LILIBETHCamino de un lado a otro, no puedo pensar bien, Xander me ha hablado por teléfono asegurando que no va a dejar que ninguno de los dos se mate, al igual que Levi estará al pendiente, pero no es suficiente.Elsa no está, solo me mandó un mensaje diciendo que iba al aeropuerto a recibir a su hijo. Nani cuida de Cole y yo me encuentro como León enjaulado dentro del vestíbulo. Respiro hondo y sin embargo eso no funciona.—Idiotas —espeto con dureza.Los dos son importantes para mí, pese a los errores de Aiden. Uno es el hombre que amo, y el otro el amigo que quiero recuperar y sanar. Me quiebro la cabeza pensando una y otra vez en un plan.Estoy a punto de subir por las escaleras, cuando la puerta principal se abre, por un segundo pienso que es Oliver anunciando que han aceptado que los dos son idiotas y que lo han dejado por la paz, sin embargo, se trata de uno de los hombres de seguridad que ha contratado el padre de mis hijos.—Señorita —dice acercándose a mí.Veo que trae un s
OLIVERSiento la adrenalina recorrer todo mi torrente sanguíneo, cierro y abro los puños, moviendo el cuello con estrés, no hay trampas escondidas en esto, no hay marcha atrás, ambos lo necesitamos, él me ha hecho demasiado daño lastimando a la mujer que amo, arrastrando a mis hijos en sus mierdas, lo sabe bien.El ring está listo, no hay público que nos ovacione, mujeres que nos deseen y griten cuanto nos admiran, tampoco seguridad que intervenga o mafia que se interponga, solo somos dos. Aiden está del otro lado hablando con Levi, se le ve tranquilo, es como una puta hoja en blanco.—¿Estás seguro?La voz de Xander me hace salir de mi ensimismamiento. Volteo a verlo, se le nota que está igual de cansado por esta situación.—Aun puedes cambiar de opinión —insiste—. Puedes mostrarte como el maduro de los dos y acabar con esta locura.—Sabes que es necesario.Se queda callado.—De igual manera tanto Levi como yo, vamos a detener las cosas si se ponen feas —me asegura.—Va contra las re
LILIBETHLos minutos pasan volando, pero se sienten como si fuese una eternidad la que hemos esperado, quisiera decir que todo salió bien, pero no, ahora estamos en el hospital esperando noticias de Aiden. Elsa se quedó en la casa de Xander cuidando de su hijo y del mío. Oliver está en una habitación dejando que los doctores le revisen.Quise acompañarlo pero me lo impidió, de hecho, me sorprende el hecho de que me deje estar aquí y me haya dejado ir con Aiden luego de la pelea tan absurda a la que los dos estuvieron de acuerdo en participar.La cabeza está a punto de estallarme de tantas cosas en las que pienso, cuando por fin el doctor sale de su habitación.—¿Familiares del joven King?Me pongo de pie y me adelanto a Xander, quien sonríe negando con la cabeza, lo cierto es que siempre he sido muy impaciente cuando se trata de él.—Soy su mejor amiga —hablo.El hombre me mira como si estuviera loca.—Soy su primo —me secunda Xander.El anciano relaja el gesto y asiente.—El joven es
LILIBETHHan pasado cuatro meses en los que me he sentido plena, Oliver no quiso esperar a que naciera el bebé para casarnos, por lo que la boda se adelantó, y ahora me encontraba mirando mi reflejo en el espejo de nuestra habitación.—Joder, te ves hermosa —exclama Elsa cargando al pequeño Xan.Sonrío, todo lo que ha pasado ha valido la pena, Xander y Elsa están mejor que nunca, viven juntos, como la familia que son, me han contado que Teal se ha mudado a Texas y allá se estableció, al parecer trabaja en un refugio animal y ayuda a que los perros tengan un hogar.En cuando a Aiden, al día siguiente desapareció del mapa junto con Levi, no me quisieron decir a dónde se marchaba, pero Levi me aseguró que se iba a internar en un centro psiquiátrico, aunque más bien es una enorme casa de retiro donde hay personas de todas las edades, con diferentes problemas mentales.Respeto su decisión aunque me hubiera gustado que estuviera presente en este día tan especial para mi. En cuanto a mi madr
