KAIRAHan pasado tres meses, la tortura a la que fui sometida hay días en los que se siente como si fuera un sueño, otras como si despierto esperando a ver la mirada hacia de Uriel mientras me viola. En general todo termina con un solo anhelo, el de volver a ver a Aiden, pero sé que eso nunca más volverá a ocurrir.Ahora vivo en Texas, con mis abuelos maternos, tienen una granja y aunque al principio me esforcé por parecer agradable y tratar de acostumbrarme a esto, lo cierto es que no puedo hasta ahora. Hago mi esfuerzo y es bien recompensado, pero solo eso.—¡Kaira!La voz de Rafael, mi nuevo amigo y vecino, llega hasta mis oídos y me incorporo del pasto. Llevaba dos horas mirando el cielo, dejándome llevar por mis pensamientos, lo veo correr, es un chico alto, fornido, rubio y de ojos verdes, que trae consigo un ramo de girasoles.Le tengo respeto porque en todo este tiempo, ha estado ayudando a mis abuelos, los apoya.—Estás aquí —dice agitado.—Aquí estoy —me pongo de pie dejando
AIDENLa sangre me hierve, no he descansado bien, no he tenido un solo día en el que pueda dormir incluso. Siento que el aire me falta, que todos mis músculos se contraen y que el ciclo del que tanto escapé en el pasado, vuelve a arrojarme al abismo.Mientras me encuentro en mi habitación, lanzando al aire una pelota de béisbol, Kaira Cavalli, la pelirroja de ojos azules, no sale de mi cabeza, he intentado de todo, desde follar a putas del club que era de mi padre, hasta pagar por una mamada, al final nada funciona.Respiro hondo, la punzada de dolor en el pecho, no se va, no desde que mencioné su nombre por última vez y vi sus ojos, la decepción se ancló en sus pupilas, la desilusión por igual. Quisiera tenerla aquí conmigo, pero ella tomó su decisión, no podía simplemente atarla a mí después de todo lo que ocurrió.Nada nos une, nada nos debemos, tengo que seguir adelante, pero es que es tan difícil. Me incorporo estando a nada de bajar a la cocina para prepararme un emparedado, cua
KAIRANo he disfrutado para nada la parrillada, la gente hablaba, pero yo solo asentía sin sentido alguno, porque mi mente solo estaba en un lugar, en aquello que dejé atrás. Anoche fue fatal, porque incluso no pude hablar ni aceptar bien las palabras de Rafa hacia mi persona, y ahora me encuentro dentro de la regadera, pensando en qué es lo que voy a hacer si realmente estoy embarazada de Aiden.—¡Cariño, saldremos a misa, dejé preparado el desayuno! —exclama mi abuela desde el otro lado de la puerta.Otro problema más, porque siento que los estaré defraudando si sale positivo el asunto, tendría que irme de Texas, tengo algo de dinero ahorrado, no es mucho, tampoco una gran fortuna, pero de algo me servirá para rentar un departamento o incluso mientras consigo un nuevo trabajo.—¡Gracias abuela! —grito como respuesta.El actuar, como normalmente lo haría, es fundamental para que no sospechen, de los dos, es mi abuelo el que es más perspicaz. Respiro profundo, salgo de la ducha con un
KAIRASueño, o pesadilla, eso es lo que quiero que sea, pero no, mientras me quedo de pie viendo como Xander y Aiden se sientan en el sofá sin ser invitados, rezo porque alguien me despierte, da igual.Estoy en un punto del colapso que incluso creo que entraré en un colapso emocional, estoy feliz, furiosa, confundida, el miedo y los resultados de las pruebas de embarazo, hacen difícil el que pueda producir un solo sonido.—No pueden… es decir… tienen que irse —logro articular.Xander levanta la mirada y me muestra una sonrisa traviesa.—¿Qué clase de anfitriona eres? —su tono de voz es hostil—. ¿Acaso nosotros te tratamos así cuando pediste ayuda? Puede que este imbécil sí, pero yo no.Mierda y más mierda.—No quise decir eso, es solo que…Es tan difícil hablar, más cuando Aiden no hace más que mirarme de un modo que mis bragas se mojan, me remuevo inquieta.—¿Qué hacen aquí? —inquiero con cautela.—Aiden tiene una pelea en el centro, a quince minutos de tu casa, así que pensé ¿por qu
