Se hizo un silencio incómodo de repente, no cabía duda que lo que Tayler acababa de decir era un insulto indirectamente directo hacía la chica que tenía al frente, disfrazado de un argumento de defensa.La chica se llamaba Sara, ella fue una de las amantes de Tyaler y algunos otros, las palabras de él fueron como escupirle en la cara, ellos habían mantenido relaciones una vez bajo las gradas en el suelo en medio de un partido, los sonidos de el exterior tapaban los de ellos, así que estaba más que claro que sus palabras le estaban echando en cara lo que habían echo aquel día y la había dejado en evidencia ante todos. El rostro de Sara comenzó a ponerse rojo, ya que no iba a poder contra Tayler miró a Dayana con hostilidad, ella no iba a ser la única que quedara en vergüenza. — Toda la situación esta muy turbia, de echo ya era muy tarde cuando paso eso.. dime Dayanita por que estabas tan tarde aquí con el profesor. Como Sara lo dijo todo era bastante turbio, para las personas que so
Dayana pensó las cosas con la cabeza fría, después de todo solo tenía unas fotos de ella y Edgar entrando a un hospital, Amanda podría inventar cualquier cosa para librarse de eso y Leonel claramente se lo creería, Ella necesitaba pruebas más fuertes en su contra para acorralarla; por las ventanas miró en el interior del edificio a Octavio quién ya se iba, una idea llego a su cabeza. — Te veo luego Amanda tengo cosas que hacer me saludas a Leonel. Amanda miró como Dayana brinco de la mesa y se fue corriendo al interior del edificio, sonrió satisfecha ya que había conseguido lo que les hacía falta a ella y Edgar para empezar su plan de una vez. — ¡Octavio! Él se paró de golpe al escuchar su nombre, Dayana iba tras de el, lo alcanzó en el estacionamiento ella se inclinó y empezó a tomar aire. — ¿Dayana estás bien?— SI.. solo que... tengo una condición pésima... Octavio necesito que me hagas un favor. ....Ya todo estaba planeado para que al día siguiente los ladrones entraran a l
Alexander no daba crédito a lo que sus ojos estaban presenciando en ese momento, dudó totalmente que se tratara de Dayana, podía tener su piel pero eso no era algo que ella haría, besar a Edgar de esa manera. Dayana levantó sus manos para pasarlas por el rostro de Edgar, después lo tomó y aparto de ella, ambos respiraban con un poco de dificultad, Edgar estaba empezando a sentir un sofocante deceo creciente, tenía que aprovechar esa oportunidad al máximo. — No soy un hombre muy expresivo, lo lamento, lo romántico normalmente no es lo mío y a como eras tu, pensé que ese tipo de trato y cosas no te interesaban, al igual que tu pensé que solo estabas conmigo por librarte de los demás, pero ahora que me dices que estás enamorada de mi tengo que confesarte que yo también lo estoy, Dayana no te apartes de mi lado porfavor. Al terminar esas palabras Edgar tomó el rostro de Dayana nuevamente y comenzó a besarla, Alexander dentro de su oficina estaba en shock, pensando que su vista lo estab
Dayana en el interior suspiró de alivio, ella fingió asombro así que empujó a Edgar, levantándose, acomodando su ropa y cabello. — Lo siento no sabía que estabas ocupado...Alexander habló con voz fría, pero en realidad no lo sentía para nada, Edgar cerró los ojos con fuerza, una rabia y molestia jamás experimentada comenzó a invadirlo, en ese momento el teléfono de Dayana comenzó a sonar, ya no necesitaba fingir una llamada como pretexto para marcharse, así que rápidamente apagó el celular y miró a Edgar quién parecía estar consumiéndose desde dentro por la frustración, Dayana tenia unas ganas enormes de burlarse pero se las aguantando, puso su mano en la espalda desnuda de Edgar. — Lo siento tengo que irme... - Dayana al llegar a la puerta se topó con una mirada glasear y molesta de Alexander, sintió un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo, ella bajo el rostro y paso al lado de él.- Lo lamento señor Escalante, se me cae la cara de vergüenza con usted. Lo siguiente que se esc
