LILIBETH—No —respondo volviendo a dejar el vestido dentro de la caja.Aiden frunce el ceño.—No pienso casarme contigo, ya no voy a seguir jugando tu estúpido juego solo por no hacerte daño.Me pongo de pie y levanto el mentón.—Necesitas ayuda, no estás bien mentalmente, si aceptas venir conmigo, Xander y yo vamos a ayudarte a salir de este pozo en el que tú solito te has metido.—No estoy loco —replica.—No estoy diciendo eso, solo que necesitas ayuda profesional.—La única ayuda que necesito viene de ti.—¿Es que no te das cuenta? —cierro los puños—. Lo que sientes por mí no es amor, solo estás obsesionado.—¿Cómo puedes decir eso? Llevo toda una jodida vida siendo tu protector, te he amado desde que éramos niños.—Y yo sentía lo mismo hasta que arruinaste todo, luego me violaste, intentaste matarme, me lastimas, y ahora me quieres obligar a casarme contigo.Su pecho sube y baja, merma el espacio que hay entre los dos, por un momento creo que me va a atacar, pero se detiene, chasq
OLIVERLos párpados me pesan, intento moverme pero es como si miles de toneladas hubieran caído encima de mí, poco a poco abro los ojos mientras el recuerdo de lo que pasó en plena pelea con Aiden, me va haciendo encajar las piezas del rompecabezas. Lo primero que veo es el techo, muevo mi mano derecha, todo está bien, luego la izquierda…Me incorporo al sentir algo y frunzo el ceño al ver que es el anillo de compromiso que le di a Lilibeth.—Mierda, por fin despiertas.Levanto la mirada y me encuentro con Xander, acompañado de Teal, quien me observa con ojos de cachorro.—¿Qué ha pasado? —pregunto.Siento la garganta seca y muevo el cuello con estrés, la cabeza me duele un poco y noto que la tengo vendada.—Recibiste un disparo en la cabeza, no fue tan grave, lograron sacarte la bala incrustada a un costado, no toco el cerebro —me explica y trato de retener la información.—Lilibeth —inquiero—. ¿Dónde está?Ambos se miran cómplices.—Hablen.—No te va a gustar, congelaron tus cuentas
LILIBETHEl corazón no deja de palpitarme fuerte dentro del pecho, rodeo con los brazos a Oliver, sé que no le gustan las demostraciones en público, pero no me importa, mis ojos se empañan de lágrimas e inspiro su olor a loción masculina.—Es real —susurro solo para él.Oliver me envuelve en sus brazos y siento su fuerza.—Creo que mejor nos vamos, antes de que todo se arruine —habla Xander y tiene razón.—El bebé —inquiere con cautela Oliver, viendo mi vientre.—Está bien, tranquilo —le aseguro y relaja los hombros.—Yo me quedaré —anuncia Teal.Asiento y luego Elsa me da a Cole, quien llora y deja de hacerlo cuando lo tengo en brazos. No digo nada más, ya habrá tiempo de hablar y aclarar las cosas, nos adentramos al bosque hasta llegar a una camioneta en la que entramos y Xander maneja.—Deja que lo cargue —me pide Oliver y con gusto le paso a Cole.Él balbucea en brazos de su padre, noto que debajo de la gorra, tiene una venda, se ve un poco pálido, pero en general bien. No sé a dó
AIDENLos minutos pasan y comienzo a sentirme incómodo, Lilibeth viene con veinte minutos de retraso. La gente que invité de último momento y que ha aceptado venir, habla entre cuchicheos.La madre de Lilibeth me mira con angustia, desde la muerte de su esposo, dejó de ser una perra que solo se interesaba por el dinero y ahora parece una mujer frágil que solo busca la aceptación de las demás personas a su alrededor. Me mira con una mezcla de vergüenza y rabia, porque si de mi hablan, cosa que no me interesa, de ella es peor.Muevo el cuello con estrés, reviso la hora a cada minuto.—Disculpe —se me acerca el sacerdote—. Tengo otro compromiso en una hora.Volteo a verlo mal, doy un paso al frente y mi sola actitud hace que su arrogancia se esfume y que asienta en silencio. Saco mi móvil para hablarle al chófer que se supone iba a traer a Lilibeth a la iglesia.«Sabía que debía haber venido conmigo»Espero paciente a que atienda la llamada, sin embargo, no lo hace, marco un par de veces