AIDENEl rubio imbécil que no deja de mirar a Kaira, hace que por la cabeza se me crucen muchas malas ideas, unas que aumentan la adrenalina en mi sistema, en especial cuando lo único que quiero es arrancarle los ojos.—Soy Rafael, amigo y vecino de Kaira —me responde.Ajusto mi agarre, pensar que este idiota ha estado todo el tiempo a su lado, hace que la sangre me hierva. El cuerpo de Kaira se tensa, actúa extraña y huelo la mentira a kilómetros, algo esconde.—Soy...—Demon, el peleador —dice con un brillo en los ojos—. No puedo creer que seas tú, es decir... wooow, estaba a punto de invitar a Kaira a tu pelea mañana, sé que es en centro, pagué por dos boletos...Rojo, ese es color de lo que veo, ¿acabo de escuchar bien? ¿Cómo se atreve a mirar y pretender lo que es mío? Ajusto más mi agarre hacia ella.—Kaira es mía, y no es necesario que la invites, ya que ella vendrá y estará en la zona VIP —digo—. Un placer y adiós.Le cierro la puerta en las narices, mi respiración es acelerad
KAIRANo entiendo cuál es la urgencia de que viniera, pero Rafael me mandó un mensaje hace una media hora diciendo que era de suma importancia que fuera a la fiesta en la que todos los chicos del pueblo se reúnen, hay bebida, juegos idiotas, competencias, está cerca de un lago y al parecer es la última moda aquí.Por más intentos de rechazar su oferta, me rogó tanto que no pude decirle que no, además, me siento mal por cómo lo trató Aiden, así que ahora estoy llegando hacia él, veo cómo uno de sus amigos le da un ligero empujón con el hombro para luego decirle algo al oído, este levanta la mirada y al verme sonríe.Juro que incluso los ojos se le iluminaron, es apuesto hasta una mierda, pero mi cerebro no parece estar muy de acuerdo, aunque lo force, ya que la imagen de Aiden aparece en mi cabeza, me emociona y me aterra el hecho de estar esperando un hijo suyo, en mi vientre crece su semilla.—Viniste —habla Rafa.Tiene las pupilas ligeramente dilatadas, su aliento huele a Vodka y se
KAIRANo importa cuan mojada me encuentre, Aiden sigue siendo demasiado grande y yo muy pequeña, cada empuje, cada una de sus embestidas me estira de un modo que nubla mi razón, es como ver estrellas dentro de un hoyo negro. Quisiera decir que estoy bien, pero no.—¿Qué hacías con ese pijo de mierda?—Nada…Sus manos se aferran a mis caderas, en otra ocasión pediría que usara condón, y me río de lo absurda que es la situación, ya que estoy muy embarazada de él.—Te gusta —gruñe a mi oído.Aumenta el ritmo y con ello mi placer, había soñado con un momento como estos por mucho tiempo, en estos meses deseaba en secreto que Aiden entrara por la ventana y me follara como lo está haciendo.—Aiden —una explosión de sensaciones placenteras inunda mi vientre.—¿Estás a punto?Asiento.Se adentra más a mí hasta que llego de mi orgasmo, cierro los ojos jadeando con fuerza, el gruñe soltando su derrame en mi interior.—No te quiero cerca de él —demanda.—No eres quién para pedirme algo así —repli
AIDENHacerme una paja pensando en alguien que tengo a solo un metro de mí, no es algo de lo que me sienta orgulloso. Pero aquí estoy, viendo como Kaira sale de la casa de sus abuelos en compañía del pijo de mi primo Xander. Hay algo que noto en ellos, es como si tuvieran una mirada cómplice que me deja un sabor amargo.Soy un buen observador, lo que me hace darme cuenta de que el idiota le dice algo, ella voltea a verme, asiente y camina hacia mí, jamás pensé que sentiría algo como esto por otra chica que no fuera Lilibeth, e incluso esto es más sólido, fuerte y grande. Verla caminar hacia mí provoca que mi polla se endurezca.—Suerte en tu pelea…Sus palabras se quedan suspendidas en el aire cuando rodeo su cintura y la atraigo hacia mi, besándola, sabe a menta, a deseo, cuando intenta apartarse de mí, le meto la lengua hasta la garganta, lamo y chupo sus labios hasta que los dejo hinchados.—Auch —chilla cuando se aparta de mí—. Eso duele.—Eres mía, que te quede claro —gruño en su