AIDENEl aire golpea mi rostro, siento que la sangre se me pudre al recordar todo lo que he hecho, han pasado cuatro meses en los que he estado encerrado en una de las casas de mi padre en Alemania, el hijo de puta está en la cárcel, y me ha dejado todo su dinero, cosa que me da igual.Sé de Levi, que Lilibeth y Oliver se han casado por fin, y que esperan una niña, algo me dice que si se parece a ella, él va a ser un jodido padre posesivo. Suelto el humo del cigarrillo y luego lo tiro. Desde donde estoy, la vista es buena.El centro psiquiátrico en el que he decidido ingresar por voluntad propia, está rodeado de montañas verdes, aquí el clima siempre es nublado, suele llover mucho, y el sol apenas y calienta, siempre hace frío, eso me gusta.Tendré mi propia habitación porque así lo pedí, en el área menos visitada. Miro la foto de Lilibeth que sostengo en la mano, donde en ella estamos abrazados, yo la rodeo por detrás, ella sonríe como siempre, esa foto la tomé dos días antes de que
OLIVERMi lengua pica, pero no me importa, recorro con ella el cuerpo de Lilibeth, el cual está cubierto de crema Chantilly, ella gime mientras clavo mis dedos en su coño, el problema para ella es que no aparto la mirada de su redondo vientre.—Deja de hacer eso o vas a arruinar mi orgasmo —réplica haciendo puchero.—No seas caprichosa.—No lo soy.Aumento el ritmo de mis movimientos, mi polla palpita con fuerza, luego de los seis meses no he querido penetrarla, tengo miedo de lastimarla y que algo salga mal, ahora que sé que es una niña, Cole y yo tendremos mucho trabajo para cuidar de ellas.—Joder —arquea la espalda llegando a su orgasmo—. Oliver.Su pecho sube y baja, deja caer su cuerpo y la beso con ternura.—Cuando ella nazca, juro que te voy a follar duro —la amenazo.Un brillo resplandece en sus ojos. Se lame los labios y enseguida la ayudo a levantarse.—Parezco una ballena —refuta.Miro su cuerpo desnudo y es la cosa más hermosa que he visto en la vida, en especial porque d
LILIBETHMiro a mis bebés, Cole de dos años y Lizeth de uno, ellos son mi mundo, lo que me mueve, en todo este tiempo he estado viviendo un sueño del que no quiero despertar jamás. Cole ha seguido en el mundo de las peleas, es un famoso por el que todas las chicas que van a sus eventos, le tiran las bragas en la cara, al principio me molestaba y me ponía algo celosa, luego entendí que no podía rebajarme a su nivel.Él nunca mira a otra, aún si esta insiste mucho o si sus insinuaciones son sexys, Oliver me da mi lugar como su esposa para todo, me respeta y lo más importante, me es leal.Mi móvil suena y siento que el corazón se me sale del pecho al ver que se trata de Elsa.—Te los encargo —le digo a Nani.—Pierda cuidado, señora.Salgo de la habitación de mis hijos y respondo.—¿Está todo listo? —inquiero bajando las escaleras.—Por supuesto ¿con quién crees que hablas?—En estos momentos debe estar en su oficina, tengo acceso a su agenda, voy para allá —sonrío.Hoy es San Valentín, y
"Se supone que el villano no es el rey, y se supone que la princesa no debe destronar al rey" Lo que empezó como un sueño, terminó en una pesadilla, perdí la cabeza y herí a la única mujer que he amado. Han pasado cuatro años desde el día en el que casi destruyo a Lilibeth, mentiría si digo que ya no la amo, claro que lo hago, pero de una manera distinta ya que está fuera de los límites. Ahora soy una bestia, un monstruo que prefiere alejarse del mundo, odio todo, en especial a las chicas que se acercan por mi título de campeón, la gente me llama Demon, enfrento, rompo huesos, propago el miedo, los oponentes me rinden pleitesía, algunos me dicen loco, rey de la lucha clandestina. Había aceptado mi destino, hasta que empujaron un pequeño cuerpo cargado de miedo dentro de mi territorio, resultado de una apuesta que gané, un ser inocente de ojos azules y cabello de fuego. Debe alejarse de mi antes de que la destruya, es lo único de lo que estoy seguro. ¿El problema? Que tanta pure