LILIBETHOliver y Aiden llevan más de dos horas hablando, después de lo sucedido en la iglesia, se encerraron en la oficina sacerdotal, donde no se logra escuchar nada. Xander habla por teléfono con alguien mientras que Levi me mira fijo al tiempo que Elsa me abraza en señal de apoyo.—Él no es mala persona —Levi rompe el silencio.Levanto la mirada.—No tienes que decirme algo que ya sé —inspiro profundo—. Es solo que tiene que entender las cosas y aceptar que está mal, que necesita ayuda profesional.Asiente con la cabeza.—Al parecer se ha arreglado el asunto con Teal —Xander suspira cansado—. Se ha ido con una tía a Canadá, es lo mejor, ella al igual que Aiden no están bien, pero por lo menos ella ha sabido aceptar sus errores y ha pedido ayuda.—¿Estará bien? —pregunta Elsa.—Supongo que sí.Me siento rara, por lo que me pongo de pie estando a punto de llamar a la puerta, cuando esta se abre y sale Aiden, no me dice nada, tampoco me mira, solo hace un ligero movimiento de cabeza
AIDEN PASADOLos truenos de la tormenta me hacen despertar, mis padres no están, como ya es costumbre, me quedo al cuidado se las nanas, observo la hora que marca el reloj, son las doce de la noche y la lluvia no para, los truenos iluminan mi habitación y me levanto de la cama, me coloco un abrigo.No le temo a las tormentas, siempre he creído que son hermosas a su modo, pero la persona que más me importa sí le teme. Y es por ello que con sigilo, me escabullo de mi habitación, no hay nadie en los pasillos, así que camino rápidamente hasta llegar a las escaleras, estando ahí, un nuevo relámpago estalla haciendo que sienta que las paredes retumban.Me doy prisa, llego hasta la puerta cruzando el vestíbulo, me resbalo porque el mármol blanco está un poco húmedo, seguro los sirvientes han entrado, pero no me detengo, sin importar que me moje, salgo de casa y cruzo a la de Lilibeth, entro por la parte trasera.Sus padres tampoco nunca están en casa, subo las escaleras, los relámpagos sigu
LILIBETHCamino de un lado a otro, no puedo pensar bien, Xander me ha hablado por teléfono asegurando que no va a dejar que ninguno de los dos se mate, al igual que Levi estará al pendiente, pero no es suficiente.Elsa no está, solo me mandó un mensaje diciendo que iba al aeropuerto a recibir a su hijo. Nani cuida de Cole y yo me encuentro como León enjaulado dentro del vestíbulo. Respiro hondo y sin embargo eso no funciona.—Idiotas —espeto con dureza.Los dos son importantes para mí, pese a los errores de Aiden. Uno es el hombre que amo, y el otro el amigo que quiero recuperar y sanar. Me quiebro la cabeza pensando una y otra vez en un plan.Estoy a punto de subir por las escaleras, cuando la puerta principal se abre, por un segundo pienso que es Oliver anunciando que han aceptado que los dos son idiotas y que lo han dejado por la paz, sin embargo, se trata de uno de los hombres de seguridad que ha contratado el padre de mis hijos.—Señorita —dice acercándose a mí.Veo que trae un s
OLIVERSiento la adrenalina recorrer todo mi torrente sanguíneo, cierro y abro los puños, moviendo el cuello con estrés, no hay trampas escondidas en esto, no hay marcha atrás, ambos lo necesitamos, él me ha hecho demasiado daño lastimando a la mujer que amo, arrastrando a mis hijos en sus mierdas, lo sabe bien.El ring está listo, no hay público que nos ovacione, mujeres que nos deseen y griten cuanto nos admiran, tampoco seguridad que intervenga o mafia que se interponga, solo somos dos. Aiden está del otro lado hablando con Levi, se le ve tranquilo, es como una puta hoja en blanco.—¿Estás seguro?La voz de Xander me hace salir de mi ensimismamiento. Volteo a verlo, se le nota que está igual de cansado por esta situación.—Aun puedes cambiar de opinión —insiste—. Puedes mostrarte como el maduro de los dos y acabar con esta locura.—Sabes que es necesario.Se queda callado.—De igual manera tanto Levi como yo, vamos a detener las cosas si se ponen feas —me asegura.—Va contra las re