AIDEN—¡¿Qué mierda han hecho?! —bramo golpeando el volante.La carretera se cierne como si fuera un enorme monstruo que está a punto de devorarme. Piso el acelerador sintiendo que mi puto corazón no deja de palpitar.—Acabar con lo que te impide ser feliz —dice la voz masculina al otro lado de la línea—. Fueron órdenes de tu padre.Eso me hace frenar de golpe. Cuelgo, ese no era el plan, solo necesitaba que me ayudara a entrar a la liga, de ahí, era la pelea, quería que Lilibeth viera cómo le ganaba y que se diera cuenta de que soy el padre de su hijo y que todo estará bien, pero no.Es por ello que cambio el rumbo de la carretera, me dirijo al hospital central sintiendo que el aire me sofoca, no tengo nada que ocultar porque esta vez no fui yo quien tuvo la culpa, aunque si veo que se trata de una oportunidad que no pienso perder.Para cuando llego, todo está lleno de paparazzi que en cuanto me localizan, comienzan a rodear mi auto haciendo preguntas que no pienso responder, la segu
LILIBETH—Estás loca —agrega Elsa—. Encontraremos otra manera.Me quedo callada, ante los ojos de todos es una locura, ante los míos, una oportunidad de que Aiden viva, cuando desaparecí, mis padres congelaron mis cuentas bancarias, por lo que era igual de pobre para poder cubrir gastos tan elevados. Xander no puede hacer nada, ella tampoco, por lo que queda Aiden.Es una demencia hacerlo, pero lo único que deseo es ganar tiempo para que él despierte, por supuesto, tengo la esperanza de que Aiden acepte que está enfermo y que necesita ayuda. Es como si en ratos estuviera aquí, en esta realidad, y luego en la suya.Una en la que cree que lo sigo amando.—Solo le seguiré el juego hasta que Oliver despierte.—Pueden pasar años —replica Elsa—. Tienes a Cole.Me duele apartarme de mi hijo, claro, pero he comprobado que entre más cerca esté de su madre, mayor es su peligro. No pienso quedarme con Aiden, sino, tener tiempo, eso es todo lo que necesito. De ese modo Xander encontrará la manera
LILIBETHHa pasado una semana en la que he estado al pendiente en todo momento del avance de Oliver, cuando Aiden no está en secreto, me escabullo de la seguridad que me coloca h voy al hospital a ver al verdadero padre de mis hijos, la enfermedad mental de Aiden va en aumento, vive una vida que no le pertenece. Le ha hecho creer a mi madre que Cole es su hijo y que está en otro país pero que según sus palabras, vendrá pronto, y que el bebé que espero es de él.Xander sigue sin tener acceso a sus cuentas, ha hecho trámites con el banco para llegar a una solución, al parecer la hay, solo que será un poco tardado, en cuanto a Oliver, su estado sigue igual, en un coma profundo, lo extraño, el año que estuve alejada del él, no lo sentí tan ausente porque lo veía en la tele cuando le tocaba pelear.Ahora sin eso, siento que cada minuto de que transcurre, me arrancan un pedazo de piel. Elsa se ha encargado de buscar más pruebas para poder ayudar a Aiden, mientras tanto, Teal no aparece por
LILIBETHSiento que el mundo me da vueltas, las manos me tiemblan y creo que las rodillas están a punto de fallarme, el móvil se me resbala y lo primero que hago es tomar el arma que tiene Aiden debajo de la cama, si le toca un solo cabello a mi hijo, se acaba.No recojo el móvil, no me detengo a pensar en las consecuencias, su locura ha ido demasiado lejos, intenté ayudarlo, pero si no se deja, si no quiere, entonces esto se acaba aquí y ahora.Bajo las escaleras y estoy a nada de dirigirme a la puerta de salida, cuando la puerta principal se abre y el llanto de Cole hace que las lágrimas se me derramen.—¿Qué mierda haces? —me pregunta Aiden.Quien tiene en brazos a Cole, mi hijo no para de llorar, y detrás de él entran veinte dr sus hombres de seguridad, con bolsas y juguetes.—Dame a mi hijo —le apunto con el arma.La mano no me tiembla, me mantengo firme.—¿Por qué me apuntas? ¿Crees que le haré daño?—Cole no es tu hijo, claro que lo pienso, después de todo su padre está en coma
