo ver la emoción en sus ojos. Se despidieron y la chica llamó a los niños para que se regresaran dentro del departamento. Nosotros seguimos por el pasillo dos puertas más al fondo. Ella abre la puerta y desde la entrada se puede ver lo bonito que es el lugar. Mi hermano Tian corre adentro con una enorme sonrisa en el rostro. Mi mama y yo nos miramos al ver la cocina con todo lo necesario.

—Es un apartamento de tres habitaciones con dos baños completamente amueblado. Me dio tiempo para comprar algo para los niños. — dice y vamos hasta donde ella nos guió. Entramos a una habitación con dos camas con ropa de cama azules y había unas sábanas de super héroes sobre ellas en una juguete para Tian y en la otra una computadora portátil para Argus.

—No, yo no puedo aceptar tanto de su parte. — dice mi madre casi al borde del llanto.

—Nos gusta hacerlo, especialmente consentir a los más pequeños. Ellos son los que se llevan la peor parte de situaciones como esta. Ver una alegría en sus caritas, así como ahora es nuestra paga. Ahora acomódense, en los cajones de los baños encontrarán todo lo necesario para su aseo personal, toallas, papel higiénico. En la nevera habrá lo básico más lo que ya trajeron tendrán todo lo necesario por unos días. Jia también te brindamos un celular por motivos de seguridad y de comunicación. Tomate un respiro y en 30 minutos baja al primer piso a tu izquierda verás una oficina con mi nombre en la puerta. para que hablemos de tu situación y explicarte el procedimiento. — Mi madre con lágrimas en los ojos, asiente. La señora Mary se acerca a ella y la abraza.

—Tranquila, todo estará bien. Todo mejorará a partir de ahora. Ya diste el paso más importante, ahora solo debes mantenerte firme, por ti y tus hijos. Te veré luego. — dice y camina hasta la salida. Mi mamá camina hasta unos de los muebles donde se queda sentada. Miro a Argus y este comienza a caminar hasta ella la abraza y después yo me uno a ese abrazo. Tian venía emocionado con su juguete y también al vernos abrazados él hizo lo mismo.

—Te amamos mamá. — dice Argus y mi madre nos da un beso en la frente a cada uno.

—Y yo los amo a todos mis niños. — menciona abrazándonos fuertemente.

—Iré a hablar con ellos de una vez así no los hago esperar. Mi amor encárgate de tus hermanos por favor, compramos un pequeño pastel para ti. Cuando vuelva lo partimos y de paso celebramos esta nueva vida que empezamos hoy. — dice y así fue, ella salió y me fui a sacar las cosas que estaban dentro de las bolsas del supermercado. Decidí preparar empanadas de plátano que me enseñó a preparar la señora Guadalupe. Después de unas horas mi madre regresó y cenamos todos, entre risas y mucho más tranquilos a como lo hacíamos antes. Pues teníamos el temor que en cualquier momento mi padre atravesara la puerta y nos golpeaba por pensar que era de él que nos reíamos. Mi madre fue a bañar a mi hermanito para luego acomodarlo a dormir, mientras yo arreglaba la mesa y la cocina. Hoy que cumplía 18 años me atrevería a preguntarle a mi madre que pasó, ¿Por qué nuestra vida había cambiado tanto después de ser tan bonita? Me acerque a la puerta y me percate que mis hermanos ya estaban durmiendo. Mi madre les estaba acomodando las cobijas, camine hacia la sala en espera de mi madre. Ella me vio y me sonrió, se acercó a sentarse a mi lado y me tomó la mano.

—Discúlpame por hacerlos pasar por todo esto mi niña. — me dice golpeando mi mano.

—Se que no es culpa tuya si no de nuestro padre. — le digo y ella da un suspiro.

—Creo que ya estás en edad para saber la verdad, cariño. Se que tienes muchas preguntas, pues ya tienes edad para darte cuenta de que nuestra vida no siempre fue vivir de esta manera. Me duele en el alma lo que te voy a contar, porque no sé qué pensarás de mí, después de hacerlo. — dice pasando su mano por su cabello. No me gusta verla tan ansiosa. Tomo su mano para darle algo de calma.

—Lo que sea mamá, no te veré diferente o diré algo negativo, no soy quién para juzgarte. No tengo derecho, eres mi madre. — le digo y puedo observar sus ojitos llenos de lágrimas.

—Tu abuelo es un marqués, Susy. Creo que no te acuerdas de esto porque tu abuelo casi no es de las personas que le gusta la vida pública. Fuimos invitados a una fiesta bien importante entre la realeza. Yo no sé cómo Susy, pero después de tomar una copa que bebí me empecé a sentir mareada y tu papá dijo que ya era hora de irnos, pero el rey, le dijo que me mandara a una de las habitaciones a descansar para que ellos siguieran disfrutando de la fiesta y eso lo recuerdo muy bien. Me llevaron hasta una de las habitaciones y no supe más. Cuando me desperté, estaba desnuda y el rey estaba a mi lado. La reina entró a la habitación y te podrás imaginar el resto, mi niña. Tu padre fue el hazme reír entre los nobles, no aguanto la presión de los rumores y porque la reina como venganza hacia nosotros, nos fue quitando todos los beneficios que recibimos de la corona. Tu padre toda su vida ha vivido entre la realeza y el cambio para él fue lo peor. El problema fue mayor cuando nació Tian y vimos sus ojos verdes y cabello castaño. Cuando nosotros todos en mi familia y en la de tu papá somos cabello n3gro azabache. Tian no es hijo de tu papá, es hijo del rey de Mali. Entre nuestras amistades más cercanas comenzaron a regar los rumores del parecido entre Tian y el rey. Un par de meses después por órdenes del rey y la reina fuimos expulsados de Mali y no nos dieron derecho a nada. Tu abuelo no nos quiso ayudar, porque creyó que era hora de que tu padre se comportará como un hombre y proveyera para nosotros, pero él no sabía hacer nada. Lo más fácil fue encontrar trabajo en la construcción y llegaba muy cansado lo poco que ganaba era para pagar la casita y nuestra comida. Con el tiempo se fue cansando de este estilo de vida y el resto creo que ya lo sabes. 

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