LILIBETH
Maldigo por lo bajo al haber traído puesta una falda y un jodido crop top de cierre por delante, me remuevo inquieta, sentada sobre el sofá, hasta que aparece Oliver Strong, sé que es mala idea, sin embargo, es el único que conozco que no le teme a Aiden y no intenta aparentar que es un hijo de puta. Camina hacia el bar, se sirve un trago y me ofrece uno, pero niego amable.
Luego se deja caer a mi lado, cosa que me toma por sorpresa, ya que por un segundo imaginé que lo haría lejos de mi, enfrente, por ejemplo. El silencio que le secunda es súper hostil y soltando un suspiro lleno de exasperación, volteo y me acomodo de lado.
—Quiero que me digas todo lo que sepas de Aiden King —comienzo—. Por favor.
Enarca una ceja con incredulidad.
—Creí que eran muy ami
AIDEN HORAS ANTESEl culo de Silver no sirve para sacarme de la cabeza a Lilibeth, tampoco hace que se me quiten las ganas, porque a la única que deseo follar es a Lilibeth, a mi dulce, tierna e inocente amiga, quisiera decir que solo somos eso, pero no es así, sé que le gustó, me lo dijo, sé que me ama, a cada nada me lo demuestra, sin embargo no soy bueno para ella, eso debe entenderlo.—Muévete —gruño agarrando con posesión las caderas de Silver.—Eso hago —se queja y se suelta los pechos.Como si el hecho de que se los estuviera sobando, me excitara, no es el caso, pero el solo imaginar a Lilibeth montándose en mi verga, gimiendo de placer, agarrándose los senos como lo hace Silver… joder, eso sí que me excita de sobremane
LILIBETHDespierto exaltada por la madrugada, con la tentación de bajar por un vaso de agua pero con el miedo irracional de encontrarme con Aiden, doy vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, la cabeza me da vueltas y no dejo de pensar en que me siento una traidora con mi mejor amigo al haber hecho lo que hice con Oliver Strong. Aún más culpable al pensar en que me gustó como besa.«Besa… con deseo, posesión, lascivia»Respiro hondo y pese a que faltan dos horas para que amanezca, me incorporo saliendo de la cama, había dejado la drive que me dio Oliver en mi bolso, por lo que la saco, decidida a saber todo de Aiden, enciendo la laptop, coloco la contraseña y la conecto, solo hay una carpeta, por lo que la sigo revisando.Al minuto me arrepiento, en lo que está metido Aiden
AIDENMando todo a la mierda, Lilibeth no sale de mi cabeza y todo el día ha estado distante conmigo, odio eso, puedo soportar la mierda del mundo entero, menos la de ella, veo su cuerpo desnudo en la regadera y sin poderlo evitar, entro a las regaderas, cierro con pestillo y me quito la ropa, está tan adentrada en sus pensamientos manteniéndose de espaldas, que no se da cuenta de mi presencia.Su culo firme y en forma de corazón hace que mi verga se endurezca y aparezcan las peores perversiones en mi mente, el jabón le recorre el cuerpo y tragando duro rodeo su cuerpo, ella da un respingo, gira y dice mi nombre, intenta cubrirse los pechos con los brazos pero se lo impido.—Es un poco tarde para eso —digo con voz ronca—. ¿No te parece?—Aiden, no puedes…Su voz tiende en un hil
AIDENLa sangre se me pudre, la adrenalina recorre todo mi torrente sanguíneo y siento que el aire en mis pulmones se comprime, no puedo pensar bien, no puedo siquiera escuchar lo que dice Levi mientras bebo un vaso de agua. Tampoco dejo de mirar la hora que marca el reloj, Lilibeth no ha llegado, pensar en ella con Oliver hace que parezca irreal, ella me ama.«Pero besé a Silver frente a ella, puede que lo haya hecho por rabia y celos»Muevo el cuello con estrés, los segundos se convierten en enormes y gruesos grilletes que me atormentan.—Aiden, Aiden —la voz ronca de Levi hace que salga de mi ensimismamiento.Vuelvo a observar la hora que marca el reloj. No llega y son las ocho de la noche, mañana es la fiesta, los detectives privados me han dicho que está en casa de Elsa y eso me
LILIBETH HORAS ANTESSiento que la rabia me consume, y no dejo de enjuagar mi cuerpo con agua caliente y jabón, como si eso pudiera borrar todo rastro de Aiden sobre mi piel, las lágrimas salen y el dolor en mi pecho me hace saber que tengo que darle una lección. Él me cree débil o como alguien a quien puede manejar a su antojo, no lo soy.Salgo de la regadera, me visto, tomo mis cosas y estoy a nada de salir de las regaderas, cuando mi móvil suena, de mala gana lo saco de uno de mis bolsillos pensando que es Aiden, pero me equivoco.—Debo suponer que debes extrañarme y que te dejé impactado —bromeo.Oliver ríe y no sé porque siento cosas en la barriga al escuchar su ronca risa.—Eres hermosa y tienes las tetas más sex
LILIBETH—Lo besaste.Retrocedo, el ambiente es hostil y no hace falta que Aiden diga algo, está enfadado, se siente y se ve por todos lados.—¿Y? —replico.—Eres…—Tú amiga —refuto—. ¿O acaso tengo que recordarte las palabras que me has dicho?Su cuerpo se tensa.—Me hiciste sexo oral, me has besado —levanto el mentón—. Me tocas, te crees mi dueño pero no dices nada, no aceptas lo que sientes por mí, argumentando que eres malo para mí, dejaste claro que solo somos amigos, así que creo que lo que haga o deje de hacer, eso no debe importarte.—Tienes razón, puedes hacer lo que deseas con quien quieras, menos con Oliver Strong.&
AIDENSé que no es correcto, sé que esto nos va a llevar a ambos al infierno, pero Lilibeth sabe a pecado, y uno que estoy saboreando gustoso. Le meto la lengua hasta la garganta mientras mis manos se aferran a sus caderas, quiero borrar todo rastro de ese hijo de perra en ella, gime en mi boca y no me importa, solo quiero esto.—Aiden —gime cuando rompe el beso.—¿Estás segura? No habrá marcha atrás, no se podrá borrar.«Di que sí, solo di que te haga mía»Sus ojos grises se anclan en los míos, es hermosa, lo es, la amo como nunca he amado a nadie. Ella siempre ha sido el universo en el que yo giro, solo ella ha hecho que mi corazón lata con fuerza. Y es por ello que espero su respuesta, sabiendo que puede negarse y tendré que e
LILIBETHAgarro con fuerza las esquinas de la mesa del laboratorio, Aiden empuja cinco veces más y me corro, está enfadado porque no permití que me follara sin condón, le amo, confío en él, pero no me gustaría hacerlo sin protección alguna, ha pasado un par de días desde que me quitó la virginidad, y desde ese momento no ha dejado de follarme a lo bestia.El aire se comprime en mis pulmones, sin embargo, sale de mi cuerpo y bajo mi falda, mi respiración es acelerada al igual que la de él.—Aiden —digo, pero frunce el ceño—. No te enojes.—Quiero follarte sin nada —espeta con dureza.—Lo haremos algún día, pero no ahora —me muerdo el labio inferior.Aiden me lanza una mirada que no pued