Dayana empezó a sentirse nerviosa, sus manos empezaron a sudar ligeramente, Alexander llavaba una camisa de vestir blanca, pantalón oscuro y zapatos negros, tenía un mirada seria e indescifrable, ella se sintió frustrada al no tener manera de adivinar el estado de ánimo de Alexander, en el fondo ella sabía que era lo que le sucedía."¿Estará enojado por que me encontró con Edgar?... no tendría porque el y yo no somos nada, no entiendo porque se enoja y lo que es aún peor no entiendo porque me siento culpable" Alexander se acercó lentamente con la caja hacía Dayana, ella tenía puesto un conjunto de pijama azul cielo; con cada paso que él daba y se acercaba el corazón de ella latía con más rapidez golpeando con fuerza contra su pecho.— Alexander que sorpresa me asustaste. — Lo siento, no era mi intención asustarte... otra vezÉl dejó la caja sobre la barra y se acercó a Dayana, hasta que ambos quedaron frente a frente, él observaba a la encantadora mujer que tenía al frente sumante n
Edgar y Amanda habían llegado más temprano de lo habitual para hablar, Amanda estaba sumamente nerviosa era un día muy importante nada podía salir mal, ella se metió en una bodega de intendencia que era donde la había metido Edgar anteriormente, pasaron unos cuantos minutos para que Edgar se le uniera. — ¿Que pasó? ¿Todo listo? .– Amanda pregunto acercándose ansiosa a el — Si todo listo, solo están esperando la confirmación de que Dayana está aquí, te darán la computadora a ti y en la tarde la llevas a mi casa. — Claro.Ella empezó a juguetear con sus dedos mientras tenía la mirada perdida en otra parte, Edgar la observo con diversión, amanda llevaba una bonita falda rosa con unos botines y camisa de manga larga blanca, el se pasó la lengua por los labios al verla y sonrio travieso.— Creo que podemos celebrar dos veces por lo bien que nos saldrán más cosas.— ¿Dos veces?.– Pregunto Amanda mirándolo extraño.— Así es, en mi casa y ahora. Edgar se lanzó a Amanda y comenzó a besarla
El corazón de Amanda se había disparado latiendo como si acabara de correr un maratón, se sentía prisionera de Dayana quién con su sencilla mirada la estaba sometiendo. — Pero que ridiculeces dices Dayana, debes de estar confundida. – Amanda soltó una pequeña risita nerviosa, volteaba a todos lados menos a ver a la mujer que tenía al frente. Dayana sacó su teléfono celular y encendió la pantalla para mostrárselo a Amanda, sus ojos se llenaron de pánico al ver la imagen, era ella y Edgar entrando abrazados al hospital el fin de semana, la mente de Amanda estaba al mil por hora tratando de inventar algo, alguna mentira creíble pero su mente se bloqueaba constantemente por el miedo .— Dayana... eso no significa nada, debes de estar confundida deja que te explique.Dayana golpeó con fuerza el lavabo con su mano echa un puño haciendo que Amanda brincara del susto, estaba conteniendose de no golpear Amanda en la cara múltiples veces y arrastrarla por todo el piso del baño, no podía creer
Dayana iba saliendo del edificio principal cuando se topó con Edgar en la entrada esperándola, se miraba muy apuesto con su camiseta ajustada roja, pantalones ajustados oscuros y tenis de bota negros; ella le había mandado un mensaje invitándolo a comer en la tarde, Edgar aceptó más que gustoso y esperanzado en poder terminar lo que habían empezado el día de ayer por la tarde, ansioso por quedar bien estaba esperando afuera a Dayana con un ramo de rosas rojas.— ¿Y eso? – Dayana pregunto mirando el ramo y después a el, fingiendo emoción.— Son para ti, la mujer más hermosa de todo el mundo, seré el mejor novio que has tenido y quién sabe quizás hasta algo más. – En el interior ella quería burlarse el, pero desidio seguirle la corriente, total su felicidad estaba a minutos de esfumarse. — Pues muchas gracias... Dayana de Escalante, no suena tan mal. El corazón de Edgar empezó a latir eufórico al escucharla, por dentro tenía toda una celebración, festejando la victoria de tener a Day