LILIBETH—No —respondo volviendo a dejar el vestido dentro de la caja.Aiden frunce el ceño.—No pienso casarme contigo, ya no voy a seguir jugando tu estúpido juego solo por no hacerte daño.Me pongo de pie y levanto el mentón.—Necesitas ayuda, no estás bien mentalmente, si aceptas venir conmigo, Xander y yo vamos a ayudarte a salir de este pozo en el que tú solito te has metido.—No estoy loco —replica.—No estoy diciendo eso, solo que necesitas ayuda profesional.—La única ayuda que necesito viene de ti.—¿Es que no te das cuenta? —cierro los puños—. Lo que sientes por mí no es amor, solo estás obsesionado.—¿Cómo puedes decir eso? Llevo toda una jodida vida siendo tu protector, te he amado desde que éramos niños.—Y yo sentía lo mismo hasta que arruinaste todo, luego me violaste, intentaste matarme, me lastimas, y ahora me quieres obligar a casarme contigo.Su pecho sube y baja, merma el espacio que hay entre los dos, por un momento creo que me va a atacar, pero se detiene, chasq
OLIVERLos párpados me pesan, intento moverme pero es como si miles de toneladas hubieran caído encima de mí, poco a poco abro los ojos mientras el recuerdo de lo que pasó en plena pelea con Aiden, me va haciendo encajar las piezas del rompecabezas. Lo primero que veo es el techo, muevo mi mano derecha, todo está bien, luego la izquierda…Me incorporo al sentir algo y frunzo el ceño al ver que es el anillo de compromiso que le di a Lilibeth.—Mierda, por fin despiertas.Levanto la mirada y me encuentro con Xander, acompañado de Teal, quien me observa con ojos de cachorro.—¿Qué ha pasado? —pregunto.Siento la garganta seca y muevo el cuello con estrés, la cabeza me duele un poco y noto que la tengo vendada.—Recibiste un disparo en la cabeza, no fue tan grave, lograron sacarte la bala incrustada a un costado, no toco el cerebro —me explica y trato de retener la información.—Lilibeth —inquiero—. ¿Dónde está?Ambos se miran cómplices.—Hablen.—No te va a gustar, congelaron tus cuentas
LILIBETHEl corazón no deja de palpitarme fuerte dentro del pecho, rodeo con los brazos a Oliver, sé que no le gustan las demostraciones en público, pero no me importa, mis ojos se empañan de lágrimas e inspiro su olor a loción masculina.—Es real —susurro solo para él.Oliver me envuelve en sus brazos y siento su fuerza.—Creo que mejor nos vamos, antes de que todo se arruine —habla Xander y tiene razón.—El bebé —inquiere con cautela Oliver, viendo mi vientre.—Está bien, tranquilo —le aseguro y relaja los hombros.—Yo me quedaré —anuncia Teal.Asiento y luego Elsa me da a Cole, quien llora y deja de hacerlo cuando lo tengo en brazos. No digo nada más, ya habrá tiempo de hablar y aclarar las cosas, nos adentramos al bosque hasta llegar a una camioneta en la que entramos y Xander maneja.—Deja que lo cargue —me pide Oliver y con gusto le paso a Cole.Él balbucea en brazos de su padre, noto que debajo de la gorra, tiene una venda, se ve un poco pálido, pero en general bien. No sé a dó
AIDENLos minutos pasan y comienzo a sentirme incómodo, Lilibeth viene con veinte minutos de retraso. La gente que invité de último momento y que ha aceptado venir, habla entre cuchicheos.La madre de Lilibeth me mira con angustia, desde la muerte de su esposo, dejó de ser una perra que solo se interesaba por el dinero y ahora parece una mujer frágil que solo busca la aceptación de las demás personas a su alrededor. Me mira con una mezcla de vergüenza y rabia, porque si de mi hablan, cosa que no me interesa, de ella es peor.Muevo el cuello con estrés, reviso la hora a cada minuto.—Disculpe —se me acerca el sacerdote—. Tengo otro compromiso en una hora.Volteo a verlo mal, doy un paso al frente y mi sola actitud hace que su arrogancia se esfume y que asienta en silencio. Saco mi móvil para hablarle al chófer que se supone iba a traer a Lilibeth a la iglesia.«Sabía que debía haber venido conmigo»Espero paciente a que atienda la llamada, sin embargo, no lo hace, marco un par de veces